FELIZ AÑO 2012
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FUENTES CONSULTADAS FOTOGRAFÍAS
Fotografía de la bahía de Sidney en Nochevieja
Fotografía de Pekin en Nochevieja
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Fotografía de Berlín en Nochevieja
Fotografía de París en Nochevieja
Fotografía de Londres en Nochevieja
Fotografía de la Nochevieja Universitaria de Salamanca
Fotografía de Río de Janeiro en Nochevieja
Fotografía de Nueva York en Nochevieja
SPIRITUALITY
DEPRESIÓN Y ESPIRITUALIDAD
Del vacío existencial a la vacuidad liberadora
Buscaremos
a la vez aproximar y diferenciar el vacío existencial, doloroso del
depresivo, y la vacuidad liberadora, luminosa del místico. En los dos
casos, se trata más de experiencias vividas que de conceptos
filosóficos. Hay un punto de contacto, una pasarela entre estos dos
estados que permiten dar a ciertas depresiones la dimensión de una
iniciación, de una entrada en el camino espiritual.
Esquemáticamente,
se puede decir que el dominio de la psicología concierne a la
descripción de diferentes tipos de depresión y su tratamiento en la fase
aguda. Por el contrario, una espiritualidad bien comprendida me parece
más eficaz cuando se trata de prevenir los desequilibrios de vida que
conducen a la depresión, o cuando se trata de acompañar a un depresivo
en un largo plazo. No siempre me ha sido posible decir si mis
reflexiones eran sobre todo válidas para el paciente, o bien para el
terapeuta, o para el lector ordinario. Ellas se dirigen hacia quienes
están abiertos para entenderlas, ya sean aquellos que buscan comprender
la depresión para ellos mismos, para su entorno o sus pacientes. Deseo
en particular que ellas inspiren a aquellos que tienen la dura tarea,
difícil y hermosa, de acompañar a los moribundos.
Las descripciones psicológicas de la depresión y sus límites
Hay dos grandes tipos de depresiones: las depresiones psicógenas, de origen puramente psíquico, y las depresiones endógenas que tienen una base constitucional a menudo hereditaria. Es la enfermedad maníatico-depresiva con alternativas de excitación y de depresión. Ella parece ser debida a un déficit enzimático perjudicando los intercambios de sodio a través de las paredes de la célula nerviosa. En teoría, no hay nada que se pueda hacer para los pacientes alcanzados por este problema, salvo que se cuiden tomando litio y aceptando su destino. En la práctica, sin embargo, como las crisis tienen a menudo factores detonantes de origen psicológico, un tratamiento que pasara por la parte espiritual no sería totalmente excluido. Conozco personalmente un caso de psicosis maníatico-depresiva mejorado por la meditación. Gracias a ella, el meditante busca ir sistemáticamente más allá de los pares de opuestos (placer-dolor, fatiga-excitación, etc.) mejorando así las variaciones del humor.
Entre
las depresiones psicógenas, se puede distinguir dos grandes tipos: la
depresión emocional del sujeto joven, típicamente la muchacha que rompió
con su amiguito y que ejecuta una tentativa de suicidio que ella tiene
el buen gusto de hacer fracasar, y la depresión existencial del sujeto
maduro que, en general, llega a cometer el suicidio, él no fracasa. Se
habla así de depresión por agotamiento debida a una acumulación de
estrés no resuelto. Fundamentalmente, me parece que todas las
depresiones son por agotamiento; aun si el estrés no es aparente. De
todas maneras, él está presente bajo la forma de conflictos
intrapsíquicos que representan una pérdida de energía continua.
Un
buen criterio de salud psíquica es la adaptabilidad al cambio. Se puede
enfocar – como Eric Erikson lo hace – el crecimiento del individuo como
una sucesión de crisis. Si tiene éxito en superarlas, se desarrolla una
cualidad correspondiente propia a cada estado: confianza fundamental
para el lactante que acepta bien su destete, autonomía para el niño
pequeño, deseo de aprender para el niño más grande, identidad para el
adolescente, intimidad para el adulto joven e integridad para el adulto
maduro. Es interesante ver que Erikson no habla del anciano. Los
interrogantes existenciales que este último se plantea frente a la
muerte sobrepasan sin duda sus concepciones psicológicas. Por la
práctica espiritual se reordenan las pequeñas crisis ya enumeradas
dentro del cuadro de dos grandes crisis: el nacimiento y la muerte. Esto
da amplitud y profundidad al psiquismo y permite relativizar estas
crisis que yo he llamado pequeñas, aun si ellas parecen enormes a
quienes están sufriéndolas.
Las
psicoterapias que se podrían llamar pragmáticas responden en apariencia
a la demanda promedio de los pacientes, pero ellas dan un pobre modelo
del ser humano: lo consideran como una especie de máquina que debe
funcionar sin tropiezos desde el nacimiento hasta la muerte, según los
criterios establecidos por los computadores del Instituto de
Estadísticas sociopsicológicas… Parece sonar bien, pero es una visión
plana y aplastante de las posibilidades humanas: el hombre es una caña
pensante (según Pascal) y no solamente una caña funcionante. Es fácil
decir que el paciente no tiene una demanda que hacer por más que se lo
proponga; pero si él la tuviera tendría el terapeuta una respuesta que
no sea intelectual sino vivida.
Se
puede estimar que ayudar a un individuo psicológicamente, es ayudarlo a
aceptar, a metabolizar las frustraciones y los duelos pequeños o
grandes que pavimentan la existencia. Frente a una frustración o un
duelo en sentido amplio, hay tres evoluciones posibles: la evolución
descendente, es decir hundirse en la depresión y los remordimientos; la
evolución circular, o buscar un nuevo objeto para reemplazar el
anterior, un nuevo par de muletas para reemplazar las que se han
perdido. Esto es lo que ensaya hacer la gente espontáneamente, y es lo
que aconsejan la mayor parte de los psicólogos; es verdad que es una
reacción de mejor calidad que la depresión pura y simple. La tercera
evolución es la evolución ascendente: se acepta el duelo en tanto que
tal y se ve el vacío que él ha creado como una ventana que se abre hacia
el absoluto. Ya no se busca un comodín y la sombra negra de la
depresión se transforma en vacuidad luminosa de liberación. Por
liberación, yo entiendo liberación de una dependencia por pequeña que
ella sea. En este sentido, el mejor aguijón para encontrar la felicidad
dentro de sí mismo es el sentimiento de frustración , es una espina
incitadora que hace evolucionar sin cesar.
Si
el psicólogo tiene una visión puramente pragmática de las cosas, es
decir, si se contenta por reemplazar una evolución descendente por una
evolución circular, él rechaza la necesidad espiritual. Esta última
reaparecerá en otro momento, es el retorno de lo rechazado bajo formas a
veces primitivas o mediocres: entrada en una secta de extrañas
creencias o interés apasionante por un ocultismo barato. La moda de este
género de ocultismo en la ex-Unión Soviética puede ser una buena
ilustración del retorno desordenado de lo espiritual rechazado después
de un medio siglo de psicología aplastante. Tanto como el terapeuta, el
maestro espiritual no puede resolver los interrogantes existenciales de
su paciente o discípulo. Sin embargo, él le puede indicar métodos de
trabajo interior; él representa igualmente para un discípulo que
desfallece, una luz al final del túnel.
Más
que hablar de trabajar el duelo yo prefiero hablar de soltar presa, de
dejar de crisparse sobre algo, o de liberación. Una vez que un apego es
arrastrado por el flujo de la vida o de la muerte, se le puede
considerar como un saco de piedras que se llevaba sobre los hombros y
que se ha desprendido por sí mismo. Es un alivio. Más que hablar de
pulsión de muerte yo prefiero hablar de desviación de la pulsión de
vida. Establecer una dualidad pulsión de vida-pulsion de muerte es en
realidad una vieja tentación. Ella apareció en los primeros siglos de
nuestra era con Manes y ciertas formas de Gnosis, y ha reaparecido en
nuestra época con Freud. Sin embargo, las tradiciones espirituales en su
conjunto evitan caer en este dualismo fácil. Aunque parece corresponder
a ciertas apariencias, presenta en verdad un obstáculo a la evolución
interior. No estamos obligados a dejarnos atrapar por categorías salidas
de la mente de un Freud envejecido y, tal vez, deprimido , sobre todo
después de la operación de su cáncer al final de los años 20.
El
vocablo psi corriente está lleno de sugestiones negativas. Aun si el
terapeuta tiene el buen sentido de no hablar demasiado de psicopatología
a su paciente , él no puede impedirse de comprender a éste en términos
de patología, ya que esa es su formación profesional. Esto representa
una toma de partido que influencia al paciente. Por el contrario, lo
propio de muy buenos terapeutas, o de sabios, es tener éxito en extraer
algunos elementos positivos de un cuadro psíquico desastroso y
valorizarlos, en contra de todo, para estimular al paciente. En este
dominio fluido y maleable que es el psiquismo, un vaso medio vacío es
realmente lo contrario de un vaso medio lleno. Los terapeutas deben
supervisar su lenguaje, incluido también lo que se dicen a ellos mismos a
propósito de los pacientes. Si no, a pesar de su buena voluntad, corren
el riesgo de perjudicarlos confirmándoles que están limitados dentro de
una patología fijada.
Si
la psicología occidental tiene límites frente a la depresión, ¿puede la
filosofía , por ejemplo, el existencialismo, ayudar a trascender esos
límites? Para ser breve, yo no lo creo: el ambiente general del
existencialismo es demasiado depresivo en sí mismo para poder ayudar
realmente a un depresivo. A lo más, este último podrá aliviarse un poco
sintiéndose menos solo en su abandono. La ventaja es que se sentirá más
confortable en su depresión, pero el inconveniente es que, en ese caso,
no tendrá aliciente para salir de ella. No hay que olvidar que Sartre ha
publicado El Ser y la Nada en 1943 en una época donde un espíritu
materialista tenía razones para ser pesimista. En efecto, la creencia
tranquilizadora en un progreso continuo de la humanidad estaba
seriamente amenazada por los acontecimientos. El simple hecho de
desmontar el funcionamiento del ego lleva a un nihilismo real, si este
trabajo no es acompañado por un sentido agudo del Absoluto subyacente.
Puede ser que el filósofo existencialista y el Buda se encuentren frente
al mismo vacío, pero el primero siente náuseas mientras que el segundo
sonríe, ¿no hay allí una diferencia?
La depresión: ¿despertar espiritual enmascarado?
Dichoso el que es puesto a prueba, él ha entrado en el camino, dice Jesús en el Evangelio de Tomás. ¿Cuál es la significación de los síntomas de la depresión? ¿No son una tentativa mal hecha de reequilibrarse? ¿No pueden ellos tomados en una perspectiva correcta conducir al paciente a mejorar, y aun a entrar en un camino espiritual del cual él no tenía una idea preconcebida? En este sentido, ¿cada síntoma no tiene su índole propia? Tomemos, por ejemplo, el insomnio de la madrugada, clásico en el depresivo, en particular en el melancólico. Se ha ensayado durante largo tiempo sofocar ese síntoma con somníferos. Pero algunos han tenido la idea de dejar hacer al depresivo lo que él quería, es decir, acostarse muy temprano y levantarse muy temprano. Esto fue suficiente para mejorar en gran medida el problema.
Consideremos
ahora la inhibición psicomotriz: hay consenso en decir que es el
criterio más seguro para detectar una depresión. Pero, el hecho de ni
siquiera sentirse motivado para mover un pulgar, ¿no correspondería a
una necesidad natural de retiro, de entrada en sí mismo, de reposo? ¿No
es un sano reflejo de defensa del organismo frente al estrés continuo de
la carrera consumista en todos los aspectos, carrera tan ciega como
agotadora? En la sociedad occidental activista, esta necesidad de no
hacer nada no es reconocida. Si no se tienen los medios o el gusto de ir
a la pesca o a la playa, se cae en depresión. El inconveniente es que,
si bien el sujeto se hace notar socialmente, es igualmente
culpabilizado. Él quiere castigarse a sí mismo por su pereza y su
inutilidad; esta necesidad de castigo es realmente patológica y
anti-espiritual; no es auto-flagelándose (metafóricamente hablando) que
se dominará el propio ego, más bien se corre el riesgo de reforzarlo.
Igual
como la flor tiene su ritmo, se abre y se cierra, también lo tiene el
cuerpo, duerme y se despierta, del mismo modo el psiquismo tiene su
propio ritmo: él alterna naturalmente las fases de interiorización y de
exteriorización. En las depresiones debidas a conflictos intrapsíquicos,
se puede considerar que el sujeto está mal e insuficientemente
interiorizado. No llega a contactar las zonas profundas de su ser
descendiendo por debajo de las tempestades de superficie. Él duda
incluso de que estas zonas existan: es su enfermedad y a veces también
la de su terapeuta… La sociedad, y a menudo la familia, exigen al
individuo que funcione constantemente en el real exterior. Sin embargo,
como lo dice Bachelard, un ser privado de la función de lo irreal (el
real interior) es tan neurótico como un ser privado de la función de lo
real (real exterior).
La
concentración del melancólico sobre sí mismo se acerca en un cierto
sentido a la del sabio, siendo estados totalmente opuestos: los extremos
se tocan. Puede ser que el melancólico, presa de una gran ansiedad al
comienzo de su crisis, haya descubierto que estando completamente
inmóvil podía obtener una cierta paz de espíritu y hacer callar por un
momento su enorme auto-agresividad. Pero, a pesar de su inmovilidad, su
ansiedad continúa porque él está haciendo este trabajo de pacificación
interior demasiado tarde y de manera demasiado superficial.
Volvamos
ahora a la idea de vacío que es el hilo conductor de este capítulo. El
depresivo grave siente que su cuerpo está vacío, que el mundo exterior
está vacío de sentido, y que él actúa automáticamente. Para él, el vacío
parece ser la nada. Para el meditante, la vacuidad no es una nada. Es
un depósito de potencialidades y en esto ella está muy próxima a la
plenitud del Absoluto. La vacuidad es la ausencia de forma, desde un
punto de vista corporal, y esto corresponde a una expansión inmóvil. El
depresivo, por su ansiedad, tiene un cuerpo agitado y lleno de bloqueos.
Concentrándose sobre la idea del vacío inmóvil, él atenúa sus bloqueos,
pero como lo hace automáticamente sin apercibirse del mecanismo
subyacente, el vacío que obtiene persiste todavía cargado de
culpabilidad y de ansiedad. Es más, estando apresado por este trabajo
interior en curso, empieza a dejar caer el mundo exterior lo que aumenta
más su culpabilidad. El meditante, en cambio, sabe entrar y salir del
vacío a voluntad. El sabio puede continuar viendo el vacío mientras
actúa. Una idea fundamental del budismo mahayana es: ver el vacío en la
forma y la forma en el vacío. Instalándose en un estado sin límites, el
sabio experimenta la felicidad sin objeto.
A
veces, la pesadilla de caída en el vacío puede transformarse
instantáneamente en un sueño agradable de caída en vuelo planeado. Se
tiende entonces a caer indefinidamente sin jamás hacerse daño. Se puede
proponer al paciente este pequeño truco de imaginación activa. Para él,
el solo hecho de percibir que puede cambiar en un buen sentido ciertas
de sus imágenes mentales es un gran estímulo. Caer al fondo del hoyo da
un sentido de profundidad, lo que es un bien a condición de que se salga
de la prueba. Cuando se está en el fondo del pozo, todo lo que se ve es
el cielo; el abismo refleja un trozo de azul, y la tribulación encierra
una chispa divina. ¿Acaso no lo dice el Salmista: Desde las
profundidades yo clamo hacia ti, Señor…?
El
depresivo, como el meditante, ve el vacío de las formas. Sin embargo,
el primero se detiene allí en tanto que el segundo va hacia el Absoluto
que él llama el vacío del vacío y que él considera bajo su aspecto de
luz y de felicidad. El vacío del meditante viene de un esfuerzo de
comprensión del funcionamiento del espíritu, no le sucede
automáticamente como ocurre con el depresivo. Shantideva, un maestro
budista, decía: Si desde el comienzo no se ha aprehendido el fenómeno
construido por el espíritu, su no-existencia no puede ser establecida.
El error del depresivo no es el de buscar el reposo del vacío, sino de
buscarlo con exclusión de todo el resto. Es de creer que él encuentra
entonces que tiene el espíritu invadido por elucubraciones mórbidas.
Pierde de vista la verdad convencional del mundo, de ahí viene su
sufrimiento. Nagarjuna decía: El dharma enseñado por todos los Budas
está bien fundado sobre dos verdades; la verdad convencional del mundo y
la suprema y última Verdad.
Tanto
como sea posible, el depresivo debe tratar de habituarse a su
sentimiento de vacío, a no culpabilizarse. Por lo demás, él puede
extraer de allí una gozosa afirmación de independencia al rechazarlo
todo para hacer el vacío, como el bebe rechaza a veces todos sus
juguetes, tirándolos lejos y disfrutando con ello. El terapeuta a veces,
igual que el paciente, podría beneficiarse de una meditación sobre el
símbolo del cero: éste representa el huevo cósmico de donde el mundo ha
surgido. En alquimia está incluido en los símbolos de prácticamente
todos los elementos, él es el común denominador. Desde un punto de vista
místico, el vacío es espacio de consciencia. Jacobo Boehme, aquel que
ha sido llamado el Padre de la Iglesia del Espíritu, expresaba esto en
una fórmula impresionante: La Nada eterna es el ojo de la Visión eterna.
La
idea de la muerte, destructora para el depresivo, es liberadora para el
filósofo o el místico: Filosofar es aprender a morir, decía Sócrates.
En el Zen se recomienda ver la vida desde el fondo de su ataúd. Cuando
se planteaban preguntas sobre la muerte a Nisargadatta Maharaj, algunos
meses antes de su fallecimiento, él respondía: Yo no les hablaría así si
no estuviera ya muerto. Esta muerte del ego causa temor. En otra
ocasión, Maharaj había evocado la idea de la liberación desde esta vida y
un visitante exclamó: ¡Pero es como la muerte!. ¡Es la muerte!
respondió Maharaj. Cuando se está realmente liberado de la angustia de
la muerte, y sólo los grandes sabios o santos lo están, se está liberado
de todas las otras angustias. Cuando no se tiene nada que perder no se
puede sino ganar.
La
meditación representa una prevención, una terapia previa a la
depresión: regresando cotidianamente a la fuente de bienestar que hay
dentro, se evita esta acumulación de sentimientos de frustración
internos que hace que gente que tiene todo, materialmente, para ser
dichosos puedan llegar a sentirse amargados y a veces francamente
deprimidos. El niño tiene variaciones emocionales fuertes y rápidas.
Nosotros permanecemos siendo un niño en nuestro interior, aunque hayamos
recubierto esta ciclotimia infantil con un barniz de un humor
pasablemente monótono. Esto nos permite funcionar relativamente bien en
sociedad. Hemos ya visto que la meditación nos hace capaces de reconocer
estas variaciones rápidas (gusto-disgusto, placer-dolor, etc.) y de ir
más allá. En la India se insiste sobre el hecho que el sabio está más
allá de los pares de opuestos. En la Biblia Dios también es a veces
presentado claramente como más allá de los contrarios. Por el soltar
presa que ella implica, la meditación resulta liberadora de estos
conflictos contradictorios.
Depresiones y liberaciones en el curso de la evolución espiritual
La evolución espiritual conduce al gozo interior pero no está desprovista del riesgo de reacciones depresivas. También se encuentra este riesgo en psicoterapia, donde los pacientes van hasta el suicidio porque ellos no pueden soportar el ver ciertas realidades en ellos, siendo a su pesar empujados por un terapeuta o analista demasiado exigente o demasiado rígido. Si la práctica espiritual tiene peligros, ellos no deben ser sobrestimados. Me parecen ciertamente menos graves que el hecho de tomar el volante de un automóvil en estado de ebriedad una noche de fiesta…
En el cristianismo, se distingue la depresión auténtica (acedía) de las fases de sequedad (ariditas), estas últimas sobrevienen luego de una evolución espiritual sana. La acedía aparece sobre
todo en los monjes de edad madura. Es un disgusto de todo lo que toca a
la vida espiritual. Puede ser que esté ligada a una disminución de la
fuerza sexual en religiosos que siguen la vía de la devoción y de la
sublimación de las emociones hacia lo divino. Hay menos que sublimar,
hay entonces menos experiencias interiores. Lo opuesto, la ariditas, la
sequedad espiritual, corresponde a aquello que San Juan de la Cruz
llamaba la noche de los sentidos. El orante no siente disgusto de las
cosas espirituales, al contrario, no aspira más que a Dios, pero él no
lo ve . Es una suerte de deseo amoroso insatisfecho, un despojamiento de
todo lo que no es Él, sin llegar a alcanzarlo. Para retomar la imagen
de Santa Teresa de Avila, se puede decir que la mente entrando en su
capullo como un gusano de seda, termina por morir y finalmente renace
mariposa.
A
la noche de los sentidos sigue la noche del alma que puede corresponder
a una fase más difícil: el orante percibe la irrealidad última de la
forma de la divinidad que él ha adorado, de la cual él ha recibido
visiones, mensajes y consolaciones. Sin embargo, al cabo de algún
tiempo, detrás de esa forma que se disuelve, aparece una energía nueva.
Hadewich dAnvers decía, usando paradojas: Un conocimiento se revela en
las claras tinieblas de la presencia de la ausencia. Para Ruysbroeck, la
serenidad se aparece a los que ven más allá de la esencia: Ellos
reposan con serenidad en su superesencia.
Los cristianos insisten
más que los hindúes sobre los sufrimientos debidos a la evolución
mística. La tela de fondo de la mística hindú, ya sea que se trate de la
vía de la devoción o de la vía del conocimiento, es la felicidad (ananda).
Sin embargo, la destrucción de la mente no es pasada por alto, ella es
indispensable para el establecimiento de una felicidad estable. Por qué
esta diferencia? Existe la fijación de los cristianos sobre la Pasión de
Cristo que en ciertos casos puede encerrar lo que se llamaría en
psicología un trauma de nacimiento. pero me parece que existe otro
factor que podría explicar la frecuencia de la sequedad espiritual en el
místico cristiano. Es un factor que los autores eclesiásticos no se
atreven a abordar de frente: se trata de la rigidez de las reglas y de
las instituciones que impiden al místico evolucionar a su propio ritmo y
que perjudica el tener una relación de confianza completa con el
maestro espiritual. Si un religioso no tiene más que superiores
jerárquicos y no un maestro espiritual con el cual entablar una
transferencia afectiva profunda, no es extraño que él experimente
sequedades espirituales frecuentes y que sufra simplemente de soledad.
Ciertos autores occidentales piensan
que el renunciamiento en la India es un equivalente de la depresión.
Puede a veces suceder que una persona sienta un impulso de
renunciamiento a continuación de un duelo o de una decepción, pero esta
clase de decisión no perdura. La segunda parte del nombre de los
renunciantes (sannyas) en la India es ananda (
felicidad) como en Vivekananda, Shivananda, Vijoyananda, Yogananda,
etc. En los nombres mismos el renunciamiento y la felicidad están
estrechamente asociados. El renunciamiento no nace de una decisión
forzada. sino de una comprensión justa. Para el hindú, no significa
disolución sino individuación. Su individualidad hasta entonces diluida en la familia y el clan, se afirma por la elección del renunciamiento.
La
práctica espiritual conduce a sanar la actitud depresiva. Se trata de
un rasgo frecuente del psiquismo humano que se remonta al primer año de
vida, cuando el infante comienza a ver alejarse a su madre, aunque sea
muy poco, y esto le genera una fuerte reacción. Se podría expresar esta
cura espiritual diciendo en términos psicológicos que se debe introyectar el objeto bueno que ya no es la madre física sino, en la India, el gurú o la Madre Divina. Cuando se llega a ser capaz de alucinar la Madre se tiene a la mano la mejor arma para sobrepasar la actitud depresiva.
Ma Anandamay
hacía a menudo la distinción entre el vacío y el gran vacío. Esta clase
de distinción vuelve a presentarse en diferentes vías espirituales bajo
terminologías variadas. El Shivaismo de Cachemira distingue diez
categorías de vacuidad, el budismo tibetano, dieciocho. Esta insistencia
sobre la vacuidad no es nihilismo, los budistas creen en el Absoluto,
al que llaman a veces tathagatagarbha,
es decir matriz del Buda. Esta imagen de la matriz confirma la
concepción de la vacuidad de la que ya hemos hablado: depósito de
potencialidades. De ahí que la meditación sobre el vacío sea un
medicamento para liberarse de la raíz de las perturbaciones. El que hace
meditación puede anular una emoción parásita viéndola como vacía desde
su origen. Deja de estar atrapado por circunstancias a las que confiere
una importancia relativa. De esa forma sigue la vía del justo camino
medio (madhyamika).
Nagarjuna decía: “La vacuidad ha sido enseñada como un remedio para
desembarazarse de todos los puntos de vista filosóficos, pero aquellos
que se aferren a la vacuidad son incurables”. No se trata entonces de
nihilismo, sino de indicar que el Absoluto sólo puede ser evocado, y no
alcanzado por los discursos de la razón. En esto la escuela madhyamika
de Nagarjuna es hermana del Vedanta y madre del Chan y del Zen.
En
nuestros días, este dinamismo relativo del pensamiento, favorecido por
la meditación sobre la vacuidad, debería estimular a los psicólogos a
cuestionar las teorías en las cuales se han instalado o, mejor dicho,
encerrado. Puede ser que no se atrevan a ello, les da temor caer en el
nihilismo, pero debieran saber, al menos intelectualmente, que hay la
posibilidad de una vía llamada el justo camino medio. Espero que estas
reflexiones ayuden a clarificar ciertas similitudes y diferencias ente
el vacío existencial y la vacuidad liberadora. Espero especialmente que
ellas proyecten luz sobre la estrecha pasarela que conduce desde el
vacío de la depresión a la vacuidad de la mística, ese puente suspendido
que se lanza desde la nada hacia la Nada.
FUENTES CONSULTADAS
Depresión y espiritualidad (Texto extractado)
Fuente: http://alcione.cl/wp2/?p=539
Fuente: Dr. Jacques Vigne. -Eléments de psychologie spirituelle- Éditions Albin Michel
Fotografía de arriba a la derecha
Fotografía de arriba a la izquierda
REFLEXIONES
LA NAVIDAD: UNA FIESTA MÁGICA Y UNIVERSAL
La
Navidad procede del latín Nativita y hace mención al “nacimiento,
concretamente de Jesucristo. Esta fiesta representa el acontecimiento
más importante para todos los cristianos del mundo. Todos los años se
conmemora en todo el mundo cristiano el nacimiento del Nuestro Salvador,
Jesús de Nazaret. El día de Su nacimiento es, según la tradición
cristiana, el 25 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de
invierno. La Navidad es la fiesta más universal, importante y especial
de todo el año en todo el mundo, sobre todo en Occidente. Más de 2.100
millones de personas cristianas celebran esta fiesta en el mundo entero.
La Navidad
es tiempo de ilusión, de compartir, de soñar… Esta fiesta evoca una
serie de valores, prácticas y costumbres arraigadas en el inconsciente
colectivo de ser humano. En un mundo cada vez más deshumanizado,
secularizado e individualista, la Navidad
constituye una fuente de inspiración moral basada en valores como la
solidaridad, la paz, el amor hacia prójimo, la fraternidad, la
compasión, etc. La Navidad, sin lugar a dudas, mueve conciencias y ablanda nuestros corazones. La Navidad nos hace más humanos y solidarios.
No
obstante, la publicidad de los medios de comunicación ha creado una
serie de tendencias, en donde se valoran factores como la juventud, la
belleza, la fama, el poder y el prestigio personal. Igualmente, la
publicidad de los medios ha
proyectado una sociedad estereotipada basada en el consumismo,
individualismo y el materialismo. Si la Navidad nos despierta ese lado
más humano de nosotros mismos, también se ha convertido en el paradigma
de consumismo y del materialismo. Queramos o no, la Navidad se ha
convertido, desgraciadamente, en una fiesta cada vez más pagana que
religiosa. Para muchos la Navidad es puro “marketing”, promovido por los
intereses lucrativos de las grandes superficies comerciales. Esto no
debería ser así. La Navidad es una fiesta religiosa, queramos o no, (mal
que le pese al 8% de la
población mundial que se declara atea y/o agnóstica, según la
prestigiosa Enciclopedia Británica), que debería ser motivo para la
reflexión, la oración y el regocijo, teniendo presente el trascendental
hecho que supone el nacimiento de Jesucristo y su trascendental mensaje
de Salvación para toda la humanidad. En un humilde pesebre nació el Hijo
de Dios, Jesús Nazaret, para dar testimonio de la Verdad. El nacimiento
de Jesús de Nazaret es el momento más importante de todos los tiempos y
la Navidad nos recuerda el mensaje de Redención para
todo el mundo. Para muchísimas personas en el mundo, Jesús de Nazaret
es una fuente inagotable de inspiración, esperanza y consuelo. La
Navidad nos hace tomar conciencia que todos albergamos en nuestro
interior la chispa divina para la cual estamos dotados para la
inmortalidad.
La
Navidad se expandió de Occidente hasta Oriente. Se tiene por costumbre
en los hogares adornarlos con árboles navideños con luces, belenes...
Esto también ocurre en todas las ciudades y pueblos en donde se pone
alumbrado público navideño, en los escaparates de comercios y grandes
almacenes se adornan con árboles y belenes, todo con el sonido de fondo
de villancicos que conmueven y alegran nuestros corazones. Una costumbre
muy singular de la Navidad es enviar postales navideñas (Christmas Cards)
a los amigos y familiares que viven lejos. La Navidad es época de
comidas y cenas de empresa, pero, sobre todo, la Navidad es la excusa
perfecta para pasarlo en familia. En esos momentos se tiene por
costumbre reunirse todos los miembros de la familia para celebrar estas
fiestas. Es el momento para la unión familiar. En el inconsciente
colectivo tenemos grabado símbolos relacionados con estas fiestas, como
la lotería de Navidad (en España), la cena de pascua (nochebuena), Papá
Noel, los clásicos villancicos, las postales navideñas, los Santos
Inocentes, las campanadas y la uvas de fin año (nochevieja en España), el día de los Reyes Magos de Oriente, etc.
Aunque
la Navidad es un momento dulce, también lo puede ser amargo, sobre todo
para aquellas personas que han perdido a un ser querido. La nostalgia
de aquellos tiempos pasados que fueron mejor, en donde toda la familia
compartía la mesa pascual, son eclipsados por el amargo recuerdo por
todos aquellos seres queridos que se han quedado en el camino. No
obstante, aunque en estas fiestas toca más hondamente la fibra sensible a
aquellas personas que han perdido un ser querido, debemos entender esta
fiesta como símbolo de nuestra inmortalidad a través del nacimiento,
muerte y resurrección de Jesucristo. Esa es la verdadera esencia de la
Navidad. Aunque la vida nos pueda resultar triste, vacía, desesperante,
trágica y absurda, esta fiesta nos hace recordar que todos los seres
humanos estamos destinados, después de nuestro paso por esta vida, a la
felicidad, al amor, la paz y a la trascendencia gracias al sacrificio de
Cristo en la cruz. El bien triunfará sobre el mal, la Luz vencerá a las
tinieblas y la Vida vencerá a la muerte. Quien
quiera seguir a Cristo, cada uno debe cargar con su cruz. El destino
final de todo ser humano no es el sepulcro, el vacío, la oscuridad y la
nada, sino la Luz y la Vida Eterna.
Siguiendo
mi comentario sobre la Navidad, los días más importantes son el 24 de
diciembre, día de nochebuena (en la cultura anglosajona se le llama a
ese día Christmas Eve), el día 25 de diciembre, día de Navidad
(Christmas Day), el día 31 de diciembre, día de nochevieja (New Year`s
Eve), el 1 de Enero (New Year`s Day) y el 6 de enero, día de Reyes. Por
lo general, todos esos días se suele reunir la familia para comer y
cenar gastronomía típica de Navidad, degustando todo tipo de manjares
(marisco, caviar, pavo, cordero, turrón, polvorones, hojaldres, roscón
de pascua, higos navideños, uvas pasas...), bebidas de todo tipo
(refrescos, vino, sidra, cerveza, cava, licores, etc.). La fiebre
consumista que despierta la Navidad hace que por costumbre se compren
todo tipo de regalos familiares. En España se invierte una parte
importante del presupuesto económico familiar a la lotería de Navidad,
la comida y bebida navideña, a ropa, regalos de todo tipo y a salir de
fiesta. Es una época de excesos, de empaches, de jolgorio y de resaca.
Todo ello forma parte de la idiosincrasia y del folclore popular
navideño.
La
Navidad es una fiesta, desgraciadamente, materialista donde se
dispendia mucho dinero en cualquier cosa con tal de cubrir el vacío que
sentimos en nuestras vidas, debido a nuestra falta de valores y de
espiritualidad. La Navidad debería ser motivo para reflexionar acerca
del sufrimiento ajeno. Es motivo para recordar a todos los que pasan
hambre, sed, frío, a los sin techo u hogar, a los marginados sociales,
etc. Debemos superar nuestro egoísmo y materialismo. Vivimos en un mundo
muy convulso, lleno de todo tipo de lacras (guerras, terrorismo,
genocidios, maltrato doméstico y violencia de género, esclavitud,
torturas, etc.). Debemos intentar aportar nuestro granito de arena para
que este mundo sea mejor, en donde haya paz y en vez de guerra (incluso
en Navidad), justicia social en vez de injusticia, libertad en vez de
opresión, amor en vez de rencor... Debemos salir de nuestro
individualismo y pensar en el prójimo. No hace falta ir a países pobres
del Tercer Mundo para ver la miseria que hay en el mundo. En tu pueblo,
en tu ciudad, hay gente pobre y necesitada que precisa ayuda. No sólo
seamos solidarios con los que viven a miles de kilómetros de nosotros,
sino también con el vecino de al lado, con el que está pidiendo en la
puerta de una iglesia, en la entrada de un supermercado, que se sienten
solos y necesitados. Sintamos en nuestro corazón deseos de amor, paz,
justicia y solidaridad hacia los demás. La felicidad no se basa en lo
material, en lo que se tiene o lo que se posee, sino en lo moral y
espiritual. Si ayudas
solidariamente a los demás sin esperar nada a cambio, la felicidad
vendrá multiplicada hacia ti. La felicidad se trata de compartir. Cuanto
más compartas desinteresadamente, más felicidad, plenitud y sentido
habrá en tu vida.
Desgraciadamente,
el concepto de solidaridad que hay en la Navidad está totalmente
desfasado. No se trata de ser solidario porque lo inciten la publicidad
de los medios de comunicación social en esas fechas. Da la impresión de
que queremos lavar nuestras conciencias pensando sólo en estas fechas
para salir de nuestro egoísmo, codicia y vanidad. La solidaridad en
Navidad es sólo un espejismo. ¿Por qué no somos solidarios todo el año
como si fuese Navidad? Esta fiesta, como dije, es puro “marketing”, como
el día de San Valentín (Día de los Enamorados). ¡Ojalá la sociedad se
despierte de su “sueño milenario” y emerja una nueva cultura planetaria
basada en la humanidad, en los valores, en el idealismo y en la
espiritualidad! Ese sería el verdadero espíritu de la Navidad.
¡Muchas gracias!
FUENTES CONSULTADAS FOTOGRAFÍAS
Fotografía de Trafalgar Square de Londres en Navidad
Fuente:http://fotos.navidaddigital.com/ver/PF5DJ31V6P
Fuente:http://fotos.navidaddigital.com/ver/PF5DJ31V6P
Fotografía de la Torre Eiffel de París en Navidad (foto de arriba a la derecha)
Fuente:http://2.bp.blogspot.com/_4aLvlbmp7rk/TP5T5XKN3GI/AAAAAAAAADI/-V1dbpUyAaQ/s1600/torre_eiffel11.jpg
Fotografía del árbol navideño en el Rockeffeler Center de Nueva York (foto de abajo a la izquierda)
Fotografía de Tokio en Navidad (foto de abajo a la derecha)
SCIENCE & RELIGION
EL QUINTO EVANGELIO
“La
«navaja de Ockham» es un principio en ciencia, lógica y epistemología
según el cual en igualdad de condiciones la explicación más simple es la
que prevalece. En el caso particular de la Sábana Santa, ¿cuál es la
explicación más simple? El lector que se precie en leer este artículo
reconocerá a la vista de las pruebas presentadas por la ciencia que la
explicación más simple y coherente es la autenticidad del manto de
Turín.”
Jesús Fraga Cid
Recientemente
he visto varios artículos publicados en Internet, así como en otros
medios públicos de comunicación redactados por “personajes” que se hacen
pasar por sabiondos e intelectuales que opinaban que la imagen que está
plasmada o impresa en la Santa Síndone de Turín no es más que pintura,
es decir, que consideran que es una astuta falsificación medieval, tal y
como certificaba la controvertida y más que cuestionada prueba de
datación por medio del carbono-14, hecha pública en todos los medios de
comunicación del mundo en el año 1988. Es triste, indignante y
vergonzoso que se permitan tales publicaciones sin tener el más mínimo
fundamento, veracidad, demostración y raciocinio.
Antes
de proseguir mi artículo, debo mencionar que hasta la fecha he sido un
acérrimo creyente, aunque siempre he buscado la Verdad de todo basándome
en pruebas objetivas, empíricas, congruentes y tangibles. Es decir, que
me considero además de una persona creyente, un gran filósofo y, en
cierta manera, un “científico” que busca la verdad de temas tan
primordiales como el que estoy abordando ahora mismo.
La
Sábana Santa o Santa Síndone de Turín se ha convertido en la pieza de
arte más estudiada de toda la historia de la humanidad. Es un caso
arqueológico único en el mundo en el que hasta treinta disciplinas
diferentes, incluyendo distintas ramas de la ciencia, han estudiado y
siguen estudiando detallada y minuciosamente cada molécula o partícula
del sagrado lienzo. Yo me he dedicado durante tres largos años a
realizar un proyecto de investigación en Sindonología, para lo cual he
estudiado y contrastado información mediante la lectura de cerca de 25
páginas web de Internet, he leído 5 libros, he escrito más de 5
artículos (todos ellos publicados en este blog de Internet), he visto 6
programas audiovisuales, uno de ellos del prestigioso canal
estadounidense Discovery Channel,
he escuchado varios programas radiofónicos y he observado 28
diapositivas sobre esta incomparable y crucial reliquia. Después de esta
investigación, os puedo decir que tengo la sólida impresión que el
manto de Turín es sin duda auténtico. Aunque mi opinión de nada vale, ya
que habrá personas que aferrados a su arrogancia, egocentrismo e
ignorancia puedan pensar que tal afirmación es inverosímil e ilógica. Mi
opinión se basa a la vista de las investigaciones científicas llevadas a
cabo por 33 miembros que conformaron el denominado STURP (Shroud of Turin Research Project).
Esta comisión, Proyecto de Investigación del Sudario de Turín, formada
por científicos estadounidenses (y qué decir de los norteamericanos que
siempre han ido a la vanguardia en todos los avances científicos y
técnicos, un país que tiene algo más de 200 años de historia y que ha
avanzado en todos los aspectos más que ningún país en todo el mundo en
tan poco tiempo), después de más 20 años de investigación, han llegado a
la conclusión de que la Sábana Santa es sin la menor duda auténtica.
Para
determinar su autenticidad han utilizado los medios técnicos más
sofisticados y avanzados que existen en la era moderna, pasando cientos
de miles de horas analizando e investigando pormenorizadamente el
lienzo. Entre esas técnicas hay que citar la microscopia, la
termografía, la radiografía, espectroscopia, la fluorescencia de rayos
ultravioleta y rayos X y un gran número de medios técnicos que nos
dejarían perplejos al ser conscientes como la ciencia pudo avanzar tanto
en pro de la humanidad. Las conclusiones que llevaron a cabo después de
tantos años de sacrificio investigando el lienzo son: la representación
de la “persona” que está impresa en el lienzo es anatómicamente
correcta; existen cerca de 700 heridas, 120 de ellas producidas en la
flagelación, producidas durante su tormento hasta la muerte por
crucifixión; se han observado impresiones en el manto de monedas datadas
en el año 29 d. J.C. correspondientes al reinado de Poncio Pilato
situados en los párpados del “hombre” de lienzo como era costumbre judía
hacerlo en los tiempos de Cristo; los científicos han observado
impresas plantas correspondientes a la área de Jerusalén, al igual que
restos de pólenes de la misma zona datadas en el siglo I d. J.C.; se ha
demostrado la presencia de marcas reproducidas con suma precisión por
dos objetos propios de la época de Cristo, que son el látigo que flageló
a Jesús de Nazaret y la lanza que le atravesó su costado; se ha
demostrado, después de una exhaustiva y rigurosa investigación, que
había sangre real tipo AB, la sangre más común entre los hebreos, en la
Sábana (el tipo de sangre coincide curiosamente con el Sudario de Oviedo
que supuestamente envolvió el rostro de Cristo después de bajarlo de la
cruz y que siguió caminos separados, y también coincide con el tipo de
sangre impresa, fresca y sin coagular, en dos reliquias conservadas con
mucho mimo en la actualidad después de acaecer dos milagros eucarísticos
reconocidos oficialmente por la Iglesia Católica); existen otras muchas
pruebas apabullantes a favor de la autenticidad, entre ellas la más
importante, la formación de la imagen. Según la gran mayoría de los
científicos eruditos que han estudiado de primera mano el lienzo, el
cadáver de esa “persona” estaba en situación inmóvil y horizontal en el
sepulcro, de forma paralela a la gravedad (flotando el cuerpo de modo
que desafiase la ley física de la gravedad), momentos antes de su
putrefacción surgiría al cabo de unas 36 horas aproximadamente un
proceso de emisión de una energía muy portentosa que duraría milésimas
de segundo o, explicado con otras palabras, se originaría una radiación
sobrenatural de rayos X que tendría lugar durante el momento preciso de
la Resurrección. Momentos después, el cuerpo dejaría de pesar y
desaparecería o se desmaterializaría enigmáticamente del sepulcro. La
incandescencia de la radiación chamuscaría el lienzo, grabando a fuego
las manchas de sangre en positivo óptico, e imprimiría en el mismo una
imagen proyectada de una persona anatómicamente correcta, como un
negativo fotográfico, en imágenes tridimensionales perfectas, y para más
inri, plasmando la estructura interna de su cuerpo, como si tratase de
una placa de rayos X. Esto es muy difícil de digerir si utilizamos la
razón. Por eso me pregunto: ¿qué cadáver humano, si se le puede llamar
humano, puede imprimir tal imagen de esa manera? Seamos sensatos y
racionales. No hay ningún caso y medio técnico-científico conocido en la
actualidad que pueda reproducir la misma imagen con todos sus detalles
más pormenorizados en una tela. (Nadie hasta la fecha pudo reproducir la
imagen de la Síndone de Turín con todas sus características
químico-físicas). Ninguna persona pudo hacer eso, excepto Jesús de
Nazaret. Todo lo que aparece en la Santa Síndone coincide con la
descripción que narran los Evangelios, incluso supera todas las
expectativas sobre la representación artística de “La Pasión de Cristo”,
es decir, que la persona que aparece en el lienzo ha sufrido lo
inimaginable, siendo contradictorio pensar que se trata sencillamente de
un timo medieval. Entonces, ¿por qué dudamos de esta evidencia que no
se puede rebatir con la razón?. ¿Por qué vamos a poner en entredicho las
investigaciones y declaraciones realizadas por estos científicos, que
tienen una importante cultura y estudios, con una larga y dilatada
experiencia profesional en el campo de la ciencia y que han hechos
grandes descubrimientos en pro de la civilización humana? Hablamos de
científicos muy dotados intelectualmente, que han sucumbido a la
evidencia irrefutable de la autenticidad del Santo Sudario (es
importante decir que la gran mayoría de los científicos que investigaron
el lienzo partieron desde una postura escéptica e incrédula a la hora
de efectuar dichas investigaciones, por lo que hay más motivos para
creer en su autenticidad). Podrían tratarse de meras conjeturas o
indicios que nos hagan creer que el lienzo es auténtico, pero la
realidad es que se trata de un conjunto amplio de pruebas científicas a
favor de la autenticidad que dan como resultado una evidencia
incuestionable de su validez, en la que no hay tan siquiera el más
mínimo margen para aplicar el beneficio de la duda razonable. Sin
embargo, para hacernos creer otra cosa se ha hecho malintencionadamente,
ya que hay serias especulaciones de que hubo soborno, la más que
cuestionada prueba de datación a través de la técnica isotópica del
carbono-14. Según esta prueba realizada por científicos de dudosa
honradez y credibilidad, ha dictaminado de manera pública y oficial que
la Sábana de Turín era un lienzo medieval comprendido entre los años
1260 y 1390, con una probabilidad de éxito del 95% (Nature,
1989). Las pruebas de datación se realizaron en los laboratorios de
Oxford, Zúrich y Arizona, siendo supervisadas por el Museo Británico de
Londres.
Ahora como “científico y filósofo” vienen mis preguntas:
¿Cómo
es posible hacer una datación correcta sobre fibras de la tela que han
sido quemadas por varios incendios? Esto distorsionaría
considerablemente su datación al encontrarse restos de carbono. ¿Por qué
no han tomado muestras de otras partes de la tela sin haber sido
dañadas? Esto plantea la idea de la conspiración y el soborno contra la
autenticidad, ya que no creo que sean tan tontos para darse cuenta que
los resultados finales de esta manera no van a ser nada fiables. ¿Tiene
la prueba de datación del carbono-14 antecedentes de haber fallado? Al
parecer son demasiados los errores en cálculo de la datación que han
realizado en numerosas reliquias, dando como resultado fechas
disparatadas. (El carbono-14 tiene un grado de fiabilidad de un 70 % de
media, es decir, hay margen amplio de un 30 % en donde la datación de
objetos arqueológicos han sido erróneas, por lo tanto esta técnica no es
infalible. Por otra parte, una investigación ardua llevada a cabo por
Raymond Rogers sobre la Sábana Santa refutó la datación del carbono 14
al descubrir que dicha prueba se realizó tomando como muestras parches y
remiendos que se le hicieron al lienzo tras las quemaduras que sufrió
en el incendio de 1532 en Chambery, Francia. Esta investigación, que
invalida la prueba del radiocarbono, fue publicada en la prestigiosa
revista científica, sometida a revisión por pares, Thermochimica Acta).
En el caso particular de la Sábana, para demostrar el fraude de la
datación, los científicos han hecho simulaciones con piezas de arte
datadas correctamente reproduciendo de una manera muy similar las
quemaduras que hay en el lienzo en esas piezas, dando como resultado,
para asombro de los propios investigadores, un rejuvenecimiento de
muchos siglos de dichas piezas. Por si fuera poco, la Sábana tiene
restos de bacterias y hongos que “tergiversaron” y adulteraron la fecha
de origen del lienzo (esta teoría la formuló audazmente un microbiólogo
del STURP). ¿Existen precedentes que confirmen la existencia de la
Sábana Santa antes de las fechas datadas por el carbono-14? Al parecer
sí. Existen muchos testimonios de personas registrados documentalmente,
así como otros tipos de documentos y libros que narran de manera
inequívoca la existencia del lienzo con las mismas características que
tiene hoy en día antes de la Edad Medieval. Sólo hace falta buscar la
información sobre la cronología de la Sabana Santa y os daréis cuenta de
que no estoy mintiendo al afirmar esto. Como dice el Evangelio: “Buscad
y hallaréis” (Mateo, 7,7).
Siendo
condescendiente con los “personajes” que hicieron la datación y los que
defiende a capa y espada su inverosímil teoría de la falsificación y su
conspiración contra la autenticidad, debo hacer otras preguntas: si
aceptamos como correcta la prueba de datación, ¿en qué aspecto es falso
el lienzo de Turín?, es decir, ¿está la imagen pintada en el lienzo con
pintura o en realidad se trata de una persona normal que sufrió los
mismos martirios y tormentos que Jesús de Nazaret? Si se tratase de una
pintura como muchos ignorantes y necios creen, ¿cómo es posible recrear a
través de unas simples pinceladas a una persona anatómicamente
perfecta? No sólo eso, ¿cómo es posible que se puedan plasmar con
pinturas estructuras internas del cuerpo? O ¿cómo es posible que la
propia pintura pueda ser al mismo tiempo un negativo y tener propiedades
tridimensionales? Yo dentro de mi humildad y afán por buscar la Verdad
no adulterada opino que no se trata de simple pintura. ¿Y en qué me baso
para decir esto? Me baso en las investigaciones realizadas por varios
miembros de la todopoderosa N.A.S.A. que han estudiado directamente el
lienzo, demostrando de manera concluyente, empírica e irrefutable que no
existen ni tan siquiera indicios de restos de pigmentos colorantes,
pinturas, tintes, tinturas o cualquier otra sustancia artificial
(orgánica o inórganica). Por lo tanto, no es pintura. Aunque voy a
seguir siendo condescendiente por los que consideran que la datación es
correcta y hacer más preguntas para que ellos mismos recapaciten y
traten de desengañarse. Si la imagen de la Santa Síndone no es más que
pintura: ¿qué persona “humana” ha podido crear el mayor engaño de la
historia de la humanidad? Pienso que para conseguirlo necesitaría una
inteligencia fuera de la normal, es decir, debería tener desarrollado su
coeficiente intelectual al menos en un 70%. Según la ciencia el hombre
(sin excluir a la mujer) sólo ha podido desarrollar hasta un 10 % de
nuestro potencial intelectual. Si es una persona de la Edad Media quien
pintó eso, ¿qué saldría ganando con todo ello?. ¿Cómo iba a preveer las
repercusiones sociales, teológicas, científicas, filosóficas, etc. que
depararían en el futuro? Haría falta que esa persona de la Edad Media
tuviese los conocimientos en fotografía, medicina, anatomía,
microbiología, física, química, antropología, etc., al mismo tiempo.
¿Cómo es posible crear una imagen así con todos su detalles
pormenorizados sin dejar un cabo suelto? Detalles como, por ejemplo, que
no aparezcan los dedos pulgares en las manos o la dirección que siguió
las manchas de sangre. Según los científicos, cuando a una persona se le
clava un clavo en el nervio mediano de la muñeca, automáticamente el
dedo pulgar se retrae. O cuando hablamos del movimiento y dirección que
siguieron las manchas de sangre que están plasmadas en lienzo, las
cuales siguieron la ley natural de la coagulación. Igualmente, cuando se
le clava al reo por la muñeca, cuando todo el arte de aquellos tiempos
era representar en las pinturas clásicas y medievales a Cristo con los
clavos en las palmas de las manos. Son detalles pormenorizas que
inevitablemente no se tendrían cuenta por un falsificador, haciendo
materialmente imposible un fraude. Además, según la versión de las
distintas ramas de la ciencia que investigaron el manto, los contextos
históricos de flagelación, crucifixión y sepultación que se reproducen
magistralmente en la Sábana no coinciden con los de la Edad Medieval,
sino que sus rasgos plasmados en la tela se dan con extrema precisión y
pormenorización con los tiempos de Cristo. ¿Por qué vamos a dudar de la
veracidad de la ciencia?. Si en realidad la imagen del lienzo no se
tratase de pintura, sino de otra persona, ¿por qué esta persona habría
de sufrir más de lo que se esperaba?. ¿Por qué se la habría causado tal
tormento?. Estaríamos hablando de la persona más ajusticiada de toda la
historia de la humanidad. ¿Cómo una persona “normal”, cuando digo normal
me refiero a que no tenga una faceta divina, puede después de muerta
aparecer impresa en una simple tela de esa manera tan enigmática y
misteriosa? Me resulta descabellado y sin fundamento llegar a la
conclusión de que trata de una falsificación. Por eso pienso que si
valoramos el conjunto de todas las pruebas otorgadas por la ciencia en
lo referente a esta reliquia, la más universal, así como la más
estudiada, la más controvertida y la más importante de toda la historia
de la humanidad, las sopesamos en una balanza, nos daremos cuenta que
sólo hay una prueba en contra de la autenticidad y más de centenar a su
favor. Por lo tanto, si nos rendimos a la evidencia y utilizamos el
sentido común, es mucho más fácil creer en su autenticidad que pensar
que es una falsificación (esto mas bien sería, paradójicamente, cuestión
de fe para los más escépticos e ignorantes).
Más
razones que nos hacen reafirmar en nuestra creencia sobre la
autenticidad las encontramos en las últimas investigaciones muy
recientes en las que algunos científicos en un laboratorio de la capital
londinense estuvieron analizando el lienzo y descubrieron que en su
reverso existe una imagen fantasmagórica que podría tratarse del mismo
Jesús de Nazaret. En todo caso, fuesen esos rasgos del reverso de Cristo
o no, esto no haría más que consolidar y ratificar el carácter
enigmático y esotérico de la Santa Síndone.
Para
profundizar más en el tema, quisiera mencionar las características del
manto de Turín. Son las siguientes: “absoluta superficialidad, extrema
pormenorización, estabilidad térmica y química plenas, comprobada
ausencia de pigmentación de cualquier clase, estabilidad al agua, no
direccionabilidad, negatividad y tridimensionalidad”. Estas
características obligan a descartar cualquier técnica conocida
(artificial o natural) para reproducir la imagen: “tintura, polvo,
tinte, vapor, vaporografía, sudor, energía térmica, contacto directo,
contacto...” (Características del Santo Sudario de Turín, Carmen Porter,
“La Sábana Santa”, pag. 94-95).
En
definitiva, todas las disciplinas científicas y técnicas que tomaron
parte en la investigación de la Sábana Santa (fotografía, informática,
medicina forense, física, química, arqueología, palinología, botánica,
paleografía, numismática, antropología forense, etc.) se decantan de
manera rotunda, concluyente e irrefutable a favor de su autenticidad.
Como
cité nada más comenzar a redactar este artículo, hay un principio en
ciencia denominado «la navaja de Ockham» según el cual en igualdad de
condiciones, la explicación más simple es la que prevalece. En el caso
particular de la Sábana Santa, ¿cuál es la explicación más simple? Que
las pruebas aducidas por las distintas ramas de la ciencia, las cuales
demostraron más allá de cualquier duda razonable la autenticidad del
manto de Turín, sea la explicación más simple o que una única prueba
técnica (carbono-14) de dudoso rigor y credibilidad, que ha sufrido una
serie de irregularidades en la metodología y en el protocolo científico
de la datación y que no ha tenido en cuenta tres factores contaminantes
(microbiológica, química y radiactiva) sea la teoría correcta. ¿Qué es
más simple? Que sea correcta la versión oficial de la ciencia, la cual
certificó la autenticidad del Sudario de Turín, o que todos los
científicos integrantes de la Comisión STURP, la Academia de Ciencias de
París, la NASA, AMSTAR, etc. que investigaron el manto estén
conspirando para hacer creer al mundo entero en algo que es realmente un
fraude. ¿Qué explicación sería más verosímil y coherente? Que la
composición y formación de la imagen plasmada en sagrado lienzo no sea
obra humana o que todo sea producto de un fraude, el mayor engaño de la
historia, creado por un falsificador medieval que tenía todos los
conocimientos necesarios en disciplinas tan diversas como anatomía,
fotografía, medicina, palinología, bioquímica, paleografía,
antropología, etc., al mismo tiempo, incluso antes de inventarse la
fotografía, el microscopio o se conociese la circulación y los grupos
sanguíneos. Si nos basamos a la vista de las pruebas, lo más coherente,
plausible, racional y simple es creer que el manto no es simplemente una
falsificación, sino que es genuino y auténtico.
Quiero
aportar a continuación el listado de disciplinas técnicas que ha
estudiado el Sudario de Turín para que el lector tenga una mínima idea
de la tremenda importancia y exhaustivo estudio realizado sobre esta
tela, la cual ha sido investigada por los mejores científicos en sus
respectivas especialidades utilizando la tecnología más vanguardista que
existe en la actualidad. Estas son las disciplinas:
- Fotografía: Visible, infrarrojos y ultravioleta (total: 5.000 fotografías)
- VP-8: Análisis de imagen. Ampliación de imagen computerizada.
- Análisis de la función de mapas. Imágenes topográficas.
- Análisis multiespectral.
- Análisis matemático de la imagen.
- Rayos X de baja energía: Fluorescencia de rayos X. Reflexión espectroscópica: Ultravioleta, visible e infrarrojos.
- Termografía: Microdensitómetro
- Macroscopia
- Microscopia: Polarización, fluorescencia, contraste de fase de electrones.Bioestereometría: Espectroscopio RAMAN.
- Láser de prueba microlasérica.
- Espectroscopio de dispersión de la energía del electrón.
- Transmisión espectral microespectrofotométrica.
- Prueba química húmeda: Generación de purpurina fluorescente; hemoglobina CYAN y test de hemocromagen.
- Proteasa Lysis: Análisis químico de las proteasas.
- Inmunofluorescencia.
- Cámara endoscópica.
Además
de las anteriores disciplinas hay que añadir la friolera cifra de más
de 1.000 experimentos químicos para determinar la naturaleza de la
imagen, de las marcas de sangre, de la textura del lino, de las marcas
de agua, de las diferentes fibras, de las partículas y detritus y la
presencia de posibles pigmentos orgánicos e inorgánicos, así como la
experimentación de todos los caminos humanos posibles para tratar de
crear una imagen igual a la de la Síndone de Turín. (Ver sus
conclusiones arriba en características del Sudario de Turín). (Listado
de disciplinas técnicas, Carmen Porter, “La Sábana Santa”, pag. 94).
Según
los rasgos que aparecen plasmados en la Santa Síndone de Turín, Jesús
de Nazaret murió de hematidrosis, ayuno absoluto, contusiones y
fracturas, hemorragias, anemia secundaria, deshidratación global,
hemoconcentración, hiperpotasemia, alteraciones de la termorregulación,
pleuritis exudativo-hemorrágica, contusión pulmonar, pericarditis,
asfixia parcial y paroxismo por crucifixión, síndrome de
descondicionamiento y colapso ortostático.
Es
necesario mencionar que la razón nunca podrá probar la divinidad de
Cristo y que la ciencia siempre ha estado en confrontación y
discordancia con la religión o la teología, ya que la ciencia basa sus
descubrimientos en pruebas objetivas, tangibles, empíricas, tangibles y
racionales; mientras que la religión y la teología sólo son doctrinas
que se basan en el subjetivismo, la creencia, el idealismo, en el
moralismo, la superstición, etc. En las cuestiones más primordiales de
la condición humana, como son el origen del universo, el origen de la
humanidad, la clonación de embriones humanos para fines terapéuticos, la
reproducción asistida mediante fecundación in vitro, la eugenesia, el
aborto, la eutanasia, la criogénesis, la existencia o no de vida después
de la muerte, etc., la ciencia ha estado reñida con la religión y la
teología. De todos modos, en el caso de la posible existencia de vida
después de la muerte contradictoriamente existen algunas ramas de la
ciencia, como la parapsicología y la tanatología, que han llegado a
probar y confirmar científicamente su existencia, a pesar de que los
muchos científicos, basados en dogmas materialistas, se empeñan en hacer
creer al mundo, injustificadamente, que tales pruebas no tienen ningún
fundamento y demostración.
Generalmente
damos mayor credibilidad a la ciencia por sus grandes avances y
descubrimientos que han hecho durante toda la historia y que han servido
para mejorar y prolongar la calidad y esperanza de vida de las
personas. Sin embargo, debemos alegrarnos y congratularnos porque la
supervalorada ciencia, en una de sus pocas coincidencias, da la razón a
los creyentes y a la teología en la cuestión más fundamental que se
planteó la razón humana durante 20 siglos. Me estoy refiriendo,
lógicamente, a la prueba científica de la autenticidad de la Sábana
Santa, es decir, a la demostración científica, empírica y objetiva de
que Dios sí existe, admitiendo sin ningún tipo de duda y rubor que la
imagen del Mesías plasmada en el Sudario se formó sobrenaturalmente en
el momento de la Resurrección. ¡“Chapó para la ciencia por su saber
estar y humildad”!
Ante
la revelación científica de la autenticidad del lienzo, debemos ser,
por tanto, positivos, para ello necesitamos abrir nuestro corazón y
nuestra mente para aceptar y comprender la Verdad de la autenticidad de
la Santa Síndone y su mensaje de Salvación para toda la humanidad. Esa
Verdad, dogma de Resurrección para todos los creyentes y no creyentes.
Esa Verdad que es pura, sagrada y transparente, que no esta
distorsionada y adulterada por concepciones e interpretaciones
personales erróneas basadas en el subjetivismo, la arrogancia, la
ingenuidad, el egocentrismo y la ignorancia. Es, entonces, la Santa
Síndone de Turín el “As” que Dios ha tenido y tendrá guardado en la
manga en favor de la inmortalidad. Así que “dichosos los que sin ver,
creyeron” (Juan, 20, 29).
Para
concluir este artículo que dedico a la Sábana Santa de Turín, debo
decir que las personas que hacen publicaciones adulterando, manipulando y
distorsionando la Verdad (una Verdad que es compartida y defendida por
la abrumadora mayoría de la población) sobre el manto de Turín, tratando
de este modo de desviar la atención de lo que de verdad importa,
intentando acaparar y jugar con los sentimientos de gente inocente,
lavándoles el cerebro con ideas radicales, infundadas e irracionales, no
se merecen, pues, ni la más mínima credibilidad, respeto y
consideración. Y menos cuando ellos no han tenido la oportunidad de ver,
palpar e investigar directa y personalmente con sus propios medios el
Santo Sudario de Turín.
A
continuación aportaré este pasaje de Su Santidad Juan Pablo II después
de venerar la Sábana Santa situada en la capilla del Duomo de la
Catedral de Turín y antes de su fallecimiento:
“En
este mundo descreído y cínico, Dios nos regala la Sábana Santa, un
corazón para contemplarla y los medios científicos para estudiarla. Los
que tengan ojos, que lo vean, los que tengan corazón, que lo abran, y
los que tengan inteligencia que tratan de averiguar que nos comunica
Dios. Dios no nos comunica una cosa, sino que nos presenta a su Hijo
unigénito amado”.
ANEXO
RESUMEN CIENTÍFICO
En el año 1982 Kenneth E. Stevenson y Gary R. Habermas en su obra "Dictamen sobre la Sábana de Cristo" concluyen con un Resumen del inesperado testimonio para la Ciencia del amplio análisis por parte de lo que llamaría La Cumbre de la Ciencia,
como lo fue el equipo STURP, del que ambos eran parte y como casi todos
los integrantes del equipo multidisciplinario integrado por selectos
científicos racionalistas y apegados a la realidad del método
científico, llegaron a Turín con todo su abundante aparataje convencidos
que rápidamente demostrarían que la imagen era obra humana. Se dudaba
la manera de decírselo al arzobispo de Turín, Anastasio Ballestrero,
quien había dado su aprobación a la investigación con el formal
compromiso que fuera él el primero en ser informado si se encontraba
algún indicio de superchería. Existía ansiedad en ellos pues serían la
causa del derrumbe de un mito al que tantos fieles lealmente admiraban.
Pero ellos eran científicos y buscadores e informadores de la verdad.
Dudaban que entre las tantas pruebas que harían hubiera alguna que
generara dudas en cuanto a la naturaleza de la imagen. La duda la tenían
por la tridimensionalidad de las fotos demostrada antes de venir, pero
el convencimiento era que frente a la tela y con sus equipos y ciencia
encontrarían una justificación para eso, un accidente científico quizá.
Nada podría ser indemostrable para ellos en lo que solo podría ser una
natural creación humana.
Han
pasado 24 años y a varios investigadores del equipo STURP pareciera se
les trabó la lengua en lo relacionado con la Síndone. Pasaron las horas y
ninguno habló con monseñor. El rostro de suficiencia del que sabe que
sabe fue dando lugar a rostros preocupados, absortos, pensativos,
incrédulos y por, sobre todo, humildes. Dogmas derrumbándose, paradigmas
desapareciendo, certezas con base de arena. Había "alguien" suprahumano
que sabía infinitamente más que ellos. Varios agnósticos miraron hacia
el cielo y hacia la microdimensión, ambos infinitos, es decir, miraron
hacia Dios y admiraron Su Creación universal que ahora lo entendían, no
era fruto del azar sino obra de una Mente que así todo lo programó de
manera perfecta. Sintieron una "presencia" que, comprensivamente, les
hacía ver que no era casual que allí ellos estuvieran. Pasaron siete
años analizando datos una y otra vez, hasta que decidieron hablar con
monseñor para revelarle que la Sábana era, como decirlo: realmente
Santa.
FUENTES CONSULTADAS
Anexo (Resumen científico)
Fotografía de arriba (Santo Sudario de Turín)
Fotografía de abajo (Interior de la Catedral San Juan Bautista de Turín)
Fuente: http://www.latribuna.hn/2010/03/28/turin-muestra-la-sabana-santa-tras-casi-700-anos-de-misterio/
SPORT (AUTHOR: LLISES FOREST)
LA LIGA ESPAÑOLA DE LAS ESTRELLAS: LA MEJOR LIGA DE FÚTBOL DEL MUNDO
Seis clubes españoles (Real Madrid, F.C. Barcelona, Atlético de Madrid, Valencia C.F., Sevilla C.F. y Real Zaragoza)
pueden presumir de conquistar a lo largo de la historia un título
europeo. La liga española alberga 33 títulos europeos, posicionándose en
la cima en cuanto al número de títulos oficiales conquistados, por
delante de Inglaterra e Italia, ambos con 29 títulos.
Esta espectacular e impresionante cosecha está distribuida en 13 Copas de Europa, 7 Recopas, 6 Copas de Ferias, 5 Copas de la UEFA y 1 Liga Europa. Completan este descomunal palmarés del fútbol español con 4 Copas Intercontinentales, 1 Mundial de Clubes y 9 Supercopas de Europa que suman en total la friolera cifra de 46 títulos internacionales,
a falta del Mundial de Clubes que disputará el F.C. Barcelona en Japón
que podría suponer en total 47 títulos para liga española de fútbol.
La liga española se consolida claramente como la mejor liga del mundo, con 46 títulos internacionales, seguida de la liga inglesa (Premier League) con poco más de 35 títulos oficiales internacionales, y con menos de 35 títulos están la liga italiana (Calcio), la liga alemana (Bundesliga), la holandesa, la francesa, etc.
De los seis flamantes españoles que ganaron un título internacional, actualmente el F. C. Barcelona es que el más trofeos acumula en sus vitrinas con 16 títulos oficiales internacionales,
a expensas de lo que haga en Japón el próxima mes de diciembre de 2011
que le permitirá alcanzar la apabullante cifra de 17 títulos
internacionales. El Real Madrid es el segundo club de nuestra liga con
más títulos internacionales, sumando un total de 15. No obstante, si
computamos todos los títulos oficiales a nivel nacional e internacional,
el Real Madrid sería el club más laureado, importante y prestigioso de
la historia del fútbol mundial. El Real Madrid
es el club de fútbol que tiene más títulos (concretamente tiene 9
títulos de Copa de Euroa, seguido del A. C. Milán con 7) de la
competición de clubes más importante del mundo, la UEFA Champions League. Igualmente, el Real Madrid es el único club en el mundo que ha conseguido el trofeo al mejor club de siglo XX designado por la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación) en diciembre del año 2000. La Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol designó al Real Madrid como mejor club del siglo XX a nivel mundial en el año 2002 y en el 2009 como mejor club del siglo XX a nivel europeo.
La liga española también puede presumir de tener a los mejores futbolistas del mundo. De hecho, muchos de ellos han ganado un Balón de Oro (título que otorga la prestigiosa revista France Football al mejor jugador del mundo en cada temporada) y juegan o han jugado en clubes de la Liga Española, conocida como La Liga de las Estrellas. Por
poner algunos ejemplos, cabe citar a Zinedine Zidane, Lionel Messi,
Cristiano Ronaldo, Ricardo Kaká, Ronaldo, Luis Figo, Fabio Cannavaro,
Rivaldo, Romario, Michael Owen y un largo etcétera han conseguido el Balón de Oro.
En
definitiva, la liga española es, sin lugar a dudas, la mejor liga de
fútbol del mundo. Así lo acreditan las estadísticas. Más valor tiene que
lo sea en el fútbol, puesto que está considerado como el deporte rey
por excelencia en casi todo el mundo. El fútbol es deporte más
importante y popular en los 5 continentes.
Curiosamente,
este momento muy dulce que vive el fútbol español a nivel de clubes,
también coincide a nivel de selección, tanto absoluta como de categorías
inferiores. La selección española de fútbol, bautiza “La Roja” ha logrado un hito histórico al conseguir la Eurocopa de Naciones de la UEFA de Austria y Suiza en el año 2008 y el Mundial de selecciones de la FIFA en Sudáfrica en el año 2010.
España
está en la elite del deporte mundial en todos los ámbitos (fútbol,
baloncesto, tenis, motociclismo, ciclismo, balonmano, etc.,).
¡Sintámonos orgullosos de nuestro deporte español ahora más que nunca! ¡Viva España!
FUENTES CONSULTADAS
La liga española de fútbol es la mejor del mundo
Fuente: Diario Marca
Fotografía
de la izquierda arriba (Real Madrid coronándose campeón del mundo de
clubes en la Copa Intercontinental en Tokyo en el año 2002)
Fotografía de la derecha arriba (F.C. Barcelona coronándose como campeón de la Copa de Europa en Londres en el 2011)
Fuente:http://fercuevasblogfutboleuropeo.blogspot.com/2011/06/fc-barcelona-capeon-de-copa-de-europa.html
Fotografía de abajo a la izquierda (Atlético de Madrid coronándose campeón de la Europa League en Hamburgo en el año 2010)
Fotografía de abajo a la derecha (Sevilla C.F. coronándose campeón de la Supercopa de Europa en Mónaco en el año 2006)
SCIENCE & SPIRITUALITY
LOS PARALELISMOS ENTRE LA FÍSICA MODERNA Y LA MÍSTICA ORIENTAL
La
física del siglo XX ha ejercido profunda influencia sobre el
pensamiento filosófico en general, porque ha revelado una limitación
insospechada de las ideas clásicas y ha impuesto una revisión radical de
muchos de nuestros conceptos básicos. El concepto de materia en la
física subatómica, por ejemplo, es totalmente diferente de la sustancia
material tradicional en
la física clásica, y otro tanto puede decirse de conceptos como los de
espacio, tiempo o causalidad. Tales conceptos son, sin embargo,
fundamentales para nuestra perspectiva del mundo que nos rodea, y, con
la radical transformación de los mismos, toda nuestra visión del mundo
ha empezado a cambiar.
Todos
estos cambios producidos por la física moderna parecen conducir a una
visión del mundo que es muy similar a la del misticismo oriental.
Se
puede encontrar un análisis detallado de los paralelos entre las
principales teorías de la física moderna y las tradiciones místicas del
Lejano Oriente en The Tao of Physics
(Capra, 1975). En este artículo me interesa dedicarme a dos ideas sobre
las cuales insiste todo el misticismo oriental y que constituyen temas
recurrentes en la visión del mundo que tiene la física moderna: la
unidad e interrelación mutua de todas las cosas y acontecimientos y la
naturaleza intrínsecamente dinámica del universo.
Después
de una breve presentación conjunta de la visión mecanicista del mundo,
que caracteriza a la física clásica, y de la visión orgánica del
misticismo oriental, explicaré de qué manera surge en la teoría cuántica
la idea de una interconexión fundamental de la naturaleza, idea que
adquiere un carácter esencialmente dinámico en la teoría de la
relatividad, que implica una nueva concepción de las partículas
íntimamente relacionada con la concepción oriental del mundo material.
La visión mecanicista y la visión orgánica del mundo
La
visión tradicional de la física clásica es un enfoque mecanicista del
mundo que tiene sus raíces en la filosofía de los atomistas griegos,
quienes veían la materia como constituida por varios elementos básicos
de construcción, los átomos, que son puramente pasivos y se hallan
intrínsecamente muertos. Se pensaba que a los átomos los movía alguna
fuerza externa a la que con frecuencia se atribuía un origen espiritual,
con lo cual se la suponía fundamentalmente diferente de la materia.
Esta imagen llegó a ser parte esencial del modo de pensar de Occidente y
dio origen al dualismo entre espíritu y materia, entre la mente y el
cuerpo, que es característico del pensamiento occidental. Este dualismo
fue formulado en su forma más tajante en la filosofía de Descartes,
quien basó su visión de la naturaleza en una división fundamental entre
dos ámbitos separados e independientes: el de la mente (res cogitans) y
el de la materia (res extensa). La división cartesiana permitió que los
hombres de ciencia trataran la materia como algo muerto y totalmente
separado de ellos y vieran el mundo material como una multitud de
objetos diferentes reunidos en un enorme mecanismo. Tal visión
mecanicista del mundo fue la que sirvió a Newton como base para la
construcción de su mecánica, y de ella hizo el fundamento de la física
clásica.
A
la concepción mecanicista del mundo se opone la visión de los místicos
orientales, que puede ser caracterizada con la palabra orgánica en tanto
que considera que todos los fenómenos del universo son partes
integrales de una totalidad inseparable y armoniosa. Para el místico
oriental, todas las cosas y los acontecimientos percibidos por los
sentidos están interrelacionados, conectados, y no son otra cosa que
aspectos o manifestaciones diferentes de una misma realidad última.
Nuestra tendencia a dividir el mundo que percibimos en cosas
individuales y separadas y a vivenciarnos como un yo aislado en este
mundo es considerada una ilusión proveniente de la tendencia de nuestra
mentalidad a medir y categorizar. La división de la naturaleza en
objetos separados es ciertamente útil y necesaria para manejarnos en
nuestro ambiente de todos los días, pero no es un rasgo fundamental de
la realidad. Para el místico oriental, todos esos objetos tienen, por
consiguiente, un carácter de fluidez y cambio continuos. La visión
oriental del mundo es, pues, intrínsecamente dinámica, y contiene como
características esenciales al espacio y al tiempo. Se ve el cosmos como
una única realidad inseparable – en eterno movimiento, viva y orgánica –
espiritual y material al mismo tiempo. Mientras que el movimiento y el
cambio son propiedades esenciales de las cosas, las fuerzas que causan
el movimiento no están fuera de los objetos, como en la visión griega
clásica, sino que son una propiedad intrínseca de la materia. Veamos
ahora cómo aparecen en la física moderna los rasgos principales de este
plan.
La teoría cuántica
Una de las características importantes de la teoría cuántica ha sido reconocer que la probabilidad es una característica fundamental de la realidad atómica que rige todos los procesos, e incluso la existencia de la materia. Las partículas subatómicas no existen con certeza en lugares definidos, sino que más bien – como ha expresado Heisenberg (1963) – muestran tendencia a existir. Los hechos atómicos no ocurren con certeza en momentos definidos y de maneras definidas, sino que muestran tendencia a ocurrir. Henry Stapp (1971) subraya que estas tendencias o probabilidades no son probabilidades de cosas, sino más bien probabilidades de interconexiones. Cualquier objeto atómico observado constituye un sistema intermedio que vincula la preparación del experimento a la medición subsiguiente. Existe y tiene significado solamente en este contexto; no como una entidad aislada, sino como una conexión entre los procesos de preparación y de medición. Las propiedades del objeto no pueden ser definidas independientemente de esos procesos. Si la preparación o la medición se modifican, las propiedades del objeto también cambiarán.
Por
otra parte, el hecho de que hablemos de un objeto – un átomo, un
electrón o cualquier otro sistema observado – demuestra que pensamos en
alguna entidad física independiente que primero se prepara y después se
mide. En física atómica el problema básico que plantea la observación es
que – tal como lo expresa Stapp (1971) – para definirlo es necesario
que el sistema observado esté aislado, y sin embargo, para observarlo
debe interactuar. En la teoría cuántica este problema se resuelve de
manera pragmática mediante la exigencia de que los dispositivos de
preparación y de medición estén separados por una gran distancia, de
modo que el objeto observado esté libre de su influencia mientras viaja
de la zona de preparación a la zona de medición.
En
principio, esta distancia debe ser infinita. En el marco de la teoría
cuántica, el concepto de una entidad física separada sólo se puede
definir con precisión si dicha entidad se encuentra infinitamente lejos
de los dispositivos de observación. Por cierto que en la práctica esto
no es posible, y tampoco necesario. Tenemos que recordar aquí que la
actitud básica de la ciencia moderna es que todos sus conceptos y
teorías son aproximados. En el caso que nos ocupa, esto significa que no
es necesario que el concepto de una entidad física separada tenga una
definición exacta, sino que se puede definir en forma aproximada. Cuando
se trabaja con distancias grandes entre los dispositivos de preparación
y los de medición, sus efectos perturbadores sobre el objeto observado
son pequeños y por ende desdeñables, y se puede decir que se está
observando una entidad física separada. Por consiguiente, un concepto
tal no pasa de ser una idealización. Cuando los dispositivos de medición
no están colocados a la distancia suficiente, ya no es posible desdeñar
su influencia y la totalidad del sistema macroscópico forma un todo
unificado, desvaneciéndose la idea de un objeto observado.
La
teoría cuántica revela, pues, la existencia de una cualidad esencial de
conexión recíproca en el universo. Demuestra que no podemos descomponer
el mundo en unidades mínimas con existencia independiente. A medida que
penetramos en la materia nos encontramos con que está hecha de
partículas, pero tales partículas no son bloques de construcción básicos
en el sentido en que lo entendían Demócrito y Newton. Son simplemente
idealizaciones, útiles desde un punto de vista práctico, pero
desprovistas de una significación fundamental.
Con
palabras de Niels Bohr (1934): Las partículas materiales aisladas son
abstracciones, ya que sus propiedades sólo son definibles y observables
mediante su interacción con otros sistemas.
La telaraña cósmica
En el nivel atómico, pues, los objetos materiales sólidos de la física clásica se disuelven en secuencias de probabilidades; y estas secuencias no representan probabilidades de cosas, sino probabilidades de interconexiones. La teoría cuántica nos obliga a ver el universo no como una colección de objetos físicos, sino más bien como una complicada telaraña de relaciones entre las diversas partes de un todo unificado.
Werner
Heisenberg (1963) lo expresó diciendo: El mundo se muestra así como un
complicado tejido de sucesos en el cual alternan, se superponen o se
combinan conexiones de diferentes clases, que al hacerlo así determinan
la textura del todo.
Pues
bien, esta es la forma en que vivencian el mundo los místicos
orientales, que con frecuencia expresan su experiencia en palabras casi
idénticas a las que usan los físicos atómicos. Tómese, por ejemplo, la
cita siguiente de un budista tibetano, el Lama Govinda (1973):
[Para
el budista] el mundo externo y su mundo interior son sólo dos lados de
la misma tela, en la cual los hilos de todas las fuerzas y de todos los
acontecimientos, de todas las formas de consciencia y de sus objetos,
están entretejidos en una red inseparable de relaciones interminables y
recíprocamente condicionadas.
Estas
palabras de Govinda destacan otra característica que tiene fundamental
importancia tanto en la física moderna como en el misticismo oriental.
La universal conexión recíproca de la naturaleza incluye siempre y de
manera esencial al observador humano y a su consciencia. En la teoría
cuántica los objetos observados sólo se pueden entender en función de la
interacción entre los procesos de preparación y medición, y el término
de esta cadena de procesos se encuentra siempre en la consciencia del
observador humano. La característica más importante de la teoría
cuántica es que el observador humano no sólo es necesario para observar
las propiedades de un objeto, sino que es necesario incluso para definir
tales propiedades. En física atómica jamás podemos hablar de la
naturaleza sin hablar al mismo tiempo de nosotros mismos. Tal como lo
formuló Heisenberg (1963): La ciencia natural no se limita a describir y
explicar la naturaleza; es parte de la acción recíproca entre la
naturaleza y nosotros.
En
la física moderna, pues, el científico no puede desempeñar el papel de
un observador desapegado, sino que se ve comprometido en el mundo que
observa. John Wheeler (1974) considera que el compromiso del observador
es la característica más importante de la teoría cuántica, razón por la
cual ha sugerido que la palabra observador fuera reemplazada por
participante. Pero también esta es una idea bien conocida de los
estudiosos de la tradición mística. El conocimiento místico jamás puede
ser obtenido mediante la mera observación, sino solamente por una
participación plena que compromete a la totalidad del ser. La idea del
participante es, pues, básica en las tradiciones místicas de Oriente.
La teoría de la relatividad
La segunda teoría básica de la física moderna, la teoría de la relatividad, nos ha obligado a modificar drásticamente nuestros conceptos del espacio y del tiempo. Ha demostrado que el espacio no es tridimensional y que el tiempo no es una entidad aparte. Ambos están íntimamente conectados y forman un continuo tetradimensional llamado espacio-tiempo. Por consiguiente, en la teoría de la relatividad no podemos hablar del espacio sin hablar del tiempo y viceversa. Ya llevamos largo tiempo conviviendo con la teoría de la relatividad y nos hemos familiarizado completamente con su formalismo matemático, pero esto no nos ha servido de mucho en lo que se refiere a la intuición. No tenemos experiencia sensorial directa del continuo tetradimensional espacio-tiempo, y si bien esta realidad relativista se manifiesta, se nos hace muy difícil afrontarla en el nivel de la intuición y del lenguaje ordinario.
Aparentemente,
una situación similar existe en el misticismo oriental. Los místicos
parecen capaces de alcanzar estados de consciencia no ordinarios, en los
cuales trascienden el mundo tradicional de la vida cotidiana para
vivenciar una realidad superior y multidimensional, una realidad que,
como la de la física relativista, es imposible de describir con el
lenguaje ordinario. Govinda (1973) se refiere a esa vivencia cuando
escribe:
Se
logra una vivencia de dimensionalidad superior cuando se integran
vivencias de diferentes centros y niveles de consciencia. De aquí que
ciertas experiencias de la meditación sean imposibles de describir en el
plano de la física tridimensional.
Es
posible que las dimensiones de estos estados de consciencia no sean las
mismas de las que se ocupa la física relativista, pero es sorprendente
que hayan llevado a los místicos a formular ideas del espacio y del
tiempo que son muy similares a las implícitas en la teoría de la
relatividad. En todo el misticismo oriental parece haber una especial
intuición del carácter espacio-temporal de la realidad. Se insiste una y
otra vez en el hecho de que el espacio y el tiempo están
inseparablemente vinculados, lo que es tan característico de la física
relativista. Así, el estudioso del budismo D. T. Suzuki escribe (1959):
Como hecho de la experiencia pura, no hay espacio sin tiempo ni tiempo
sin espacio.
En
la física moderna los conceptos de espacio y tiempo son tan básicos
para la descripción de los fenómenos naturales que su modificación
entraña una modificación de todo el marco de referencia de que nos
valemos para describir la naturaleza. La consecuencia más importante de
esta modificación es haber comprendido que la masa no es más que una
forma de energía, que todo objeto tiene energía almacenada en su masa.
Estos
resultados – la unificación del espacio y el tiempo y la equivalencia
de masa y energía – han tenido profunda influencia sobre nuestra imagen
de la materia y nos han obligado a modificar esencialmente nuestro
concepto de lo que es una partícula. En la física moderna la masa ya no
se asocia a una sustancia material, y por ende no se considera que las
partículas consistan en alguna cosa básica, sino que se las ve como
haces de energía. La energía, sin embargo, se asocia con actividad, con
procesos, y esto implica que la naturaleza de las partículas subatómicas
es esencialmente dinámica. En una teoría relativista en que el espacio y
el tiempo se funden en un continuo tetradimensional, tales partículas
ya no se pueden representar como objetos tridimensionales estáticos,
como bolas de billar o granos de arena, sino que hay que concebirlos
como entidades tetradimensionales en el espacio-tiempo. Sus formas
tienen que ser entendidas, en un sentido dinámico, como formas en el
espacio y en el tiempo. Las partículas subatómicas son diseños dinámicos
que tienen un aspecto espacial y un aspecto temporal. Su aspecto
espacial hace que aparezcan como objetos con cierta masa, y su aspecto
temporal como procesos en los que está en juego la correspondiente
energía. La teoría de la relatividad otorga, pues, a los constituyentes
de la materia un aspecto intrínsecamente dinámico y demuestra que no se
puede separar la existencia de la materia de su actividad. No son más
que partes diferentes de la realidad tetradimensional espacio-tiempo.
Los
místicos orientales parecen haberse percatado de la conexión íntima del
espacio y el tiempo, y consiguientemente su visión del mundo, como la
de los físicos modernos, es intrínsecamente dinámica. En sus estados de
consciencia no ordinarios perciben la unidad del espacio y del tiempo en
un nivel macroscópico, es decir que ven los objetos macroscópicos de
manera muy similar a la concepción que tiene el físico de las partículas
subatómicas. Suzuki (1968), por ejemplo, escribe en uno de sus libros
sobre el budismo: Los budistas han concebido un objeto como un
acontecimiento, y no como una cosa o sustancia.
Las
dos teorías básicas de la física moderna muestran, pues, todos los
rasgos principales de la visión oriental del mundo. La teoría cuántica
ha abolido la noción de objetos fundamentalmente separados, ha
introducido el concepto del participante para sustituir el del
observador y ha llegado a ver el universo como una telaraña de
relaciones interconectadas cuyas partes sólo se definen en función de
sus conexiones con el todo. La teoría de la relatividad, por así
decirlo, dio vida a la telaraña cósmica al revelar su carácter
intrínsecamente dinámico y al demostrar que su actividad es la esencia
misma de su ser.
Las
actuales investigaciones físicas se dedican a unificar la teoría
cuántica y la de la relatividad en una teoría completa del mundo
subatómico. Todavía no hemos logrado formular una teoría tan completa,
pero disponemos de varias teorías parciales que describen muy bien
ciertos aspectos de los fenómenos subatómicos. Todas estas teorías
expresan de modos diferentes la interrelación fundamental y el carácter
intrínsecamente dinámico del universo, y todas ellas comprenden
concepciones filosóficas sorprendentemente similares a las que maneja el
misticismo oriental.
La cuerda
La base de la filosofía de la cuerda es la idea de que no se puede reducir la naturaleza a entidades fundamentales, como bloques o ladrillos fundamentales de materia, sino que hay que entenderla únicamente en función de su coherencia interna. Toda la física ha de derivarse exclusivamente de la exigencia de que sus componentes sean coherentes entre sí y consigo mismos.
Esta
idea constituye un aparcamiento radical del espíritu tradicional de la
investigación física básica, que siempre se había propuesto encontrar
los constituyentes fundamentales de la naturaleza. En la nueva visión no
sólo se abandona la idea de que la materia esté constituida por
unidades fundamentales, sino que no se acepta entidad fundamental
alguna: ni leyes ni ecuaciones ni principios. Se considera al universo
como una telaraña dinámica de acontecimientos relacionados entre sí.
Ninguna de las propiedades de una parte de la telaraña es fundamental;
todas ellas se siguen de las propiedades de las otras partes y la
coherencia global de sus relaciones recíprocas determina la estructura
de la totalidad de la telaraña.
Es
evidente la afinidad de esta idea con el espíritu del pensamiento
oriental. Un universo indivisible, en el que las cosas y los
acontecimientos están interrelacionados, poco sentido tendría sin una
coherencia interna. En cierto modo, la exigencia de coherencia interna,
que forma la base de la hipótesis de la cuerda, y la unidad e
interrelación de todos los fenómenos, sobre las cuales se insiste tanto
en el misticismo oriental, no son más que aspectos diferentes de la
misma idea, lo cual se ve con especial claridad en la filosofía china.
Joseph Needham, en su minucioso estudio de la ciencia y la civilización
chinas, analiza extensamente el hecho de que el concepto occidental de
leyes fundamentales de la naturaleza no tenga equivalente en el
pensamiento chino (Needham, 1956). Según dice Needham, los chinos no
tenían siquiera una palabra que correspondiese a la idea, clásica en
Occidente, de una ley de la naturaleza. El término que más se le
aproxima es li, que Needham traduce como diseño dinámico, diciendo que
en el pensamiento chino: La organización cósmica es de hecho un Gran
Diseño en el cual están incluidos todos los diseños menores, y las leyes
que intervienen en él son intrínsecas a estos diseños. (Needham, 1956).
Esta
es exactamente la idea de la filosofía de la cuerda: que en el universo
todo está conectado a todo lo demás y que ninguna parte de él es
fundamental. Las propiedades de cualquier parte están determinadas no
por ninguna ley fundamental, sino por las propiedades de todas las demás
partes.
Conclusión
A modo de conclusión quiero hacer algunas observaciones referentes a la cuestión de qué es lo que podemos aprender de estos paralelismos. La ciencia moderna, con todo su refinado mecanismo, está simplemente redescubriendo una antigua sabiduría que los sabios orientales conocen desde hace miles de años? Por consiguiente, deben los físicos abandonar el método científico y ponerse a meditar? O puede haber una influencia recíproca, e incluso una síntesis, entre la ciencia y el misticismo?
Creo
que todas estas preguntas tienen que ser contestadas negativamente. En
la ciencia y en el misticismo veo dos manifestaciones complementarias de
la mente humana, de sus facultades racionales e intuitivas. El físico
moderno vivencia el mundo mediante una especialización extrema de la
dimensión racional; el místico, mediante una especialización extrema de
la dimensión intuitiva. Son dos aproximaciones enteramente diferentes en
las que está en juego mucho más que una visión determinada del mundo
físico. Sin embargo, ambas son complementarias, como nos hemos
acostumbrado a decir en física. Ninguna de las dos está comprendida en
la otra ni puede ser reducida a ella, sino que las dos son necesarias y
se refuerzan recíprocamente para ofrecer una comprensión más cabal del
mundo. Si parafraseamos un antiguo aforismo chino, diremos que los
místicos entienden las raíces del tao, pero no sus ramas; los hombres de
ciencia entienden las ramas, pero no las raíces. La ciencia no necesita
del misticismo y el misticismo no necesita de la ciencia; pero el
hombre necesita de ambos. La experiencia mística es necesaria para
entender la naturaleza más profunda de las cosas, y la ciencia es
esencial para la vida moderna. Lo que necesitamos, por consiguiente, no
es una síntesis, sino una interrelación dinámica entre la intuición
mística y el análisis científico.
BREVE BIOGRAFÍA DE FRITJOF CAPRA
Fritjof Capra es doctor en física teórica por la Universidad de Viena. Ha trabajado como investigador en física subatómica en la Universidad de París, en la de California (U.C.) en Santa Cruz, en el Acelerador Lineal de Stanford, en el Imperial College, en la Universidad de Londres y en Laboratorio Lawrence Berkeley de la Universidad de California. También ha sido profesor de la Universidad de California en Santa Cruz, en Berkeley y en la Universidad
de San Francisco. Desde hace más de 30 años y paralelamente a sus
actividades de investigación y enseñanza, Capra ha estudiado en
profundidad las consecuencias filosóficas y sociales de la ciencia
moderna y sobre este tema imparte frecuentemente seminarios y
conferencias en diversos países. Su libro El Tao de la Física no
sólo ha sido un best-seller mundial, sino que inspiró e inició todo un
estilo de investigación y un género literario que ha revolucionado la
forma de contemplar dos campos de la actividad humana aparentemente muy
distintos: la ciencia moderna y el misticismo oriental. Otras obras
importantes suyas son: Sabiduría Insólita, El Punto Crucial, Las Conexiones Ocultas, Pertenecer el Universo y La Trama de la Vida. Actualmente vive en Berkeley (California, EE.UU.) con su mujer y su hija.
BIBLIOGRAFÍA
Física moderna y misticismo oriental
Fuente: http://alcione.cl/wp2/?p=157
Fuente: CAPRA, Fritjof: Más allá del ego Editorial Kairós Barcelona
Breve biografía de Fritjof Capra
Fuente: CAPRA, Fritjof: El Tao de la Física - Una exploración de los paralelismos entre la física moderna y el misticismo oriental - Editorial Sirio Barcelona 2007
Fotografía de la izquierda
Fotografía de la derecha (Libro “El Tao de la Física” de Fritjof Capra)
REFLEXIONES
10 RAZONES PERSONALES DE MI CREENCIA EN DIOS
HOLY SHROUD OF TURIN(LA EVIDENCIA CIENTÍFICA DE LA
EXISTENCIA DE DIOS)
He
sentido la imperiosa necesidad de escribir este artículo hace tiempo
para declarar mis verdaderas creencias sobre Dios. Creo que Internet es
el medio más utilizado actualmente a la hora de informarse. He estimado
oportuno hacer esta declaración en mi página web que, como cualquier
sitio web de Internet, constituye un medio de comunicación. Estamos
inmersos en la era tecnológica y científica, e Internet es la
herramienta técnica más vanguardista, innovadora y moderna para la
información y la comunicación. Sin duda vivimos en la sociedad de la
información y del conocimiento, gracias principalmente a Internet. Es un
mundo infinito de posibilidades lo que nos ofrece Internet. Pero, sin
desviarme del asunto que voy a tratar, me gustaría en este artículo
exponer mis razones por la cuales creo en Dios. Se basan en argumentos
de tipo racional e intelectual, no de fe. También quiero hacer una
crítica contra los ateos y dejaré al margen a los agnósticos porque
ellos no toman partido en la cuestión de la existencia o inexistencia de
Dios. Los agnósticos tienen una actitud neutral frente a la creencia en
Dios, es decir, ni niegan ni afirman la existencia de Dios. A
continuación expondré mis razones por la cuales creo en Dios.
1-
Creo en Dios porque las mentes más brillantes, inteligentes e
ilustradas de la historia de la ciencia y la filosofía no tenía reparos
en manifestar su fe en Dios. Los mejores científicos y pensadores de
toda la historia de la humanidad eran creyentes. En esta lista
encontramos a científicos como Copérnico, Galileo Galilei, Isaac Newton,
Albert Einstein, Blaise Pascal, Louis Pasteur, Max Planck, Niels Bohr,
Paul Dirac, Charles Darwin, Werner Heisenberg, Erwin Schrödinger, Fred
Hoyle, James Clerk Maxwell, Michael Faraday, Johannes Kepler, Gregor
Mendel, Arthur Eddington, Lord Kelvin, Carl Gustav Jung, John Eccles,
Francis Collins, Paul Davis, John P. Jackson, Ken Wilber, Goethe, etc.
creían o creen en Dios. El mejor científico del siglo XX según la
prestigiosa revista estadounidense Time,
Albert Einstein, era creyente. El mejor científico de todos los
tiempos, Isaac Newton, tenía una fe inquebrantable en el Dios de la
Biblia cristiana. En cuanto a pensadores que tenían fe en Dios destacan
Platón, Pitágoras, Sócrates, Aristóteles, Voltaire, Victor Hugo,
Friedrich Hegel, René Descartes, Henri Bergson, F. C. S. Schiller,
William James, Francis Bacon, Immanuel Kant, etc. El mejor pensador de
todos los tiempos, Platón, tenían fe en Dios. Existe una lista muy
importante de personalidades del ámbito científico y de otras áreas que
han ganado un Premio Nobel y que tienen fe en Dios. Si las mentes más
brillantes, cultas e inteligentes de la historia han creído o creen en
Dios por alguna razón será. Esto refleja que cuanto mayor es el
coeficiente intelectual, más proclive se es para reconocer la existencia
de Dios. Se disipó finalmente la falsa creencia popular de que sólo las
personas débiles, inmaduras, ignorantes e ingenuas creían en Dios. Cómo
vemos, las mentes más brillantes, inteligentes y maduras de la historia
de la humanidad han sido y son creyentes.
2-
Creo en Dios porque LA CIENCIA ES COMPATIBLE CON LA FE EN DIOS. Creo
que en el punto primero quedó perfectamente claro. En el pasado y en la
era moderna hay muchísimos científicos, muchos de ellos eminentes, que
no tienen problemas para conciliar su particular visión científica del
mundo con la fe en Dios. El científico estadounidense Francis Collins,
genetista y biólogo molecular, autor del bestseller mundial “El lenguaje de Dios”
(este científico fue el presidente del Consorcio Internacional para el
Estudio del Genoma Humano) era ateo hasta que un giro importante en su
vida le convirtió en un fervoroso creyente. Lo mismo pasó con el famoso
filósofo Jean-Paul Sartre, ateo convencido, quien en su lecho de muerte
aceptó a Dios en su corazón.
3-
Creo en Dios porque en base al teorema de incompletitud de Kurt Gödel
(el teorema de Gödel es un principio científico universalmente aceptado,
como lo es la teoría de la relatividad de Albert Einstein o el
principio de incertidumbre de Werner Heisenberg) jamás se logrará
conocer científicamente todos los secretos del Universo. Esto es
verdaderamente importante, pues antes de este resultado, los científicos
y el público en general considerábamos que no existía límite alguno
para la ciencia. Creíamos ingenuamente que era sólo cuestión de tiempo,
pero que al final llegaríamos a comprender todos los secretos de la
naturaleza. Los pensadores posteriores a la Revolución Industrial
consideraban que la naturaleza o el Universo era como una inmensa
máquina preprogramada y con optimismo afirmaban que, tarde o temprano,
los científicos llegarían a conocer todas las reglas de la máquina. Hoy
sabemos que existen aspectos que son imposibles de conocer debido a las
limitaciones inherentes a cualquier sistema de conocimientos, incluida
la ciencia misma. En definitiva, a pesar de todo el progreso que pueda
deparar la ciencia en el futuro, siempre habrá margen más que suficiente
para sostener la hipótesis de la existencia de Dios. Por lo tanto,
científicos ateos modernos, como Stephen Hawking o Richard Dawkins están
completamente equivocados al afirmar que la ciencia moderna excluye la
existencia de Dios. Ellos ignoran ese principio científico universal, el
teorema de Gödel, que establece límites para las matemáticas en
particular y para el conocimiento científico en general. El Sr. Hawking y
el Sr. Dawkins deberían, en vez de tener tanto afán de notoriedad y
protagonismo, tener la humildad de rectificar públicamente al realizar
tal precipitada aseveración. Aseveración refutada por un principio
científico universalmente aceptado por científicos, académicos, teólogos
y filósofos.
4-
Creo en Dios porque la probabilidad de que sugiera un universo tan
ordenado, complejo y armónico debido al azar es matemáticamente
imposible. Tanto el Universo que conocemos, como las complejas, ricas,
variadas y ordenadas formas de vida que existen en la Tierra y en el
Cosmos reflejan la existencia de una Inteligencia Divina que así lo
programó. Las leyes físicas y las magnitudes de la física están tan perfectamente
diseñadas para poder hacer posible la existencia de la vida, que no es
inteligible que todo fuese por azar. Las leyes físicas fueron creados
por Dios. Albert Einstein, el mejor científico de la historia, junto con
Sir Isaac Newton, afirmó lo siguiente: “El azar no existe; Dios no juega a los dados”.
Einstein creía que en el Universo había un orden implícito o causa
(Dios) y orden explícito o efecto (Creación). El eminente físico,
matemático y cosmólogo británico, Sir Roger Penrose, uno de los
científicos más admirados, reputados y respetados de la actualidad
afirmó que la probabilidad matemática de que surgiera un universo como
el nuestro por azar es prácticamente nula. La Primera Causa Primigenia
de la existencia de Universo y de la vida es Dios. La teoría del
Big-Bang sigue planteando muchos interrogantes sin respuesta definitiva
en el seno de la comunidad científica. Para los que tenemos fe en Dios,
el Big-Bang puede ser, en términos alegóricos, el simple fruto de un
“chasquido de los dedos de Dios”. Creo en un Dios personal inmanente que
gobierna el mundo y al mismo tiempo creo en un Dios trascendente que
está fuera de él. Creo en un Dios inmanente presente en el espacio y en
el tiempo, y en un Dios trascendente que está fuera del espacio y del
tiempo. Creo también en un Dios personal que se manifiesta en la
existencia de cada ser vivo. Cada ser humano tiene una faceta de la
divinidad. Es por ello por lo que creo que estamos dotados para la
inmortalidad.
5-
Creo en Dios porque existen argumentos racionales, no basados en dogma
de fe, para sostener dicha creencia (principio antrópico, argumento
teleológico, argumento moral, argumento cosmológico, argumento
ontológico, argumento basado en las leyes de la termodinámica, argumento
basado en las lagunas del registro fósil en la evolución de la
especies, argumento basado en el salto moral e intelectual entre los
homínidos y los humanos, etc.). LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN POR SELECCIÓN
NATURAL ES COMPATIBLE CON LA FE EN DIOS. Charles Darwin, naturalista y
doctor en teología por la Universidad de Cambridge (Reino Unido), creía,
al igual que Albert Einstein, que el Universo y todas las complejas,
ricas y estructuradas formas de vida que habitan en la Tierra no han
podido ser fruto de leyes azarosas, ciegas y herráticas. De hecho,
Darwin jamás llegó a negar la existencia de Dios. ¡EL AZAR NO EXISTE,
SEÑORES! ¡CREO EN LA EVOLUCIÓN CREADORA! Henri Bergson y muchos otros
pensadores y científicos creen que esta teoría es la mejor candidata
para explicar el origen del Universo y de la vida.
6-
Creo en Dios porque la tanatología moderna demostró la existencia de la
vida después de la muerte. La aplastante mayoría de los médicos y
científicos que son la máxima autoridad mundial en el campo de la
tanatología (Raymond A. Moody, Elisabeth Kübler-Ross, Peter Fenwick, Sam
Parnia, Kenneth Ring, Michael Sabom, Bruce Greyson, Stanislav Grof, Ian
Stevenson, Melvin Morse, George Ritchie, Karlis Osis, Erlendur
Harraldson, etc.) han llevado a cabo estudios científicos publicados en
más de una docena de revistas científicas y médicas de prestigio sobre
las experiencias cercanas a la muerte, las experiencias de muerte
compartidas y las visiones en el lecho de muerte de los moribundos que
prueban la continuidad de la vida después de la muerte. LA TANATOLOGÍA
MODERNA ENTIENDE LA MUERTE COMO UN TRÁNSITO A OTRA VIDA, NO COMO UN
FINAL. En el XVI Congreso Internacional del IANDS (International Association for Near-Death Studies, Asociación Internacional para el estudio de las Experiencias de Muerte Clínica), celebrado en el año 2006 en The University of Texas M.D. Anderson Cancer Center
de Houston (Texas, EE.UU.) ha quedado demostrado científicamente que la
vida continúa tras la muerte, como lo revelan los estudios en pacientes
que han vuelto a la vida tras una muerte clínica. La física cuántica y
la medicina moderna han validado lo que revela la fe: la vida es
espiritual y, por tanto, eterna, y que la existencia de Dios es
cognoscible por la ciencia.
7-
Creo en Dios porque la Sábana Santa de Turín representa actualmente la
evidencia científica de la RESURRECCIÓN de Jesús de Nazaret. Su
investigación empezó en 1898 cuando la Sábana de Turín fue fotografiada
por el abogado Secondo Pía. Durante más de un siglo de investigación
científica sobre la Síndone de Turín se ha concluido que es auténtica.
Científicos de la Academia de Ciencias de París, de la comisión
científica STURP (Shroud of Turin Research Project, Proyecto de Investigación de la Sábana de Turín), de la comisión científica AMSTAR (American Shroud of Turin Association for Research, Asociación Americana para la Investigación de la Síndone), British Society for the Turin Shroud (Sociedad Británica para la Investigación de la Síndone), el Centro Internacional de Sindonología y científicos de la NASA (National Aeronautics and Space Administration)
han determinado la autenticidad del lienzo de Turín. Esto equivale a
que la Sábana Santa pertenece a Jesús de Nazaret y representa la prueba
(científica, arqueológica e histórica) visible de la existencia, la
pasión, la muerte y RESURRECCIÓN de JESÚS DE NAZARET. La única prueba
seria que se opone a la autenticidad del manto de Turín es la prueba
isotópica realizada en 1988 por el método del radiocarbono (C-14) en los
laboratorios de Oxford, Zúrich y Arizona, con la supervisión del Museo
Británico de Londres. Esta prueba dictaminó que la Sábana Santa fue
confeccionada entre los años 1260 y 1390, con un grado de fiabilidad del
95% (Nature,
1989). Sin embargo, la comunidad científica ha invalidado la prueba del
carbono-14 por las contaminaciones de origen microbiológico, químico y
radiactivo que sufrió la Síndone. Igualmente, se ha invalidado la prueba
del carbono 14 por las irregularidades en la metodología, por la falta
de transparencia y por el incumplimiento de los protocolos científicos
previamente estipulados a la hora de llevar a cabo la datación.
Ahora
hablemos de ese principio científico, metodológico y filosófico
conocido como la “navaja de Ockham”. Este principio establece que cuando
dos teorías en igualdad de condiciones tienen las mismas consecuencias,
la teoría más simple tiene más probabilidades de ser correcta que la
compleja. ¿Cuál es la explicación más simple y fácil de aceptar en el
caso de la Sábana Santa de Turín? Que la Sábana Santa de Turín es un
astuto fraude medieval demostrado por una única prueba científica
(C-14), que se encuentra en entredicho debido a las especulaciones de un
posible soborno a los analistas, por las irregularidades en la
metodología aplicada, por el incumplimiento de los protocolos
científicos previamente estipulados y que fue adulterada por los
contaminaciones de naturaleza microbiológica, química y radiactiva; o es
más simple creer que la Sábana Santa de Turín es auténtica como lo han
demostrado más de una decena de disciplinas científicas y técnicas
(fotografía, informática, medicina forense, física, química,
palinología, botánica, antropología forense, arqueología, numismática,
paleografía, etc.) y más de un centenar de científicos de diferentes
comisiones científicas. ¿Es más simple creer que la Sábana Santa es un
fraude del medievo en base a una única prueba parcial, que es
problemática debido a los límites del carbono 14, que los resultados
obtenidos tienen una discutible estadística, y que a su vez es
tendenciosa, o es más simple creer en el dictamen de más de un centenar
de pruebas científicas de métodos totalmente diferentes y en los
resultados de 1.000 experimentos químicos favorables a su autenticidad?
¿Es posible que un artista medieval tuviese todos los conocimientos
científicos necesarios en múltiples disciplinas a la vez, antes de
inventarse la fotografía, el microscopio, de conocerse la circulación y
los grupos sanguíneos, etc. pudiese crear una imagen negativa
tridimensional irreproducible en la actualidad, como la Sábana de Turín?
¿O es más posible y simple que el lienzo de Turín sea auténtico?. Si
nos guiamos por el sentido común, la lógica y el raciocinio tendríamos
que creer sin reservas en la autenticidad de la Santa Síndone de Turín.
Aferrarse a una única prueba, como lo es el carbono-14, para atacar sin
reparos, como hacen los ateos y agnósticos detractores de la Sábana
Santa, me perece una auténtica bajeza moral. Aquí se demuestra lo
retrógrados, ignorantes y necios que son todos aquellos ateos y
agnósticos que no aceptan la Buena Nueva de la autenticidad de la Sábana
Santa demostrada DE LA MANO DE LA CIENCIA OFICIAL. Los ateos deben
reconocer su actitud inmadura, necia, ignorante y retrógrada, y aceptar
la existencia, pasión, muerte y RESURRECIÓN de NUESTRO SEÑOR, JESÚS DE
NAZARET. Ante este hecho, los ateos deben revisar sus creencias, su
escala de valores y normas de conducta.
8-
Creo en Dios porque en base a la parapsicología tenemos pruebas ahora
más que nunca que demuestran la existencia del “más allá”. LA
PARAPSICOLOGÍA ES CIENCIA, NO PSEUDOCIENCIA. La Parapsychological Association (Asociación Parapsicológica) fue admitida en 1969 dentro de la American Association for the Adavancement of Science
(Asociación Americana para el Progreso de las Ciencias), la institución
científica más prestigiosa del planeta, la cual edita la revista
científica de prestigio Science.
Esa institución reconoció a la parapsicología como disciplina
científica y académica. Hoy existen muchas prestigiosas universidades
que ofrecen postgrados relacionados con el mundo de la parapsicología.
La parapsicología demostró científicamente la existencia de las
percepciones extrasensoriales (clarividencia, telepatía, precognición,
psicoquinesis, etc.). La mismísima revista científica Science
ha publicado muchos artículos, sometidos a revisión por pares, sobre
los poderes ocultos de la mente, como son las percepciones
extrasensoriales. Muchos fenómenos estudiados por la parapsicología
racionalista (mediumnidad, fenómenos poltergeist, fenómenos de
teleplastia, de transcomunicación instrumental, raps, apariciones
espectrales, psicofonías, etc.) demuestran la existencia de una
dimensión o plano de la realidad diferente a la nuestra. Esto concuerda
con la teoría de cuerdas de la física cuántica que postula la existencia
de múltiples universos y dimensiones paralelos a la nuestra. Yo no creo
en fenómenos esotéricos como la astrología, el horóscopo, el tarot, la
quiromancia, la bola de cristal, en el mal de ojo, la magia negra, en la
brujería, etc. Muchos charlatanes y timadores aparecen en los medios de
comunicación que afirman poder predecir el futuro mediante determinadas
prácticas o rituales o contactar con los espíritus de los difuntos y
que intentan lucrarse a cuenta de la desesperación de muchos incautos.
Eso no es ciencia, es superstición y superchería. La parapsicología
racionalista no tiene nada que ver con esto. Mucho daño se le ha hecho a
la parapsicología al vincularla con el ocultismo y el esoterismo
practicado por estafadores y charlatanes. La parapsicología racionalista
siempre se ha desmarcado de todo este tipo de prácticas engañosas. La
parapsicología es ciencia porque utiliza un método científico, aunque no
sea el método científico oficial. A pesar de que no utilice el método
científico ortodoxo, comprensible por la naturaleza de los fenómenos que
se estudian, no quiere decir que no sea ciencia. Los parapsicólogos son
científicos que utilizan herramientas científicas y técnicas en la
observación de determinados fenómenos presuntamente paranormales.
Tengo
formación y mentalidad científica desde hace 10 años cuando empecé mi
investigación periodística en el campo de la tanatología (ciencia que
estudia el proceso humano de la muerte) y de la sindonología (ciencia
multidisciplinar que estudia la Sábana Santa de Turín que según la
tradición cristiana cubrió el cuerpo sin vida de Jesús de Nazaret y cuya
impronta, según la fe cristiana, se originó en el momento de la
Resurrección de Cristo). He leído multitud de libros y páginas Web de
Internet relacionados con la tanatología, neurociencia, física cuántica,
biología evolutiva, sindonología, etc. en estos últimos 10 años.
También me interesé en la filosofía, la teología y en la psicología
transpersonal. Mi formación científica se complementó con la realización
de un máster oficial en comunicación de la ciencia y la tecnología
durante un año por la Universidad de Salamanca. Mis creencias son
claras. Creo en la ciencia, pero también creo en Dios, porque es
compatible tener una visión científica del mundo con la fe en Dios. Así
lo hicieron y lo hacen las mentes más brillantes, lúcidas e inteligentes
de la historia. Hay una creencia popular que dice que la ciencia no
cree en los fantasmas y en los milagros. Eso es falso. La ciencia la
hacen los humanos, en este caso los científicos, y existen muchos
científicos que creen en los milagros y, porque no, en los fantasmas. El
grado de desarrollo intelectual del ser humano hasta la fecha es de tan
sólo un 10 %. Queda un 90 % de nuestro potencial intelectual sin
desarrollar. Por lo tanto, la ciencia no está en condiciones de negar la
existencia de Dios, de los milagros o de los fantasmas. El teorema de
Gödel (principio científico universal) refuta la idea recurrente de que
el progreso científico en el futuro acabará con refutar la idea de la
existencia de Dios. El Sr. Eduard Punset, autor del bestseller “El alma está en el cerebro”, es
un divulgador científico español que goza de gran respeto y admiración
en España, y que presenta un programa televisivo llamado “Redes para la
Ciencia”. El Sr. Punset cree erróneamente que el progreso de la ciencia
está dejando cada vez menos margen para la existencia de Dios o de los
milagros. Me imagino que será un gran seguidor de Stephen Hawking o
Richard Dawkins. Es lamentable que personas como éstas, que se creen en
posesión de la Verdad, hagan tan precipitadas declaraciones, ignorando
un principio fundamental en ciencia, como es el Teorema de Gödel.
Deberían tomar ejemplo del archifamoso científico Louis Pasteur, el
padre de la microbiología, quien dijo en una de sus citas: “Un poco de ciencia nos aleja de Dios, pero mucha ciencia nos devuelve a ÉL”.
Esto es verdad. La ciencia a medida que progresa se da cuenta de sus
limitaciones, y cuanto más avanza en sus conocimientos también se da más
cuenta de lo que ignoraba. La cuestión es que LA CIENCIA JAMÁS TENDRÁ
LA RESPUESTA A TODOS LOS MISTERIOS DEL UNIVERSO Y DE LA VIDA.
9-
Creo en Dios porque la aplastante mayoría de la sociedad mundial,
concretamente el 92 %, según la prestigiosa Enciclopedia Británica,
creen en la existencia de Dios. Prefiero ir con la mayoría que con una
minoría bastante reducida de población (tan sólo el 8 % de la población
mundial, según la Enciclopedia Británica, no cree en Dios) considerada
atea y/o agnóstica. No concibo en mi mente que el 92 % de la población
mundial seamos víctimas de una alucinación por creer en Dios. He
conversado con personas de ideología atea o agnóstica y nunca me han
aportado argumentos racionales que defiendan su postura en contra de la
idea de la existencia de Dios. Me han parecido argumentos burdos de tipo
psicológico y emocional, más que de tipo racional o intelectual. Sin
generalizar, por muchos argumentos racionales o pruebas que se le
presenten a los ateos sobre la existencia de Dios o del “más allá”,
siempre seguirán manteniendo su ideología. Esto demuestra una falta de
madurez importante. Tienen un aire de arrogancia al defender un tipo de
creencia que no es compartida por la abrumadora y aplastante mayoría de
la sociedad. Se creen en posesión absoluta de la verdad, cuando en
realidad no es así. Cómo dijo el astrónomo Sir Arthur Eddington, “ninguno
de fundadores del ateísmo fue naturalista, sino unos filósofos
mediocres. El origen del Universo presenta dificultades insuperables, a
no ser que lo consideremos como algo sobrenatural”.
Muchos de ellos, desde una postura ignorante y arrogante, afirman
categóricamente de que no existen pruebas de la existencia de Dios.
¿Acaso ellos han estudiado la carrera de teología? Creen ingenuamente
que la ciencia dará con la respuesta para todo y refutará
definitivamente la idea de la existencia de Dios y provocará la muerte
de la religión, cuando esto no es así. El teorema de Gödel lo deja bien
claro. Nunca conoceremos toda la realidad. Ignoramos muchas cosas del
Universo. Solo conocemos un ínfima parte del Cosmos. De hecho, más del
90 % del Universo es materia oscura que la ciencia desconoce. Muchos
científicos materialistas ateos se ponen a especular con teorías sobre
el origen el Universo, como la teoría M (teoría de los multiversos o
cosmología de branas), cuando aún no ha se probado nada. Los científicos
se están adentrando en algunos campos en el terreno de la especulación
pura y dura al formular determinadas teorías. Esto es diferente a la
ciencia pura y práctica, basada en el empirismo o en el positivismo. En
vez de emprender los científicos ateos una cruzada en contra de Dios o
la religión, deberían tratar de llegar a un punto de entendimiento con
los científicos creyentes para conocer la Verdad y lograr el progreso de
toda la humanidad. Finalmente, creo que ser ateo es ir en contra de ti,
de tu propia esencia divina, de tu Creador. En todo caso, estoy
convencido que todos los ateos o agnósticos del mundo acabarán por
aferrarse en su lecho de muerte a la esperanza de Dios y del´"más allá"
antes que preferir disolverse en la Nada por todo la eternidad. Todos
los ateos y agnósticos del mundo están condenados a reconciliarse con
Dios y aceptarlo en su corazón en el momento en que la muerte entre en
su esfera personal.
10-
Creo en Dios porque personalmente he tenido pruebas de la existencia
del "más allá". Me refiero a fenómenos misteriosos y extraños que han
acontecido en mi hogar (movimiento de objetos sin una causa natural
aparente, raps, sensación intuitiva de presencias espirituales en mi
habitación, luces que se apagan y encienden solas, grabación de
psicoimágenes, etc.). Cuando el ámbito de los fenómenos paranormales
entra en tu esfera personal, al experimentarla en primera persona, todos
tus esquemas cambian por completo. Tenía información teórica de la
existencia del “más allá” a base de documentarme periodísticamente, y de
realizar algunas entrevistas a personas de mi círculo social que
experimentaron una experiencia cercana a la muerte, pero nunca hasta
hace unos años había tenido pruebas personales de la existencia del “más
allá”. Todos esos fenómenos paranormales que he experimentado en mi
casa han confirmado mis creencias de que realmente existe vida después
de la muerte. Creo sin lugar a dudas que la “carga de la prueba”
corresponde a los que niegan la existencia del “más allá”. Ellos deben
tratar de refutar con argumentos racionales y/o pruebas la existencia de
Dios o del “más allá”. Los creyentes tenemos pruebas desde diferentes
disciplinas (tanatología, sindonología, parapsicología, psicología
transpersonal, física cuántica, etc.) de que la muerte representa un
tránsito hacia otra dimensión de la existencia en donde sólo hay paz,
amor, plenitud y felicidad.
Finalmente,
acabaré diciendo que no creo en aquellas religiones que infunden el
miedo a la sociedad con dogmas (demonios, infierno, fuego eterno, etc.)
con el pretexto de mantener a sus fieles a raya. No creo en el infierno
después de la muerte. Su Santidad Juan Pablo II afirmó que el infierno
como lugar no existe, sino que es un estado de consciencia. Mi idea es
que el único infierno que existe es el que vivimos toda la humanidad en
la Tierra, sino véase todos los males y lacras sociales que hay en el
mundo (guerras, terrorismo, genocidios, esclavitud, asesinatos,
violaciones, explotación laboral y/o sexual infantil, pederastia,
torturas, malos tratos domésticos, trata de blancas, desastres
naturales, enfermedades, etc. ). Creo en el Hijo de Dios, Jesucristo, y
en su mensaje de Salvación y Redención para toda la humanidad. Me
considero católico, pero aún así no creo en algunos de los dogmas y ni
comparto algunos de los preceptos que la Iglesia obliga a cumplir a sus
fieles. También estoy en contra de la ostensión de poder que hace la
Iglesia, representada por el Vaticano, como si fuese una "empresa
mercantilista". Dada la crisis interna que sufre la Iglesia, deberían
los altos cargos de la jerarquía eclesiástica católica realizar un
examen de conciencia de por qué la Iglesia está perdiendo cada vez más
adeptos. En todo caso, no mezclemos la creencia en Dios con la religión.
Dios no es propiedad de ninguna religión. Dios está por encima de
cualquier religión. Para mí DIOS ES PAZ Y AMOR PURO E INCONDICIONAL y
salva a todo el mundo que le acepte en su corazón.
¡Muchas gracias!
SANTÍSIMA SÍNDONE DE TURÍN
Barrie Schwartz Raymond Rogers
CITAS A MODO DE CONCLUSIÓN
“El corazón tiene razones que la razón no entiende”
Blaise Pascal
Físico, matemático, filósofo y teólogo
“El hombre encuentra a Dios en cada puerta que la ciencia logra abrir”
Albert Einstein
Físico y matemático (Premio Nobel de Física)
“El
alma es energía. Lo que Albert Einstein decía de la energía: no se crea
ni se destruye, solo se transforma. Así es, basicamente, la
espiritualidad. El alma nunca llega a destruirse, sino que viaja a otro
cuerpo”
Anónimo
“...
Nadie quiere morir. Ni siquiera la gente que quiere ir al cielo quiere
morir para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos
compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y así tiene que ser, porque la
Muerte es posiblemente el mejor invento de la Vida. Es el agente de
cambio de la Vida. Retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo...”
Steve Jobs
Empresario y filántropo, fundador de Apple, Next Computer, Pixar, Iphone, Ipod, Ipad, etc.
“Lo
que ocurre después de la muerte es tan indeciblemente glorioso que la
imaginación y el sentimiento no bastan para formar siquiera un concepto
aproximado de ello... Antes o después, todo persona al morir llega donde
nosotros también hemos llegado. Pero en este mundo se sabe poco o nada
sobre ese modo de ser. ¿Y qué sabremos, sin embargo, de esta tierra
después de la muerte? La disolución de nuestra forma, limitada en el
tiempo, en la eternidad no carece de sentido. Al contrario, el dedo
pequeño sabe que es un miembro de la mano”
Carl Gustav Jung
Psiquiatra y psicoanalista
(Jung
experimentó una experiencia extracorpórea durante una experiencia
cercana a la muerte tras sufrir un infarto de miocardio. Ese experiencia
le valió no solo para postular su teoría de la sincronicidad y sus
trabajo sobre la alquimia, sino además encontró sentido a la vida).
“¿¡Eres ateo!? Tranquilo. Nadie es perfecto”
Anónimo
“Los que no creen en Dios no es que no crean en nada, es que se lo creen todo”
Proverbio
"Cuán grande es Dios, y nuestra ciencia, una pequeñez"
A. M. Ampere
Físico y matemático
ENLACES EXTERNOS
Discurso memorable de Steve Jobs, el mayor genio del siglo XXI, en la Universidad de Stanford (EE.UU.)
Las últimas palabras de Steve Jobs en su lecho de muerte: “¡Oh, guau!”
Enlaces
Documental
"El misterio da la Sábana Santa" -Un enigma al descubierto - Discovery
Channel (Calidad artística del documental: Excelente) (La Santa Síndone
de Turín es el "As" que Dios tiene guardado en la manga en favor de la
inmortalidad)
"Un As en la manga de Dios" de La 1 de TVE en el programa Planeta Encantado, presentado por J. J. Benítez
Teorema
de Kurt Gödel (Principio Científico Universal que establece límites a
las matemáticas y al conocimiento científico en general)
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