LAS PELÍCULAS MODERNAS MÁS ROMÁNTICAS DEL MUNDO DEL SÉPTIMO ARTE
Titanic
Responsable
de haber creado la pareja de enamorados por excelencia del cine de los
años 90, Leonardo Dicaprio y Kate Winslet, ‘Titanic’ nos cuenta la
historia de Rose DeWitt Bukater , una joven aristócrata inglesa
prometida con un joven y exitoso magnate de los negocios; y de Jack
Dawson, un humilde joven que quiere comenzar una nueva vida en América.
El destino hace que ambos coincidan a bordo del tristemente célebre
buque y entre ellos aflore una intensa y bella historia de amor. El
‘Titanic’ podrá naufragar, pero no su amor.
(Según
una encuesta elaborada por la prestigiosa cadena estadounidense ABC y
la famosa revista sensacionalista People, la pareja formada por Leonardo
Dicaprio y Kate Winslet son la pareja más romántica de la historia del
cine. Por ello, se les entregó la medalla de oro por su extraordinario
papel en Titanic. Titanic ha sido una de las tres películas más
galardonas de la historia, con 11 Oscar de la Academia de Cine de
Hollywood, y la segunda con mayor recaudación, después de Avatar.)
El Paciente Inglés
Ambientada
en la Segunda Guerra Mundial, cuenta la historia del conde Laszlo de
Almásly, un antiguo espía alemán cuyo cuerpo quedó completamente
calcinado en un accidente aéreo. Dada la gravedad de sus lesiones,
Laszlo queda a los cuidados de Hana, una enfermera canadiense, en un
antiguo monasterio abandonado. A medida que van conociéndose, el conde
revela a Hana su secreto pasado, un pasado que esconde un trágico
romance. Nominada a 12 Óscar y ganadora de 9, es considerada por muchos
como la película más romántica de la historia del cine.
Love Actually
Comedia
romántica ambientada en Londres, esta película está compuesta por 10
historias de amor distintas que confluyen en un final común. Con un
reparto envidiable encabezado por actores de la talla de Hugh Grant o
Emma Thompson, ‘Love Actually’ viene a transmitir un único mensaje a
través de todas sus historias: el amor es la fuerza que mueve al mundo,
en cualquier lugar, con cualquier persona… ¿Se puede ser más romántico?
Los Puentes de Madisson
Es
la historia de Francesca Johnson (Meryl Streep), una mujer que ha
dedicado toda su vida a cuidar de su marido y de sus hijos en un pueblo
olvidado de la mano de Dios en EE UU. Un buen fin de semana, estando sus
hijos y su marido fuera, llega al condado de Madisson Robert Kincaid,
encarnado por Clint Eastwood, un fotógrafo de National Geographic que
enamora a Francesca y le abre los ojos a un nuevo mundo de sentimientos y
sensaciones desconocido hasta ahora por ella. Un precioso drama de amor
que contrapone lo establecido y la costumbre al amor y la consecución
de los sueños.
Memorias de África
Ganadora
de 7 Óscar y basada en la novela que lleva el mismo nombre, esta
película cuenta la historia de Karen Blixen y Denys Finch Hatton, dos
personas que coinciden en África y entre las cuales pronto comenzará a
surgir una bella pero complicada historia de amor abocada a un final
trágico. Protagonizada por Meryl Streep y Robert Redford, ‘Memorias de
África’ entremezcla amor, pasión, violencia, enfermedad y muerte en un
entorno natural inmejorable. Muy recomendada.
Expiación
La
historia de Briony Tallis, una niña inglesa de 13 años que se interpone
en el romance que ha surgido entre su hermana mayor y su amante,
acusando a éste de un horrible crimen que no ha cometido y llevándolo a
la cárcel. El amor entre ambos logrará salvar la distancia que supone la
prisión, pero el inicio de la Segunda Guerra Mundial supondrá un
obstáculo difícil de superar. Una apasionante y dura película de amor
que pone de relieve la difícil que resulta a veces perdonar a alguien
que nos ha destrozado el corazón.
Leyendas de Pasión
Una
apasionante película que mezcla romance y aventura a partes iguales y
que fue ganadora de un Óscar. Cuenta la historia de tres hermanos:
Tristan, Alfred y Samuel Ludlow, que viven con su padre en un aislado
rancho de Montana. De caracteres totalmente diferentes, la vida de los
tres hermanos cambia por completo cuando Samuel vuelve a casa junto a su
novia: la bella Susannah. La fascinación que despierta en todos la
bella joven y la irrupción de la Primera Guerra Mundial en sus vidas
harán que las cosas cambien para siempre. En el fondo es una historia
que habla de la capacidad del amor para salvar cualquier distancia, pero
también para provocar dolor, odio y traición.
Romeo y Julieta
Adaptación
de la clásica obra de William Shakespeare que cuenta la historia de
Romeo y Julieta, dos jóvenes profundamente enamorados el uno del otro
que verán su romance amenazado por la letal enemistad que enfrenta a sus
dos familias: los Montesco y los Capuleto. La fuerza del amor y del
destino harán que los jóvenes enamorados se enfrenten a lo que haga
falta para que su amor pueda seguir adelante. Una increíble historia de
amor que ha perdurado a lo largo de los siglos.
Ghost -Más allá del amor
Una
de las películas más románticas de toda la historia del cine. Ganadora
de dos Óscar, trata la historia de Sam (encarnado por Patrick Swayze) y
Molly (encarnada por Demi Moore), una feliz pareja de enamorados que ve
su historia de amor repentina y violentamente truncada al morir Sam en
un atraco. La fuerza del amor hace que éste se quede como fantasma en la
tierra cuidando de Molly e intentando comunicarse con ella, algo que
finalmente conseguirá con la ayuda de la médium Oda Mae Brown,
interpretada por una insuperable Woopy Goldberg.
Cuando Harry encontró a Sally
Protagonizada
por Meg Ryan y Billy Cristal, es la historia de estas dos personas, que
un buen día se conocen por casualidad al ofrecerse Sally a llevar a
Harry en coche. Durante el viaje, empiezan a hablar sobre el amor y la
amistad entre hombres y mujeres. Para cuando se bajan del coche, entre
ambos ha surgido algo especial. Después de varios años, Harry y Sally
continúan siendo en contacto, pero cada vez encuentran más difícil dar
la espalda al amor y seguir siendo simples amigos.
Pretty Woman
Un
apuesto y rico hombre de negocios (Richard Gere) contrata a una
prostituta (Julia Roberts) durante un viaje a Los Angeles. Tras pasar
con ella la primera noche, le ofrecerá dinero para que pase con él toda
la semana y le acompañe a diversos actos sociales. (FILMAFFINITY)
Dirty Dancing
Johnny
Castle (Patrick Swayze) es un experto profesor de baile y un amante
consumado. Por su parte, Baby Houseman (Jennifer Grey) es una aburrida e
inocente adolescente de 17 años. Un verano se conocen en el balneario
donde él trabaja. Aunque pertenecen a clases sociales muy distintas,
cuando la música suena y bailan al ritmo del dirty dancing, las
diferencias que los separan desaparecen. (FILMAFFINITY)
Mouling Rouge
Christian (Ewan McGregor)
es un joven escritor, idealista, que se traslada a una buhardilla de
Montmartre para escribir la obra bohemia definitiva. Pero el Moulin Rouge se cruzó en su camino, y con él su mayor estrella, la bella e inalcanzable Satin (Nicole Kidman). Christian se enamorará de ella, pero la bella cabaretera no puede mantener una relación con él. Y, para rematar la historia, Satin está mortalmente enferma. Puro romance.
El Guardaespaldas
Whitney Houston
interpreta a una gran estrella de la música y el cine amenazada por uno
de sus enloquecidos fans. Pero, a pesar de todo, la diva quiere
continuar con su vida normal. En su devenir cotidiano se cruza un
atractivo guardaespaldas, Kevin Costner,
quien, además de velar por su seguridad, acabará enamorándose de su
protegida. Una historia de amor entre flashes y cámaras que perdurará en
nuestra memoria.
Eduardo Manostijeras
Una
fabulosa mezcla entre un cuento de hadas, una película fantástica y un
amor imposible que se empeña en romper las barreras establecidas. Johnny Depp y Winona Ryder son la pareja protagonista de este estupendo cuento de Tim Burton
en el que un joven con tijeras en lugar de manos recluido en un
castillo se enamora de una joven que vive en el barrio residencial. Una
fábula amorosa preciosa.
¿Conoces a Joe Black?
William
Parrish (Anthony Hopkins), es un poderoso y meticuloso magnate cuya
vida se ve alterada por la llegada de un enigmático joven llamado Joe
Black (Brad Pitt) que se enamora de su hija (Claire Forlani). Se trata,
en realidad, de la personificación de la muerte con una misión que
cumplir en dicho hogar... (FILMAFFINITY)
Dos vidas en un instante
Helen
(Gwyneth Paltrow) es una joven que pierde su trabajo y descubre a su
novio con otra en el mismo día. La posibilidad de que una pequeña
anécdota -como perder el metro- le depare un destino completamente
diferente origina esta curiosa historia sobre las causalidades del azar y
la fuerza del destino. (FILMAFFINITY)
FUENTES CONSULTADAS
Las películas más románticas del cine
Fotografía de arriba a la izquierda (Titanic)
Fotografía de arriba en el centro (Mouling Rouge)
Fotografía de arriba a la derecha (¿Conoces a Joe Black?)
Fotografía de abajo a la izquierda (Dirty Dancing)
Fotografía de abajo en el centro (El Guardaespaldas)
Fotografía de abajo a la derecha (Pretty Woman)
SCIENCE
LAS EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE: EL PARADIGMA DE LA INMORTALIDAD
"Es
muy probable que la idea más poderosa jamás concebida por el ser humano
sea la creencia, el conocimiento y la experiencia de que el mundo
físico que nos proporcionan los sentidos es una mera ilusión, un mundo
de sombras, y que la herramienta tridimensional que denominamos cuerpo
sólo sirve como recipiente o morada de Algo mucho mayor en donde se
asienta el fundamento de la verdadera vida"
Holger Kalweit
Es
indiscutible afirmar que desde tiempos inmemoriales existe un enorme
respeto sobre el tema tabú de la muerte y que hoy día en la sociedad
mundial, sobre todo occidental, debido principalmente a nuestra visión
plana, materialista y mecanicista sobre la vida y la muerte, hemos
convertido el trágico desenlace final de nuestra existencia en algo
verdaderamente aterrador y traumático. Sin embargo, desde hace unas
décadas un fenómeno nuevo y revolucionario convulsionó a la opinión
pública mundial, cambiando las arraigadas y estereotipadas creencias y
conceptos materialistas sumidos en la conciencia colectiva de la
sociedad, planteando un nuevo debate muy enriquecedor y apasionante. Un
fenómeno que haría tambalear los cimientos del rígido y sólido establishment de
la ciencia ortodoxa y racionalista, una nueva disciplina que pondría
patas arriba todo lo conocido hasta el momento en Biología Humana. Me
estoy refiriendo a las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM). Este
tipo de experiencias no fueron tomadas en serio dentro de la comunidad
científica hasta que un psiquiatra norteamericano, el doctor Raymond A.
Moody, doctor en filosofía por Universidad de Virginia (EE.UU.), publicó
su clásico libro convertido en best seller mundial Life after life (“Vida
después de la Vida”), del cual se vendieron 110 millones de copias por
todo el planeta, un libro en el que recopila más de un centenar de casos
de personas que estuvieron en el umbral de la muerte. Posteriores
investigaciones llevadas a cabo por otros científicos también pioneros
en el tema, como Elisabeth Kübler-Ross, Peter Fenwick, Melvin Morse,
Kenneth Ring, Bruce Greyson, Jeffrey Long, David Cheet, Joel Whitton,
Joe Fisher, Stanislav Groff, Charles Tart, Ian Stevenson, etc.,
confirmaron los hallazgos del doctor Moody, empezando una investigación
científica y sistemática de las etapas que acontecen durante el proceso
humano de la muerte. Todos esos científicos partieron sus
investigaciones desde una postura totalmente escéptica, abordando la
eterna y más primordial cuestión de la condición humana desde una
perspectiva científica, objetiva e imparcial. Sus hallazgos son cuanto
menos sorprendentes y muy significativos, confirmando, después de tantos
años de profundo estudio, la supervivencia del consciente a la muerte
física.
Antes
de nada debo decir que las ECM son un fenómeno universal, documentado
desde la misma prehistoria según la antropología y la religión, que lo
sufre cualquier individuo, independientemente de su edad, clase social,
creencia, raza o nacionalidad en el momento previo a la muerte. Es un
fenómeno que nos hace atisbar de manera fehaciente sobre cómo puede ser
la vida futura que nos aguarda. En el último siglo se han registrado más
de 300 millones de casos de personas que han atravesado una ECM, sin
incluir los cientos de millones de casos que no están registrados, ya
que, como dije, es un fenómeno universal que se remonta a la misma
prehistoria. Sólo en EE.UU. más de 18 millones de personas adultas según
el Instituto Gallup ha tenido ese tipo de experiencia.
A
raíz de estas experiencias se ha originado un gran debate académico y
científico en el propio seno de la comunidad científica para dilucidar
el origen (biológico-natural o divino) y la naturaleza de esas
experiencias. Nadie duda del tremendo impacto emocional y espiritual que
produce estas experiencias en las personas que lo han vivido, lo que se
discute clínicamente son sus causas. Se formularon muchas teorías
clínicas y médicas para explicar todo el potencial que nos presentan las
ECM. Teorías que tienen que ver con la estimulación de los lóbulos
temporales, del sistema límbico, a la acción de los fosfenos que
estimulan el córtex visual, a la presencia o liberación de
neurotransmisores, tales como endorfinas, y/o la falta de oxígeno en el
cerebro (anoxia o hipoxia cerebral), al exceso de glucosa en la sangre,
al estrés, a la administración de morfina o drogas farmacológicas, al
aislamiento o a la fatiga nerviosa, etc. que tratan de explicar esas
causas de forma natural, producto del funcionamiento fisiológico del
cerebro, reduciendo todas esas experiencias místicas como un mero
mecanismo defensa ante la desintegración total y definitiva de nuestro
ser. Todas esas conjeturas y especulaciones más que teorías fundadas y
probadas tienen la insalvable e importante limitación de explicar
solamente cada uno de los elementos o fases de las ECM de forma aislada y
no en su conjunto que sería lo más correcto (las fases o parámetros
secuenciales que sigue una ECM estándar son la proyección extracorporal o
autoscopia, la visión de un túnel, encuentro con familiares o amigos ya
fallecidos, fusión con la Luz o encuentro con un Ser de Luz, ya sea
Cristo, Buda, etc., revisión panorámica de la vida y viaje a los Cielos o
planos inferiores). Para la ciencia ortodoxa, materialista y
racionalista todas esas experiencias están originadas en el cerebro, es
decir, que no son más que meros engaños, sueños o alucinaciones sin
mucha trascendencia, fruto de un conjunto de reacciones bioquímicas que
tienen lugar en el propio cerebro. Sin embargo, la Verdad se dirige
hacia otra dirección. Hay científicos, como los que cité arriba, que se
guiaron por su honestidad intelectual y científica y por su humildad e
intuición que se resistieron en tachar todas esas experiencias como
meras alucinaciones endógenas que se producen el cerebro del moribundo.
Hay montañas de evidencias que demuestran que las ECM no son meras
alucinaciones o sueños. No lo digo sólo por los tremendos y apabullantes
efectos que han producido sobre las personas que las han sufrido, sino
porque hasta ahora no se ha encontrado una explicación clínica y médica,
tanto a nivel psicológico y psiquiátrico, como a nivel farmacológico,
neurológico y fisiológico que sea lo suficientemente satisfactoria,
convincente y coherente para explicar el tremendo potencial de esas
experiencias místicas. Cualquier persona culta y experta que esté
familiarizada con el tema y que haya hecho un profunda análisis
científico sobre la fisiología de las ECM se dará cuenta de que no son
meras alucinaciones o sueños. ¿Qué razones hay para creer en ello?
Tienen crucial importancia la consistencia, el realismo, la
concordancia, la verosimilitud, la coherencia, los paralelismos y la
objetividad de los testimonios presentados por esas personas que
tuvieron la ECM. Hay evidencias más extremas sobre la veracidad de estas
experiencias cuando nos encontramos con casos de personas ciegas,
sordas, tetrapléjicas, enfermas, etc. que han tenido experiencias como
las personas normales, sin ese tipo de discapacidad. También son
significativas las experiencias de muerte compartida, en la que varios
sujetos que están en situación de muerte clínica temporal atraviesan la
misma ECM con los mismos elementos en común (Véase casos reales de ECM
de grupo en Internet). Varios científicos han hecho experimentos a
escala planetaria con personas en situación de muerte clínica temporal,
posteriormente resucitadas, para comprobar en situ si la conciencia se
separa del cerebro en el momento de la muerte y puede seguir
sobreviviendo, y algunos de esos casos se han obtenido resultados muy
positivos y alentadores, confirmado la hipótesis de que el cerebro sólo
sea un mero receptor por el cual se trasmite la mente, pudiendo ésta
separarse y sobrevivir a la muerte física (Véase investigaciones de
Peter Fenwick, Sam Parnia, Pim Van Lommel , Michael Sabom y Bruce
Greyson).
Recientemente
apareció un nuevo concepto acuñado por numerosos científicos, la gran
mayoría materialistas, a raíz de las investigaciones pioneras llevadas
cabo por el neuropsicólogo canadiense Michael Persinger, de la
Universidad de Ontario, junto con los neurólogos suizos Olaf Blanke, Stephanie Ortigue, Theodor Landis y Margitta Seeck
denominado “neuroteología”. Esta nueva disciplina científica trata de
las implicaciones neurológicas, fisiológicas y psicológicas de las
experiencias místicas. Es decir, buscan una base, sobre todo a nivel
neurológico y fisiológico, que explique las causas de las experiencias
místicas como una forma de demostrar que Dios y el “más allá” no existen
y que sólo son un producto del cerebro (para ser más específicos, la
neuroteología es el estudio de la neurobiología de las experiencias
religiosas y espirituales). Las investigaciones del Dr. Persinger y del
Dr. Blanke y sus colaboradores han causado una gran repercusión a nivel
mundial por sus tremendas implicaciones científicas, filosóficas y
teológicas. El Dr. Persinger recurrió a varios voluntarios para que se
sometieran a sus experimentos. Para lo cual sentaba a sus voluntarios en
una especie de silla y se les ponía una casco en la cabeza con unos
electrodos que trasmitían ondas electromagnéticas de baja intensidad. El
objetivo era estimular una parte de la corteza cerebral, concretamente
en donde se localizan los lóbulos temporales, para reproducir
artificialmente una experiencia mística. El resultado fue sorprendente.
Los sujetos narraban haber sentido una especie de desdoblamiento de su
propio “Yo”, podían viajar a través de un túnel y sentir presencias
espirituales. El resultado de las investigaciones concluían que todas
esas experiencias místicas podían ser explicadas en términos
neurológicos como «alucinaciones autoscópicas» fruto del estado
disociativo del cerebro, es decir, que todas esas experiencias tenían
lugar en el propio cerebro y no ajeno a él (Scientific American,
2003). Igualmente, los científicos suizos citados arriba utilizaron los
mismos procedimientos que el Dr. Persinger para inducir artificialmente
el fenómeno del desdoblamiento a través de una serie de experimentos
realizados en la Universidad de Ginebra con una paciente epiléptica,
obteniendo resultados similares que los del citado doctor. La conclusión
de los científicos suizos fue que todo se debía a una anomalía de
cierta área del cerebro, concretamente el gyrus angular derecho, ubicada entre el lóbulo temporal, parietal y occipital (Nature,
2002). Sin embargo, hay varios hechos cruciales que hay que trascender
sobre estas investigaciones del Dr. Persinger y sus pares de científicos
suizos, para mí unas investigaciones sin una base científica y
objetiva, que son los siguientes:
1º
Los científicos que realizaron este tipo de experimentos parten de la
base de querer demostrar que las experiencias místicas, como las
experiencias extracorporales o las ECM, son alucinaciones, ilusiones o
sueños producidos por alguna anomalía en cierta área del cerebro, cuando
lo más objetivo e imparcial sería determinar la causa y la naturaleza
de eses tipos de experiencia, sin caer en prejuicios e ideas
preconcebidas, y recabando la máxima información posible sobre el tema.
2º
La base de sus conclusiones se apoya en las investigaciones realizadas
con voluntarios que tenían antecedentes psiquiátricos (concretamente
problemas de epilepsia).
3º
Los sujetos que participaron en las investigaciones eran previamente
conscientes, ya que fueron avisados, de los efectos que les iban a
producir tales experimentos (sabían que le iba provocar la sensación de
que estaban flotando fuera de sus cuerpos, de luces, etc.),
condicionando los resultados de los experimentos.
4º
Los sujetos que se sometieron al experimento estaban totalmente con los
ojos tapados pero conscientes y despiertos (en el caso concreto de las
ECM se producen en estado absoluto de inconsciencia).
5º
Las experiencias inducidas a través de estos experimentos (o mediante
la ingestión de sustancias psicodélicas) eran fragmentarias y
aleatorias, mientras que las experiencias extracorporales (EEC) o las
ECM son de naturaleza detallada y organizada.
6º
Las experiencias místicas inducidas a través de estos experimentos, al
igual que la inducción por medio de la ingestión de sustancias
psicodélicas como la LSD, el clorihidrato de ketamina, la mescalina, los
hongos alucinógenos, etc. (todas esas sustancias provocan estados
alterados de consciencia) son diferentes en intensidad, forma y
contenido que las EEC o ECM genuinas.
7º
Los experimentos que realizó el Dr. Persinger no han causado ningún
efecto místico sobre personas ateas que participaron en dicho
experimento. En las EEC o las ECM las creencias que profesen los
individuos que las atraviesan no son un factor relevante, ya que hay
infinidad de casos documentados que confirman que personas ateas o
escépticas han tenido igualmente experiencias místicas de tipo religioso
y arquetípico.
8º
Los experimentos llevados a cabo por esos científicos no son más que
ilusionismo. Las experiencias reportadas por sus voluntarios difieren en
la forma y en el fondo respecto a las EEC o ECM (generalmente los
sentimientos reportados durante una EEC o ECM son: trascendencia de
barreras espacio-temporales, visión remota, precognición, sentimientos
de unicidad y conexión con todas las cosas, viaje a otros planetas del
nuestro sistema solar o de otras galaxias, acceso a otros dimensiones o
planos de la realidad, conocimiento de la verdadera naturaleza de las
cosas, sentimiento de inmortalidad y libertad, sentimiento de que todas
las almas están entrelazadas, etc.). Como podemos apreciar, en esos
experimentos simulados los sujetos no repartan en absoluta ninguno de
esos sentimientos citados anteriormente. Por lo tanto, las conclusiones
precipitadas y sin contrastar de esos científicos materialistas respecto
a esos experimentos, que son en todo caso ilusionismo puro y duro, no
sólo demuestran los errores por enésima vez de la ortodoxia científica a
la hora de tratar estos temas, sino que además están promoviendo en
este tipo de experimentos la pseudociencia.
9º
Los efectos producidos por las experiencias inducidas por esos
experimentos, al igual que las inducidas artificialmente mediante la
ingestión de sustancias psicodélicas, no han causado ningún impacto en
las personas que las han vivido. En cambio en las EEC o las ECM se
produce un tremendo impacto a todos los niveles (físico, psicológico,
emocional y espiritual) a corto, medio y muy largo plazo sobre las
personas que las han atravesado.
Esas
son algunas de las razones por las que considero que las
investigaciones del Dr. Persinger y del Dr. Blanke y sus colaboradores
suizos no deben ser tomadas en serio a la hora de reducir las
experiencias místico-escatológicas a meros subproductos causados por el
cerebro. Todo lo que han presentado estos investigadores, al igual que
todos los científicos que realizan este tipo de experimentos, son un
conjunto de meras conjeturas y especulaciones sobre las causas que
originan estas experiencias místicas. Muchos científicos materialistas,
con su particular visión mecanicista, nihilista y secular del universo,
le han atribuido todo tipo de explicaciones clínicas y medicas a las
causas y contenido de las ECM. Sin embargo, hay que ser sabio y
distinguir las conjeturas y especulaciones de los hechos. Los hechos
están ahí, los hechos vencerán. Los hechos nos indican que existe otra
realidad paralela a la nuestra. Una realidad que no es percibida con
nuestros sentidos, pero que en determinados momentos (suicido, accidente
de tráfico, infarto de miocardio, derrame cerebral, etc.) en el que la
muerte está próxima se nos presenta a través de esa experiencia una
evidencia incuestionable de la continuidad de la vida después de la
muerte. Y digo una evidencia incuestionable porque muchas personas que
han sido declaradas clínicamente muertas, sin actividad cerebral y
cardiaca, con electroencefalograma plano (hay que entender que cualquier
mínimo signo de vida que tenga el individuo, hay que esté teniendo un
sueño o una alucinación sería captado directamente por el
electroencefalograma mostrando cualquier signo de actividad, sin estar
completamente plano), han presentado experiencias y recuerdos altamente
estructurados, hiperactividad e hipersensibilidad de sus sentidos,
captando en muchas ocasiones información real desconocida para el propio
individuo que lo sufre, adquiriendo a veces ciertos poderes psíquicos,
como la predicción del futuro en forma de advertencias proféticas,
posteriormente cumplidas en la vida real, recuperación milagrosa de
personas que padecían una enfermedad grave e incurable después de
superar una ECM, etc. Por lo tanto, podemos concluir que la muerte
supone de algún modo una continuidad de la vida, porque en las ECM las
personas siguen conscientes, pensando, actuando, experimentando y
existiendo en un cuerpo etéreo llamado alma, una continuidad de la vida
en un plano de existencia espiritual e inmaterial. Por eso, es legítimo
decir que las personas que han sobrevivido a una ECM opinan firmemente
que la vida post mórtem no es una posibilidad abstracta y ficticia, sino
que más bien es un hecho experimentado de modo real, personal y
concreto.
Hay
otra lectura o interpretación que se podría hacer de la neuroteología.
Es aquella que afirma que Dios dejó sus huellas en nuestros cerebros
para que podamos conocerle mejor e interactuar y relacionarnos con Él.
Uno de los científicos más destacados que defienden esta teoría es el
pediatra estadounidense con reputación internacional Melvin Morse,
doctor en medicina por la Universidad de George Washington (EE.UU.), a
quien se le otorgó el National Service Research Award (Premio al
Servicio Nacional de Investigación). Este pediatra pasó muchos años
tratando a niños con una enfermedad terminal, registrando cada una de
las experiencias místicas que padecían esos niños en el tránsito hacia
la otra vida. Él era un científico escéptico y reticente a la hora de
aceptar a primera vista la autenticidad de esas experiencias. Durante
bastantes años siguió siendo escéptico hasta que al final, después de
muchos años de ardua investigación y ante la abrumadora cantidad de
pruebas que se resistían en ser reducidas a meras alucinaciones o
sueños, aceptó la realidad de esas experiencias místicas. Eso sí,
reconoció que, a pesar de la gran variedad de explicaciones clínicas o
médicas presentadas al respecto, las cuales no encajaban a la hora de
explicar las causas de esas ECM por la falta de coherencia, fundamento,
motivación y consistencia, él había pasado por alto algo muy obvio, que
era que de alguna manera nuestra alma o conciencia podía realmente
separarse del cuerpo y sobrevivir sin él. Por lo tanto, Melvin Morse al
final reconoció con humildad que las visiones religiosas, arquetípicas o
espirituales son ontológicamente reales y no alucinaciones o sueños
producto de la secreción de sustancias bioquímicas en el cerebro. Al
mismo tiempo formuló una asombrosa y revolucionaria teoría según la cual
a través de la estimulación del lóbulo temporal derecho se podría
provocar la emergencia de experiencias místicas de tipo religioso y
espiritual (el Dr. Michael Persinger citado arriba y otros científicos
han confirmado la tesis del Dr. Melvin Morse que relaciona la
estimulación de los lóbulos temporales y las experiencias místicas). Sin
embargo, la concepción que tiene Melvin Morse sobre el papel crucial
que juegan los lóbulos temporales en la creación de esas experiencias
místicas difiere en la cuestión de fondo sobre la idea que tienen los
demás científicos materialistas. A continuación voy a presentar un largo
extracto transcrito del DVD “Vida después de la Vida” -La expedición
científica del teólogo, periodista y escritor Tom Harpur- sobre una
entrevista efectuada a este científico.
Transcripción de la entrevista al Dr. Melvin Morse:
“Cómo
explicar las distintas experiencias sino empezamos por entender que
todas las pruebas clínicas y experimentales documentan claramente que se
tratan de experiencias de origen biológico y natural. Están
relacionadas con una zona del cerebro llamada lóbulo temporal derecho.
Quiero hacer constar que soy filosóficamente imparcial en mis
afirmaciones. No hago comentarios sobre la realidad objetiva que estoy
describiendo. Sólo digo que estas experiencias no deben tratarse
aisladamente. No podemos decir que el “más allá” sea una alucinación
causada por el dolor, que la premonición de la muerte es un fenómeno
extraño del que la ciencia no quiere ocuparse, que la experiencia de
muerte compartida sea un adorno cultural de unos pacientes que
reaccionan así guiados por su dolor y demasiado influenciados por un
programa televisivo. No son teorías que nos sirvan de explicación. Una
teoría que sí podría servirnos de explicación es la comprensión de que
nuestros cerebros tienen la capacidad de percibir otra realidad bien
documentada, tanto experimental como clínicamente, a través del lóbulo
temporal derecho. Arnold Mandell, el gran neurobiólogo, expresó mejor
que nadie cuando afirmó que “el reino de los cielos se encuentra en el
lóbulo temporal derecho”. Una vez que entendamos ese simple hecho que
lleva más de 80 años siendo documentado en la literatura médica. Una vez
que nuestra ciencia y nuestra espiritualidad se aclaren al respecto,
entenderemos que en una amplia variedad de situaciones clínicas nuestro
lóbulo temporal derecho puede activarse y permitirnos tener esa
experiencia”. (Melvin Morse, DVD Vida después de la Vida). (El Dr. Melvin Morse aparece arriba en la foto con gafas, corbata y barba en la prestigiosa cadena estadounidense CNN).
Las
declaraciones de este famoso y prestigioso científico son de enorme
trascendencia, ya que presentan un nuevo paradigma científico en favor
de la inmortalidad del alma al relacionar el lóbulo temporal derecho con
las experiencias místicas como puente de acceso a otra realidad bien
documentada, una realidad o dimensión de tipo espiritual. Por lo tanto,
para Melvin Morse todas esas experiencias místicas de tipo espiritual y
religioso son reales y no alucinaciones. Esas experiencias, según este
doctor, prueban aunque no certifican la existencia del “más allá”.
En
conclusión, las investigaciones del doctor Melvin Morse son muy
importantes a la hora de entender el verdadero papel que desempeñan los
lóbulos temporales en relación con las experiencias místicas y sus
causas.
Una
de las teorías más revolucionarias y mejor elaboradas, la cual está
bien aceptada por un sector importante de la comunidad científica, es
aquella que concibe el cerebro de manera holográfica. Son muchos los
científicos que son partidarios de esta sorprendente teoría, cuyo
principal postulador fue el físico teórico David Bohm. Este científico
postuló que la consciencia humana puede funcionar holográficamente,
pudiendo en ciertas situaciones de muerte inminente o a través de la
inducción artificial por medio de la ingestión de ciertas sustancias
psicodélicas trascender los nuestros sentidos ordinarios y acceder a un
nivel de consciencia superior (expandida), a otro nivel de espacio y
tiempo. Las propiedades holográficas de la
consciencia permitirían que ésta no estuviese sujeta a las leyes de la
física newtoniana. Interesantes son las palabras del bioquímico Ken
Wilber que dice lo siguiente: “Si el
cerebro funcionase como un holograma, tendría acceso a un todo mayor, a
un campo o ‘esfera de frecuencia holística’ que trascendería los límites
espaciales y temporales”.
La
teoría holográfica de la mente constituye sin ningún género de dudas
otro nuevo paradigma científico a favor de la supervivencia del
consciente a la muerte física. Una teoría aceptada por bastantes
científicos de todo el mundo y que es hasta el momento la explicación
más plausible, racional y científica a las causas y contenido de las
ECM.
Sin
profundizar tanto en el tema, a continuación voy a presentar los
requisitos o parámetros que debe seguir una ECM para que pueda ser
considerada como una evidencia científica a favor de la inmortalidad del
alma. Son los siguientes:
1º Autoscopia o proyección extracorporal:
Esto se produce en la inmensa mayoría de los casos de ECM en la que los
sujetos sienten abandonar su cuerpo físico y adquirir una nueva forma
etérea. Dicho con otras palabras, sienten que su consciencia se separa
del cuerpo físico, pudiendo sobrevivir sin el propio cuerpo.
Implicaciones: este hecho refuta la ecuación materialista de que la
mente es igual al cerebro, pudiendo la mente o consciencia separarse del
propio cerebro en el momento del óbito y sobrevivir sin él.
2º Una representación mental nítida:
También se produce en la inmensa mayoría de los casos de ECM en la que
los sujetos que abandonan sus cuerpos en situación de muerte clínica
temporal perciben con perfecta nitidez y lucidez, de un modo muy vívido,
lo que está aconteciendo en el entorno en donde se ubica su cuerpo
físico inerte temporalmente. Debemos recordar que lo normal es que
cuando el sujeto está en estado absoluto de inconsciencia o cuando su
cerebro agoniza, es de esperar que sus facultades mentales estén muy
deterioradas o dañadas como para tener experiencias o pensamientos
altamente estructurados, haciendo imposible cualquier actividad que se
relacione con pensar, experimentar, ver, oler o sentir durante ese
estado “vegetativo”. Implicaciones: No todos los procesos mentales
dependen funcionalmente del funcionamiento fisiológico del cerebro.
3º Percepciones paranormales verídicas que sean objetivamente verificables:
Esto sucede en no pocos casos, por lo que sería motivo para abordar el
tema de las ECM con prioridad sobre otras cuestiones científicas. En
estos casos el sujeto que experimenta la ECM no sólo siente que su
consciencia o alma abandona su cuerpo físico cuando fue declarado
clínicamente muerto, observando posteriormente todo lo que ocurre en su
entorno más próximo con perfecta nitidez, sino que además asombrosamente
puede percibir eventos o situaciones acontecidas fuera del alcance
normal de su vista. Visiones y descripciones muy detalladas y precisas
sobre personas, hechos, objetos, conversaciones, muchos de ellas
descritas textualmente, e incluso visión remota de eventos tanto
presentes o futuros, posteriormente cumplidos en la vida real. Sujetos
que están postrados “inertes” en la camilla de la ambulancia que los
traslada al hospital después de un accidente de tráfico, de una crisis
cardiorrespiratoria, de una embolia cerebral, de un intento de suicidio o
por otras causas naturales o no, sujetos que están siendo operados en
el quirófano y que se les declara clínicamente muertos, sujetos que
están atravesando una larga y traumática enfermedad terminal... Todo
esos sujetos experimentan en esa estado de cuasimuerte algo
verdaderamente increíble, transformador e indescriptible, que en la gran
mayoría de los casos es beatífico, como es el momento en que las almas
abandonan sus cuerpos viajando a cualquier lugar (por ejemplo a otra
habitación del hospital, a la calle, a la casa de sus seres queridos, a
visitar al trabajo de sus amigos u otros lugares remotos) a la velocidad
del pensamiento, encontrándose con sus seres queridos ya fallecidos y
sintiendo en el común de los casos en todo momento de su experiencia,
sobre todo cuando se encuentra con la Luz, una paz, amor y alegría
inenarrables con palabras humanas. Unos sentimientos tan fuertes y
profundos vividos por esas personas que les cuesta posteriormente
reajustar psicológicamente a la hora de integrar esos recuerdos en su
mente y al explicar eses experiencias a través de cualquier vocabulario
de cualquier idioma conocido. Ahora mismo me viene a la mente las
palabras del psiquiatra Fowler Jones, quien recabó una gran multitud de
información concerniente a las EEC y ECM, dejando de lado sus
prejuicios. Este científico afirmó lo siguiente: “Todo cuanto podemos
decir hasta este momento es que las personas que tienen esas
experiencias las sienten como algo muy real. Las describen de diversas
formas, pero el común denominador es que la mente, la parte de la
personalidad que corresponde al “Yo”, la parte que piensa y siente, ya
no se encuentra situada en el interior de su cuerpo físico sino
depositada en algún otro lugar del ambiente. Es como si tuvieran un
centro de conciencia móvil, situado a unos pocos metros, o a varios
kilómetros, del cuerpo físico.”
Algo
verdaderamente resaltable, aparte de la coherencia, verosimilitud y
inefabilidad, en esas experiencias es que el sujeto, tal y como
argumenta el investigador Fowler Jones, que lo ha experimentado tiene la
absoluta certeza de que lo que ha vivido es real, no una alucinación o
sueño, perdiendo de ese modo el miedo a la muerte e integrando desde el
primer momento esa experiencia como una parte real de su vida. Por eso
me pregunto: ¿está legitimado un científico materialista y escéptico
para descalificar de un plumazo o poner en entredicho la palabra de una
persona que recibió un “don” a través de esa ECM sin que el propio
científico tuviera una experimentación personal y directa sobre ese tipo
de experiencia? ¿Puede invalidar una explicación clínica o médica
presentada por cualquier científico ateo y agnóstico la palabra sincera y
veraz sobre la realidad de las ECM atestiguada por un testigo
experimental? Pienso claramente que no. La Verdad no se conjetura ni se
especula como hacen muchos científicos al tachar esas experiencias como
simples alucinaciones. No. La Verdad hay que experimentarla, sentirla,
vivirla... Es como si alguien que no ha probado nunca una naranja trata
de explicar su sabor, con sus implicaciones, cayendo en el error de
hacer comentarios preconcebidos, abstractos y subjetivos sobre el sabor
de esa naranja. Elocuente es el parapsicólogo Leo Talamonti, quien denuncia lo siguiente: “si
la credulidad puede causar muchos daños, la descalificación fácil y
preconcebida de los testimonios presentados, como es practicada
habitualmente por los escépticos que sostienen prejuicios, produce otros
daños mayores por cuanto tiende a destruir en embrión toda posibilidad
de reconstruir la verdad". Por otra parte, el doctor Kenneth
Ring, en su famosa obra “La senda hacia el Omega”, nos aclara más el
misterio que envuelven a las ECM: “En
la literatura de las ECMs se menciona frecuentemente el hecho de que,
en lo que concierne al testigo, la realidad de los acontecimientos
experimentados está más allá de toda duda (...) En ninguna parte es más
evidente este sentido de hiperrealidad de las ECMs como en la fase en la
que el testigo se encuentra a sí mismo fuera de su cuerpo y en cierta
manera es capaz de mirarlo desde una perspectiva externa. Aquí la
agudeza subjetiva de la percepción visual y auditiva no sólo es tan
asombrosa como inexplicable, sino que en una serie de casos ha resultado
ser verídica (es decir, exacta), demostrando con ello que ciertamente
no se trata de una mera alucinación o sueño”. Sin embargo, los científicos que niegan esa verdad
actúan de manera perniciosa y prejuiciosa, al desacreditar y
desmitificar las declaraciones de las personas que han tenido una ECM
(quizás la razón de ese rechazo a este tipo de testimonios se debe a que
la élite científica dominante es de ideología atea o agnóstica, a su
vez motivada por el simple hecho de que los científicos se forman y se
gradúan en universidades cuyo régimen de enseñanza es laico o
aconfesional, y también ese rechazo se debe a que no está implantado de
modo general en las instituciones académicas ciertas disciplinas, como
la tanatología o la parapsicología). Científicos que se dejan llevar por
sus ideas preconcebidas, por sus dogmas materialistas, por su falta de
objetividad, imparcialidad y honradez, al contrario que los sujetos que
experimentaron las ECM, los cuales son personas honestas, sinceras y
equilibradas emocionalmente que están en posesión de la Verdad, no de la
verdad subjetiva, sino de la Verdad objetiva sobre la realidad y
autenticidad de las ECM (algo genuino que otorga cierta credibilidad
sobre la realidad de las ECM es el hecho de que muchas de las personas
que sobrevivieron a una ECM narran sus experiencias mediante el lenguaje
de la física teórica y de las matemáticas del caos). Esa es el
testimonio que nos han legado todas las personas que han sobrevivido a
una ECM, un testimonio de incalculable valor científico, ético, humano y
espiritual. Pienso que lo más sensato es aproximarnos o abordar el tema
de la muerte no desde el punto de vista de las personas que agonizan,
sino de aquellos que han sobrevivido a una ECM, ya que ellos son los
verdaderos conocedores de lo que ocurre al otro lado de la “cortina”.
Probablemente, la verdadera naturaleza de la muerte difiera
completamente de su concepto tradicional basado en el hecho de que la
muerte supone la extinción personal y definitiva de nuestro ser. Una
extinción personal en la que uno sentiría el vacío, el no sentido y la
nada para el resto de la eternidad como si fuese un largo y oscuro sueño
sin ensueños. Como decía de manera esperpéntica y cruda el archifamoso
poeta inglés William Shakespeare: “morir es yacer en frío infierno y pudrirse”.
Respetando la estatura literaria de este personaje, considero que sus
afirmaciones se podrían catalogar de todo tipo, excepto poéticas. Sin
embargo, yo no comparto esa opinión por los reveladores y fiables
testimonios de personas que han atravesado una ECM. Uno de esos
testimonios fiables es del prestigioso y famoso psicólogo y
psicoanalista Carl Gustav Jung7, discípulo de Sigmund Freud y
una de las 10 mentes más brillantes del siglo XX, quien tuvo una ECM a
raíz de un infarto en la que tuvo una lúcida y vívida visión de la
Tierra desde el espacio exterior de nuestro planeta narrando lo
siguiente: “Me pareció como si me encontrase allá
arriba en el espacio. Lejos de mí veía la esfera de la Tierra sumergida
en una luz azul intensa. Veía el mar azul profundo y los continentes.
Bajo mis pies, a lo lejos, estaba Ceilán y ante mí estaba el
subcontinente de la India. Mi campo de visión no abarcaba toda la
Tierra, sin embargo, su forma esférica era claramente visible, y sus
contornos brillaban plateados a través de la maravillosa luz azul (...)
Posteriormente me informé a qué altura debía encontrarme para poder
alcanzar una visión de tal extensión. ¡Aproximadamente a unos 1.500
kilómetros! La contemplación de la Tierra desde tal altura es lo más
grandioso y lo más fascinante que he experimentado”. Carl G. Jung acabaría afirmando lo siguiente respecto a lo que significa la muerte: “externamente
considerada, la muerte parece terrible y aterrador, pero una vez que
estás en su interior disfrutas de tal plenitud, paz y satisfacción que
ya no quieres retornar”. Pero no quiero irme por las ramas, y quiero
concluir diciendo que para que las ECM sean una evidencia de la
supervivencia es de crucial importancia el hecho de que muchas de esas
experiencias de percepción paranormal verídica han sido objetivamente
verificadas como muy exactas y coherentes. Para lograr verificar esos
testimonios sobre lugares, hechos, objetos y personas que han sido
captados por el sujeto durante su estado de muerte clínica temporal son
de enorme importancia el que se produzca un careo con las partes
implicadas (médicos, enfermeras, pacientes, familiares, amigos...) para
atestiguar y corroborar los hechos y declaraciones. En prácticamente
todos los casos documentados sobre este tipo de experiencias de
percepción paranormal, que se han sometido a un control científico, se
han verificado de manera positiva. Ahora bien, hay señalar que existen
también casos de este modelo de percepción que no han sido sometidos a
control científico, sin poder ser verificados posteriormente, casos que
se ha producido de manera espontánea y aleatoria. Por eso es difícil
verificar hasta cierto punto las ECM, ya que muchas veces se producen de
manera aleatoria, espontánea e inesperada, en vez de ser sometidas a un
control científico, como sería a través de un experimento de
laboratorio. Aunque hubo experimentos hechos por algunos científicos,
bajo el patrocinio de ciertas instituciones públicas o privadas, con
pacientes que ofrecían los tres modelos inseparables de supervivencia de
las ECM (autoscopia, representación mental nítida y percepción
paranormal verídica que sea objetivamente verificable) obteniendo
resultados muy positivos y concluyentes. Implicaciones de este modelo de
supervivencia: confirma la tesis de partida de que la mente no es igual
al cerebro, pudiendo separarse y sobrevivir sin él.
Debo
recordar que las tres implicaciones propuestas en esos tres modelos
citados arriba se deben interpretar a modo de hipótesis o de sugestión,
no como algo “científicamente demostrado” más allá de cualquier duda
razonable (recordemos que la ortodoxia científica utiliza el Principio
Racionalista según el cual no se pueda creer en nada hasta que no esté
lo suficientemente demostrado). En mi opinión, a pesar de que la
realidad de la supervivencia del consciente a la muerte física dista
mucho de poder estar “científicamente demostrada”, si tenemos en cuenta
los tres modelos citados arriba (autoscopia, representación mental
nítida y percepción paranormal verídica que sea objetivamente
verificable), con sus implicaciones, no sería exagerado afirmar que
tenemos en conjunto una evidencia científica, objetiva y concluyente que
sugiere la inmortalidad del alma.
Continuando
este capítulo, quisiera mencionar que leí un artículo en Internet
escrito por escéptico que no creía que las ECM sean una evidencia a
favor de la supervivencia del consciente a la muerte física por la
simple razón de que la gran mayoría de los casos de personas que han
estado clínicamente muertas no han vivido una ECM. Para este individuo,
si las ECM son un fenómeno universal, como afirman los científicos
heterodoxos y creyentes, ¿cómo es posible que haya una gran infinidad de
casos de personas que estuvieron al borde la muerte sin tener una ECM?
Las respuestas son las siguientes:
1º Porque la persona no ha sido declarada clínicamente muerta.
2º
Porque la persona, aun siendo declarada clínicamente muerta, no
atravesó el límite entre la vida y la muerte. O bien cuando atravesó ese
límite no recibió ese “don” (me refiero al “don” de saber que hay más
allá de la muerte).
3º
Porque muchas personas, ante el temor de ser ridiculizadas o tachadas
como locos tanto privada como públicamente ante los demás, optaron por
no hacer público su ECM (recordemos que se presumen que existen una
enorme cantidad de casos de ECM no declarados y registrados
documentalmente, principalmente por las trabas personales y el recelo
social que sufren estas personas).
Me
gustaría plantear un doble enfoque en el debate abierto sobre este tema
por ese individuo escéptico. Sería el siguiente: si las causas o patrón
de las ECM se deben a factores clínicos y médicos, ¿por qué la gran
mayoría de las personas que agonizaron no tuvieron una ECM? Ese es la
clave de la cuestión. Para ello, voy a desmarcarme de la opinión de este
escéptico, ignorante en el tema, para presentar pruebas y no
conjeturas, como las que presenta este individuo, sobre la
supervivencia. Me refiero a un experimento llevado a cabo por el
eminente cardiólogo holandés Pim Van Lommel, quien entrevistó a 344
personas que fueron declaradas muertas clínicamente con resucitación.
Los experimentos fueron comparados con un grupo de control en términos
de seriedad de la enfermedad. El resultado fue que el 18 % de los
pacientes reporta haber tenido una ECM mientras el 82 % restante no. El
Dr. Van Lommel llegó a la conclusión de que las ECM no tenían una raíz
medica y clínica. ¿Por qué? Porque todos fueron víctimas de estrés y de
una fatiga nerviosa (nivel psicológico), a todos se les administró
morfina (nivel farmacológico) y todos sufrieron una falta de oxígeno en
el cerebro (nivel fisiológico), incluso se descartó el nivel neurológico
o neurofisiológico como raíz de esas experiencias. Los esclarecedores,
notables y sorprendentes experimentos de este doctor fueron publicados
en la prestigiosa revista médica británica The Lancet.
Continuando
este capítulo, quisiera hacer un comentario sobre una asombrosa y
escalofriante ECM vivida por una artista americana llamada Pam Reynolds.
Esta mujer se prestó como voluntaria de un proyecto científico de
investigación realizado a escala planetaria con numerosos pacientes que
sufrieron una muerte clínica temporal llevada a cabo por científicos de
la talla del Dr. Peter Fenwick, un neuropsiquiatra británico con
reputación internacional, para averiguar las causas de las ECM. El
resultado fue que las ECM vividas por algunos de esos pacientes en
situación de muerte clínica pudieron ser explicadas a priori (recordar
que todas las especulaciones de carácter clínico o médico no han
invalidado hasta el momento la realidad de las ECM y que no hay ningún
estudio científico que establezca una correlación entre las ECM y su
origen clínico) en términos clínicos y médicos, exceptuando dos casos:
una mujer ciega congénitamente llamada Vicky Umipeg que había sufrido un
grave accidente de tráfico y el caso de Pam Reynolds, operada de un
grave y complicado aneurisma cerebral. Las ECM de ambas personas están
citadas en mi libro "El Sueño Eterno de la Inmortalidad", pero quiero
volver a centrarme en el caso de Pam Reynolds por su espectacularidad.
El caso de Pam Reynolds marcaría un antes y un después en la concepción
de la ciencia sobre este tipo de experiencias. Sin duda, esa experiencia
presentaría un “punto de inflexión” en el estudio de las ECM, originado
un profundo y renovado debate a nivel científico, académico y teológico
sobre la verdadera naturaleza de las ECM y sus causas implícitas. Su
caso, junto con el del Dr. George Rodonaia, aportarían el mayor
paradigma científico a favor de la inmortalidad del alma en la historia
documentada de las ECM. Pero, sin andar con más rodeos, esto son los
hechos.
Pam
Reynolds sufría un grave, profundo y complicado aneurisma en una
arteria basicular del cerebro. Para operarla, dada la tremenda gravedad
de su diagnóstico, no se le pudo realizar una operación quirúrgica
estándar. Por tal motivo, el personal médico se vio obligado a efectuar
un método quirúrgico novedoso de tipo experimental conocido como "paro
cardíaco hipotérmico". ¿En qué consistía esa operación? A la paciente se
le tumbó en una camilla del quirófano boca arriba, se le provocó
artificialmente una parada cardiaca y respiratoria, un cese total de la
actividad cerebral (EEG plano), se le bajó la temperatura corporal de
36º hasta reducirse a los 15º, se le entaponaron los oídos y se le
vendaron los ojos. Si hablamos en términos coloquiales, ella fue
“matada” temporalmente y luego devuelta a la vida. La operación de
"pausa" duró varias horas, estando la paciente completamente
monitorizada, en estado de muerte clínica temporal y reversible, sin
posibilidad de tener ningún tipo de sueño o alucinación. Durante el
momento álgido de la operación sufrió los tres parámetros de
supervivencia (proyección extracorporal, representación mental nítida y
percepción paranormal verídica posteriormente verificada por el personal
médico). Dicho con otras palabras menos técnicas, ella sintió que su
consciencia se separaba de su cuerpo físico y podía apreciarlo, al igual
que las maniobras del personal sanitario que operaban su cerebro en el
quirófano. Ella describe detalladamente, con exactitud, coherencia y
realismo lo que sucedió en la sala de operaciones mientras ella estaba
siendo intervenida quirúrgicamente (recordemos de nuevo que ella tuvo la
ECM en el momento álgido de su operación, es decir, en el momento
preciso en el que le estaban abriendo la bóveda de su cráneo). Describe
con total precisión las vestimentas del personal médico, sus
conversaciones de manera textual, los objetos quirúrgicos que utilizaron
durante la operación, las canciones del hilo musical y los
procedimientos de su posterior resucitación. En el momento cumbre de su
ECM siente como un túnel con luces sobrecogedoras la succiona, viajando
por ese túnel hasta que al final se encuentra una hermosa Luz Divina que
transmitía una paz, amor, seguridad y alegría inconcebibles. En ese
estado de éxtasis místico ve o siente la presencia de un ser querido ya
fallecido que acude a su encuentro, intercambiando telepáticamente una
conversación entre ambos en un lenguaje universal. En un momento de su
experiencia se le hace saber por parte de su ser querido a esta
paciente, Pam Reynolds, que su hora de pasar a la “otra orilla” no había
llegado aún y que tenía cosas importantes que hacer en la Tierra con el
amor de sus familiares vivientes. Ella no quería volver a su vida
terrenal, sino que quiso permanecer en ese estado todo el tiempo que
fuera posible por el gran amor y confort que sentía. Entonces, nada más
pensar en sus seres queridos que quedaban desamparados en la Tierra,
siente de nuevo esa succión por el túnel y se encuentra (su alma)
flotando en la sala de quirófano contemplando la dramática escena de su
delicada operación. Ella triste porque su experiencia mística estaba
llegando a su fin y ante la estupefacción y el sentimiento aterrador de
volver a su cuerpo “descarrilado”, consiguió regresar de nuevo a su
cuerpo físico, sintiendo la frialdad y el dolor de su “envase corporal”
perecedero y fútil. Después de reanimarla y devolver de nuevo a la vida,
ella narró su ECM al personal médico, familiares y amigos lo que ella
vivió mientras ella estaba siendo operada (igualmente fue un “boom”
televisivo su caso de ECM, siendo invitada por programas de televisión
de prestigiosas cadenas estadounidenses, alcanzándose varemos de
audiencia muy notables, al igual que su experiencia fue publicada en
algunas revistas sensacionalistas). Sus declaraciones y descripciones
sobre objetos, personas, conversaciones y eventos acontecidos en la sala
de quirófano mientras ella estaba siendo operada fueron confrontadas
con el personal sanitario, verificando las declaraciones y los hechos
como muy exactos, detallados y coherentes. Hasta aquí la ECM de Pam
Reynolds.
Después
de describir la ECM de Pam Reynolds, es hora de valorar clínicamente la
fisiología de su experiencia mística. Esta es la valoración. Si tenemos
en cuenta que en casi todos los casos documentados de ECM, por no decir
en todos, las personas que sufrieron ese tipo de experiencias
estuvieron en una única fase de muerte clínica temporal, esta paciente,
Pam Reynolds estuvo en las tres máximas fases de muerte clínica
temporal: Ausencia absoluta de actividad cardíaca, cerebral y neuronal
(sin actividad electromagnética residual cerebral), reflejando según el
monitor EEG plano, ausencia de actividad del tallo cerebral o tronco
encefálico, el cual es el responsable de prácticamente todas las
funciones cerebrales, y ausencia absoluta de sangre en el cerebro, es
decir, estaba completamente drenado (perfusión cerebral). Si esas tres
fases le sumamos los condicionantes a los que se sometió a esta paciente
(oídos tapados, ojos vendados, cuerpo congelado, etc.) se podría
concluir, dada el carácter sumamente extraordinario y espectacular de la
ECM, absolutamente inexplicable clínica y médicamente, que el cerebro
sólo es un mero receptor por el cual se transmite la mente o
consciencia, pudiendo ésta última separarse y sobrevivir a la muerte del
cuerpo y del cerebro. Comparto, entonces, la opinión del Dr. Peter
Fenwick, uno de los primeros científicos en valorar la fisiología de la
ECM de Pam Reynolds, quien considera que hasta el momento no se ha
encontrado ninguna explicación plausible, lógica y satisfactoria al caso
de la citada Pam Reynolds. (Debo apuntar que esta mujer, Pam Reynolds,
se restableció completamente de su salud, a pesar de las complicaciones
que hubo durante la operación, sobre todo a última hora, que estuvieron a
punto de poner en peligro su vida). Por otra parte, el Dr. Fenwick
considera que muchos científicos escriben tonterías sobre las causas de
las ECM, principalmente porque muchos de esos científicos se entrometen
en áreas del conocimiento que no son de su competencia. Piensa que para
valorar bien este tema, sobre todo cuando hablamos del funcionamiento
del cerebro, es necesario no sólo unos amplios conocimientos teóricos
sobre la materia, sino que además se necesita la práctica experimental
(por ejemplo en laboratorios o en quirófanos con pacientes reales) para
poder confirmar o refutar cualquier teoría sobre las funciones y el
papel que desempeña el cerebro a la hora de crear esas experiencias
místicas. Como opinaba sabiamente este doctor: “existe una evidencia
anecdótica de la realidad de las experiencias extracorporales pero una
falta de datos que confirmen esta teoría”. Por otra parte, uno de
los neurocirujanos que operaron a Pam Reynolds, Robert Spetzler afirmó,
tras ser informado de la ECM de su paciente, que no iba a ser tan
arrogante para negar que la separación de la consciencia del cerebro sea
posible. Para acabar este comentario sobre la ECM de esta mujer, debo
decir que su experiencia, al igual que muchas otras ECM, han sido
publicadas en la prestigiosa revista científica de medicina y biología Resuscitation. (Un dato que no deja de sorprender a nadie es el hecho de que esta prestigiosa revista científica, Resuscitation,
se ha hecho eco de un estudio científico llevado a cabo por los
científicos Peter Fenwick y Sam Parnia en el que se concluye que el alma
humana existe realmente y que puede sobrevivir al trauma de la muerte
física personal).
No
quiero omitir un caso tremendamente apabullante de ECM experimentado
por neurólogo ruso, emigrado a EE.UU., llamado George Rodonaia. Este
individuo fue declarado muerto por los médicos y forenses del hospital
en el que fue ingresado tras ser atropellado por un coche debido a un
atentado de la KGB. Se le declaró muerto biológicamente, no
clínicamente, y fue enviado a la morgue (depósito de cadáveres) en donde
estuvo introducido en un refrigerador durante tres largos días con su
cuerpo total y absolutamente inerte. Al cabo de los tres días, un
forense fue hacer una serie de operaciones en su cuerpo, concretamente
le hizo una incisión a la altura del abdomen, y cual es la sorpresa que
de repente los ojos del cadáver de George Rodonaia empiezan a
convulsionarse y a sentir ciertos estímulos. Es entonces cuando el
forense, a la vista de que el cuerpo de Dr. Rodonaia seguía
milagrosamente vivo, fue enviado a la UCI del hospital en donde estuvo
ingresado durante un largo periodo de tiempo sin consciencia. Después de
salir del coma, este individuo, el Dr. George Rodonaia, se recupera
paulatinamente hasta recobrar de nuevo la salud, sin sufrir, a pesar de
estar tanto tiempo literalmente muerta y sin recibir oxígeno el cerebro,
ningún tipo de daño cerebral. Sin embargo, lo más sorprendente de todo
esto está por decir. Según el Dr. George Rodonaia, lo primero que
recuerda de su incidente con la muerte después de ser arrollado por el
vehículo fue el haber estado con plena conciencia y sentido en una
oscuridad absoluta y que no sentía ningún miedo ni temor, sino serenidad
y paz. Entonces pensó en la cita de Descartes “Pienso, luego existo” y
se dio cuenta de que la muerte no suponía el fin de la actividad
consciente, ya que el seguía razonando, pensando, observando y
sintiendo, a pesar de no tener un cuerpo físico. Entonces el pensó que
para salir de esa oscuridad debería ser positivo y desear ver la luz.
Entonces de esa apabullante oscuridad emergió de repente una luz mística
que inundó todo su campo de visión, una luz que transmitía mucho amor,
confort, paz y compasión. Después presenciaría ante sus “ojos” una
visión panorámica de toda su vida, observando con todo lujo de detalles
cada acontecimiento de su vida, incluso los momentos más
insignificantes. También observó no solo sus actos, palabras o
pensamientos, sino que contempló y sintió lo que había deparado tales
palabras, pensamientos o actos a terceras personas. Aunque según él no
tenía ningún tipo de remordimiento ya que había llevado una vida justa,
bondadosa y noble. El relata también que durante todo el momento en que
su cuerpo estuvo muerto en el depósito de cadáveres, su alma,
consciencia o cuerpo etérico y sutil se encontraban vagando por
diferentes estancias del hospital, e incluso viajó al domicilio de su
esposa e hijo, su familia. Aunque él podía observar el tremendo dolor
que sentía su familia por su irreparable pérdida, no podía comunicarse
con ellos y todo intento de lograrlo quedó en vano. Visto el panorama,
su alma también viajó a un hogar de su vecindario, muy cerca del
domicilio de su familia, y allí observa un matrimonio totalmente
angustiado debido a unos problemas de salud que padecía su bebé. Este
matrimonio había ido a varios médicos para que le detectaran su problema
de salud, pero no pudieron los médicos hacer un diagnóstico certero, lo
que aumentó día tras día la desesperación y malestar del matrimonio. El
alma de George Rodonaia, a sabiendas de que cualquier intento de
comunicación con dicho matrimonio no iba a dar ningún fruto, se comunicó
telepáticamente con el bebé y encontró la raíz del problema de salud
que padecía el bebé. El milagro obró en este individuo, George Rodonaia
cuando volvió a la vida tras estar muerto literalmente durante tres
largos e interminables días. Posteriormente, una vez que ya había
recobrado su salud, le contó a sus familiares lo que había experimentado
durante su muerte. Su familia se mostró inicialmente escéptica mientras
narraba “Yuri” (es el nombre ruso de George Rodonaia) su experiencia,
momento en que su actitud se torno más confiada y creyente a medida que
iba profundizando en su narración y sobre todo, cuando les comentó
“Yuri” sus experiencias extracorpóreas. El argumento que les convenció
fue cuando habló de su visita a un hogar del vecindario en donde observó
la desesperación de un matrimonio debido a unos problemas de salud que
padecía su bebé.. La familia de “Yuri” conocía a ese matrimonio y fueron
hablar con ellos para comentarles lo que había vista su esposo durante
su muerte. “Yuri” estaba presente y les dijo que el problema de su hijo
era debido a una fractura del brazo y que él lo supo cuando su alma
estuvo fuera de su cuerpo. El matrimonio, un tanto receloso, acudió al
hospital para que le hicieran unas radiografías al bebé, y cual es la
sorpresa que el personal sanitario detecta una fractura en uno de los
brazo del bebé. Los padres quedan totalmente aliviados al ver que han
podido encontrar el problema de salud que padecía su hijo, después de
tanto tiempo sin tener un diagnóstico certero.
La
experiencia del Dr. George Rodonaia es el caso más dramático, largo,
apabullante y convincente que existe en la historia documentada de las
ECM recientes. El testimonio acerca de sus experiencias extracorpóreas
fue comprobado, verificado y confirmado por las partes implicadas, lo
que demuestra, dada la tremenda complejidad del caso, de manera
concluyente y definitiva la existencia de vida después de la muerte. Es
sin lugar a duda unos de los mayores paradigmas a favor de la
inmortalidad del alma en el tema de las ECM.
Después
de ese desgarrador e impresionante caso de ECM, quisiera decir que
aquellas personas curiosas que quieran conocer el alcance real de las
ECM deben visitar sin titubeos la página web de Internet de la Near Death Experience Research Foundation
(Fundación para la Investigación de las Experiencias Cercanas a la
Muerte) de Washington en la que encontrarán casos reales de ECM
verídicas objetivamente y de ECM de grupo, al igual que varios
experimentos realizados por prestigiosos científicos sobre numerosos
pacientes para dilucidar la verdadera naturaleza (biológica-natural o
divina) de estas experiencias. La página web es la siguiente: www.nderf.org
Debo
proseguir diciendo que habrá personas que duden de la veracidad de este
tipo de experiencias (las ECM), especialmente de las experiencias
extracorpóreas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la realidad de
la proyección astral o extracorporal quedó totalmente demostrada
científicamente a través de una serie de experimentos llevados a cabo
por prestigiosos y eminentes científicos con dotados psíquicos, siendo
sometidos en dichos experimentos a estrictas condiciones de laboratorio,
para evitar errores, sesgos y el azar. Algunas de las instituciones que
llevaron a cabo este tipo de experimentos (principalmente con el fin de
utilizar la “visión remota”) son el Stanford Research Institute,
el Instituto Monroe de Ciencias Aplicadas, la CIA (esta compañía
utilizó la visón remota con fines de espionaje psíquico y control mental
a través de personas dotadas), la NASA (también realizó experimentos
con el fin de conocer la orografía de otros planetas por medio de la
visión remota), British Society for Psychical Research, etc. (al
igual que en la fenomenología OVNI, gran parte de los expedientes sobre
este tipo de investigaciones no han sido todavía oficialmente
desclasificados). Por otra parte, debo añadir que han aparecido
revolucionarias teorías relacionadas con la naturaleza y funcionamiento
de la conciencia humana, como la teoría de que el cerebro es un
holograma que interpreta un universo holográfico del neurofisiólogo Karl
Pribam, o la revolucionaria teoría cuántica de la consciencia
(neurología cuántica) del anestesista Stuart Hameroff y Sir Roger
Penrose en el que se estudian los procesos cuánticos que tienen lugar en
los microtúbulos neuronales. Estas teorías que acabo de exponer tienen
tremendas implicaciones en el campo de las neurociencias, ya que
explicaría ciertos fenómenos, como por ejemplo las experiencias
extracorpóreas que tienen lugar durante las ECM, planteando la
posibilidad de que la consciencia no necesite el soporte físico-cerebral
para poder sobrevivir a la muerte corporal. Teorías que se están
ganando con el paso del tiempo el respaldo cada vez mayor por parte
ciertos colectivos del estamento científico y académico.
Continuando.
He leído una página web de Internet que para aceptar un fenómeno
extraordinario, en esta caso las ECM como pruebas sobre la
supervivencia, se necesitan explicaciones también extraordinarias. Estas
son las explicaciones extraordinarias sobre la supervivencia, fruto de
casi 10 años de investigación periodística por mi parte sobre estos
temas relacionados con las “ciencias ocultas” o parapsicología:
1ª
Que la mente no sea un subproducto del cerebro (teoría productiva),
sino que más bien, tal como consideran filosóficamente algunos autores
como F.C.S. Schiller, William James y Henri Bergson, sea un mero
receptor por el cual se transmite la mente (teoría transmisiva),
pudiendo ésta última separarse y sobrevivir sin el propio cerebro
(recordemos que no sólo los tres parámetros de supervivencia citados
anteriormente avalan esta idea, sino que además las percepciones
extrasensoriales -PES- se inclinan hacia esta teoría).
2ª
Que las ECM sean una consecuencia de una ley física desconocida de tipo
holográfico defendida por muchos científicos, entre ellos psicólogo y
neurofisiólogo Kenneth Ring de la Universidad de Connecticut (EE.UU.),
el físico teórico David Bohm y el neurofisiólogo Karl Pribram de la
Universidad de Stanford (California, EE.UU.).
3º
Que exista una realidad dual basada en la ecuación cartesiana-platónica
según la cual el ser humano está divido en dos partes: una parte
física, tangible y material perecedera (cuerpo); y un parte inmaterial,
intangible y etérea divina e imperecedera (energía, alma o espíritu).
Según la concepción platónica, heredada de la tradición intelectual
órfica y pitagórica (y a su vez inspiradas de la noción hindú del karma y
la reencarnación), el cuerpo aprisiona la esencia divina de los humanos
como una especie de tumba del alma y que en el momento del óbito el
alma humana se desprende de su cuerpo físico y sigue existiendo en otro
plano de existencia.
4º
Científicamente hablando, las ECM serían una consecuencia directa de la
1ª Ley de la Termodinámica (ámbito de la física), según la cual la
energía [espiritual] no se crea ni se destruye, sólo se transforma, se
recicla, evoluciona...
Esas
son las 4 explicaciones extraordinarias que avalan la hipótesis de la
supervivencia y que cualquier escéptico e investigador sensato no puede
ignorar.
Antes
de terminar quisiera exponer algunas de las razones por las cuales las
personas ateas, agnósticas o escépticas rechazan, aun pudiendo tener
todas las pruebas necesarias que avalasen la demostración científica de
la supervivencia, la idea de la inmortalidad del alma. Seis razones de
ese rechazo se deben a los siguientes motivos:
1º
Miedo a que después de la muerte el ser humano deba afrontar las
"profundidades más abismales", que más allá de la muerte nos aguarden
los aspectos más sombríos del inconsciente (por ejemplo visiones de
deidades, espíritus, seres o lugares sombríos, maléficos y aterradores).
2º
Miedo al terror psicológico y las fuerzas ocultas: la simple
posibilidad de vida después de la muerte despierta en las personas
racionalistas un miedo pavoroso ante lo extraño, ante lo desconocido.
Ese hecho es motivo más que suficiente para que las personas detractoras
de la vida post mórtem se aferren al paradigma materialista de la
ciencia racionalista como escudo racional que les proteja de esos
temores.
3º
Miedo a un Juicio Divino, a la culpa y al castigo kármico: este hecho
supone un miedo visceral a Dios, al infierno o a un Juicio Final, en el
que las consecuencias de nuestros actos y pensamientos en la vida
terrenal serán sopesados y juzgados. Este modelo de negación a la vida
después de la muerte implica que el individuo deba realizar un cambio
drástico en sus normas de conducta, en su escala de valores y sentirse
obligado y comprometido a actuar acorde a leyes naturales, éticas y
morales.
4º
Miedo a la iluminación: Según los informes que documentan las ECM, en
algún momento de ese tipo de experiencia se produce un encuentro con la
Luz Divina y con seres espirituales. Esto provoca en determinadas
personas cierto miedo e inquietud. Para estas personas pocos
evolucionadas espiritualmente prefieren o tienen motivos más que
suficientes para rechazar la idea de la vida post mórtem y -de la misma
manera que un sueño sin sueños es preferible y deseoso que vivir una
pesadilla- la aniquilación personal es preferible al reencuentro con la
Luz.
5º
Miedo a la incapacidad y la falta de adaptación en un entorno
desconocido: La simple idea de tener que vivir en un lugar enigmático y
desconocido en el que nuestro estatus, facultades mentales y nuestras
posesiones materiales son absurdas e inútiles y en el que además se
necesiten unas habilidades internas completamente diferentes a las que
estamos acostumbrados en nuestra fugaz vida terrenal, puede llegar a ser
muy desagradable y despreciable. Por eso, cuanto mayor sea nuestra
dependencia de la mente racional menor será nuestra tendencia a
reconocer y aceptar la posible existencia de una vida después del óbito.
6º
Por el pesimismo y el miedo a una vida después de la muerte: Esto
implica que haya personas que consideren que la creencia en Dios es
independiente de la existencia de la vida post mórtem, es decir, que
podría existir una vida póstuma sin la omnipresencia de Dios. Esto
llevaría a pensar en ciertas personas que después de nuestra fatal
muerte podríamos encontrarnos en un mundo sin Dios en el que el mal es
tan fuerte y poderoso como aquí en la Tierra. Para estas personas es
preferible la extinción personal que el dolor moral o sensorial en otro
tipo de vida.
Esas
son algunas de las razones que causan injustificadamente un rechazo a
la hora de aceptar una eventual vida después de la muerte. Pero antes de
dar mis razones personales sobre las causas de tal negación, quisiera
expresar al lector que lea este capítulo que todas esas causas de
negación no son más que meros tópicos mitológicos sobre la muerte. Según
los informes de ECM presentados por el doctor Raymond Moody y la
doctora en psiquiatría por la Universidad de Chicago (EE.UU.) Elisabeth
Kübler-Ross, informes que yo leí a través de sus respectivos libros,
aproximadamente se estiman que un 93 % de las ECM son positivas y las
restantes son negativas. La inmensa mayoría de esas ECM no se ajustan a
tópicos mitológicos sobre la muerte (ángeles con alas tocando al arpa,
demonios con cuernos en el infierno, un Juicio Divino en el que uno es
castigado, etc.), tópicos sobre el más allá que nos hacen sentir cierta
inquietud y miedo. Más bien, en casi todos los casos documentados de ECM
el individuo siente un confort, una paz, un amor y alegría
inimaginables en su nueva condición corpórea (etérea) y una total
adaptación e integración en nuevo plano de existencia en el que habita,
sin los miedos ancestrales que remordía sobre sus conciencias en la vida
terrenal al pensar en la muerte. Sus experiencias místicas vividas
durante su muerte clínica temporal, repito, fue para ellos totalmente
ajenas a todo tipo de mitologías y creencias tanto agradables y
esperanzadoras, como tétricas y sombrías sobre ese fenómeno. Están
cargadas de amor, aceptación, paz y felicidad. En casi todas esas
experiencias místicas los individuos que las han vivido narran haber
trascendido las barreras del espacio y el tiempo, haber sentido una
completa conexión, unidad e interrelación con todas las almas del
universo, tanto físico como espiritual, un conocimiento interno de la
verdadera naturaleza de las cosas, una compresión consciente del
tremendo amor intrínseco y extrínseco en su fusión con la integridad del
cosmos y una toma consciente que la vida tiene sentido, siendo sabedor
de que hay un plan perfecto universal de orden divino para todos los
humanos. En todas esas experiencias se pone de relieve la importancia
del perdón y el amor incondicional hacia a Dios, hacia nuestros prójimos
y hacia nosotros mismos. Según los testimonios de esas personas que
sobrevivieron a una ECM: “más allá de la tumba no llevaremos nuestras
joyas, nuestras riquezas materiales y todo nuestro dinero, más allá de
la tumba solamente llevaremos nuestro amor y nuestra sabiduría y
educación espiritual”.
Pero
sin perder el hilo de este capítulo, reanudaré mi comentario sobre las
razones por las que muchas personas niegan la existencia de la vida
después de la muerte.
Otras
razones por las que, a mi modo de ver, mucha gente tiene una actitud de
negación de la existencia del “más allá” son estas:
1º
Por el subjetivismo, la arrogancia y la ignorancia a la hora de abordar
y aceptar la realidad de los fenómenos paranormales relacionados con la
vida póstuma. Eses tres factores, principalmente la ignorancia, provoca
que el mero hecho de que sólo la mención de la palabra muerte ya ponga
de por sí nerviosas a esas personas. Esto se explica con el simple hecho
de que la sociedad moderna actual está centrada en unos modelos de
éxito y belleza asociados con estereotipos de juventud. Esto implica
directamente que vivamos de espalda ante la muerte, ignorando su
verdadera naturaleza y tratando por encima de todo de vivir como si esa
realidad tan cotidiana no existiera, cuando en realidad no es así, sino
basta observar la cantidad de muertes que ocurren cada segundo que pasa
en nuestro mundo y que son publicadas en diferentes medios de
información (televisión, periódicos, revistas, Internet, etc.). Por
tanto, la gran causa de nuestro miedo a la muerte, sobre todo de las
personas ateas y agnósticas, se debe a que lo ignoramos todo acerca de
ella. Un miedo tan profundamente anclado en nuestro subconsciente que
nos lleva a vivir como si no existiera. Ese miedo aterrador sobre la
muerte es principalmente debido a la creencia errónea y plana de que
tras la muerte del cuerpo físico ya no hay nada más, acaba todo, no nos
espera nada, oscuro, vacío y punto final.
2º
Por los prejuicios y las rígidas convicciones ideológicas arraigadas en
el propio subconsciente de las personas ateas y escépticas, potenciado
por factores de tipo genético, educativo, personal, familiar, social y
ambiental.
3º
Por la notable influencia en la sociedad mundial, sobre todo
occidental, de la visión materialista y mecanicista de la vida, la
muerte y el universo de la ciencia más ortodoxa y racionalista basada en
reducir cualquier fenómeno como consecuencia de leyes naturales
(biológicas, físicas, morales...), rechazando ilegítima, dogmática y
parcialmente cualquier fenómeno paranormal que pudiese plantear una
explicación meramente metafísica, teológica o sobrenatural. Dicho con
otras palabras, esa negación está íntimamente vinculada con el exceso de
racionalismo de la cultura científica en la cual los dioses de la
religión han sido reemplazados por los dioses de la ciencia, del
laboratorio, de las ecuaciones matemáticas, de las leyes de la física y
mecánica cuántica o la tabla periódica. Esto quiere decir que “todo lo
que no puede ser probado en un laboratorio científico de modo objetivo,
empírico y racional simplemente carece de existencia”.
4º
Por la gran abundancia de personajes que se autoproclaman dotadas
psíquicamente (médiums, mentalistas, gurús, curanderos, videntes,
paragnostas...), los cuales actúan de manera premeditada, perniciosa y
fraudulenta para engañar, estafar y jugar con los sentimientos de
personas inocentes, y poniendo en entredicho el prestigio, la
credibilidad y autenticidad de todos aquellos fenómenos paranormales
genuinos relacionados con la vida póstuma, además de provocar un
importante recelo por parte de la sociedad a la hora de aceptar tales
fenómenos.
5º
Por la gran infinidad de lacras sociales que asolan a nuestro planeta
(guerras, terrorismo, corrupción, pobreza, malos tratos y asesinatos
domésticos, explotación laboral y sexual, etc.), lo cual es motivo para
los ateos y escépticos para dudar y rechazar ilegítimamente la
existencia de Dios y muchos menos en aceptar la creencia en una
hipotética vida compensatoria en el "más allá".
7º
Por la enorme cantidad de publicaciones de tipo pseudocientífico
realizadas en los distintos medios de comunicación, rechazando y
poniendo en tela de juicio la fama, prestigio y credibilidad de todos
aquellos fenómenos paranormales genuinos relacionados con la vida
póstuma, tergiversando los hechos y desorientando a la opinión pública
mundial sobre la autenticidad o no de tales fenómenos.
8º
Porque las creencias religiosas sobre la vida eterna o el “más allá”
están cargadas de tintes claramente “folclóricos”, peyorativamente
hablando, por lo que es motivo para las personas ateas y agnósticas para
desconfiar y rechazar de un plumazo tales creencias, tachándolas de
meras supersticiones baratas, irracionales, engañosas y ridículas. Dicho
con otras palabras, la negación de la vida post mórtem es debido
paradójicamente a factores de tipo religioso, empeñados en vendernos
unas imágenes de resurrección de los cuerpos o las almas en un cielo
concebido como paraíso eterno, o en su opuesto, en un infierno también
eterno, lo cual nos resultan al común de los mortales un tanto
“folclóricos”, trasnochados y poco creíbles por parte de la sociedad
moderna actual, más culta, informada y racional.
9º
Por la elevada tendencia de personas que teniendo una educación
religiosa impartida por parte de sus familiares y del entorno social y
ambiental que les rodeaba durante sus infancias, al alcanzar la
adolescencia y la edad adulta se apartan de tales creencias religiosas
que las ven muy inmaduras, fantasiosas y ridículas. Esto provoca, por
consiguiente, una independencia del individuo en términos ideológicos.
Otro factor del que no quiero hacer caso omiso es debido a que cualquier
religión obliga a sus adeptos a comportarse de acuerdos a unas normas
establecidas, lo cual es motivo de pereza y rechazo a la hora de
cumplirlas. Otra razón es porque la religión es considerada el “opio del
pueblo” o cuando la propia religión es criminalizada al considerarla
erróneamente como instrumento sanguinario para causar muerte, dolor y
consternación a la población, como antiguamente hacía la “santa
inquisición” con su particular caza de brujas o como sucede actualmente
con la mal llamada “guerra santa” islámica. Otra razón es debido a que
muchas religiones, como islamismo y el hinduismo, no se adaptaron el
contexto histórico actual (véase países en donde existe una falta de
libertades y derechos de los ciudadanos debido a la religión, o mejor
dicho, a los hombres a la hora de interpretar la religión). Ocurre
también con el cristianismo en el que el Vaticano, con su dogmatismo y
su política conservadora, no se adapta a las necesidades o contexto
histórico y social actual (véase la prohibición por parte de la alta
jerarquía eclesiástica cristiana de utilizar el preservativo en las
relaciones sexuales, de los matrimonios entre homosexuales, del aborto y
la eutanasia, de la clonación de embriones humanos para fines
terapéuticos y otras prohibiciones). Esto implica directamente una
rebelión de una parte de la sociedad contra las normas impuestas por
esos estamentos, en este caso por parte de la Iglesia, y una
desvinculación total y definitiva con ese tipo de credo religioso, o lo
que es lo mismo, la pérdida de la fe en Dios y en cualquier religión.
Todos esos factores, tanto de tipo personal, educativo, familiar, social
y ambiental influirán a la hora de tener o forjar una determinada
ideología en el individuo.
10º
Por la falta de implantación y apoyo a nivel académico o educativo,
tanto en colegios, escuelas, academias y universidades, a la hora de
impartir clases, conferencias o seminarios sobre aquellos temas
relacionados con las “ciencias ocultas”, las cuales dan parte de la
existencia real de determinados fenómenos paranormales vinculados con la
vida póstuma. Esta falta de apoyo académico provoca un importante
desconocimiento a nivel global de la sociedad y una seria reticencia a
la hora de aceptar la realidad de los fenómenos sobrenaturales o
paranormales.
Esas son algunas de las razones por las cuales muchas personas se resisten en aceptar la creencia en la inmortalidad del alma.
Antes
de terminar este capítulo quisiera aportar una profunda reflexión
realizada por psiquiatra Stanislav Grof, unos de los pioneros en el
campo de la Psicología Transpersonal, junto con Charles Tart y Abraham
Maslow. El Dr. Stanislav pasó años de su vida consagrándose en el
estudio de los “estados alterados de consciencia”, bajo el patrocinio
gubernativo, a través del uso de la LSD, una sustancia química con
poderosos efectos psicodélicos que pueden provocar estados de expansión
de la conciencia y experiencias místicas. Pasó muchos años investigando
con pacientes los efectos de la LSD para determinar si en realidad esas
experiencias estaban originadas en el cerebro, o si, por el contrario,
estaban originadas fuera del mismo. Llegó a la conclusión, luego de
evaluar y analizar metódicamente el origen y naturaleza de esas
experiencias místicas, que no estaban originadas o producidas por el
cerebro, sino que, más bien, el propio cerebro funciona como una especie
de válvula reductora que nos protege de una excesiva información
cósmica (en la misma línea de pensamiento se encuentra el citado Melvin
Morse sobre el origen y naturaleza de esas experiencias). En su libro
“La mente holotrópica” este psiquiatra checo, afirma lo siguiente: “Estoy
plenamente convencido de que la consciencia es algo más que un mero
subproducto accidental de los procesos neurofisiológicos y bioquímicos
que tienen lugar en el cerebro humano. En mi opinión, la consciencia y
el psiquismo humano son expresiones y reflejos de una inteligencia
cósmica que impregna la totalidad del universo y la existencia entera.
No sólo somos animales altamente evolucionados que disponemos de
computadores biológicos alojados en el interior del cráneo sino que
también somos campos de conciencia ilimitados que trascendemos el
tiempo, el espacio, la materia y la causalidad lineal”.
También
voy aporta una profunda reflexión personal del cardiólogo Michael
Sabom, un investigador de las ECM. Este científico era escéptico a
primera vista a la hora de reconocer la realidad de las ECM, sin embargo
cuando empezó su estudio sistematizado sobre personas que había tenido
una ECM, cambió drásticamente su forma de ver ese fenómeno,
convirtiéndose con el paso del tiempo en uno de los principales
defensores de la autenticidad de las ECM y en la mayor autoridad mundial
en la materia, junto con Raymond Moody, Elisabeth Kübler-Ross, Kenneth
Ring, Melvin Morse y Bruce Greyson. Este científico, Michael Sabom,
argumentó lo siguiente: “Si el cerebro humano está
realmente compuesto por dos elementos fundamentales -la ‘mente’ y el
‘cerebro’-, ¿podría la crisis que se experimenta cerca de la muerte
desencadenar de alguna manera, en muchos individuos, un distanciamiento
transitorio entre la mente y el cerebro? (...) Mis propias creencias
acerca de esta cuestión se inclinan en ese sentido. Se trata de que,
simplemente, la hipótesis de la experiencia fuera del cuerpo es lo que
mejor se ajusta a los datos disponibles”.
Para
terminar cabe decir que las pruebas presentadas a favor de la
supervivencia pesan mucho más de las que están en contra. Que la
“neuroteología” tiene sus limitaciones a la hora de explicar las
experiencias místicas. Una de ellas es que si bien se conocen qué
circuitos cerebrales se deben activar y cuáles desactivar para generar
esas experiencias místicas (bases de la neuroteología), no se ha
resuelto todavía al eterno dilema de si cerebro crea imaginariamente a
Dios, fruto de un largo proceso de evolución y como mecanismo de
“supervivencia” de la especie o si, por el contrario, Dios existe
realmente, dejando sus “huellas” en nuestros cerebros, para que podamos
interrelacionarnos con ÉL a modo de vínculo biológico con el universo
espiritual (implicaciones de la neuroteología). Otro grave error es
explicar el origen y la naturaleza de las experiencias religiosas y
espirituales en términos de reduccionismo materialista, en el sentido de
reducir dichas experiencias a meros reflejos subjetivos creados por la
combinación de ciertos circuitos cerebrales. Sin embargo, yo considero
que Dios no sólo está en nuestros cerebros como opinan los
neurocientíficos (realidad subjetiva), sino que también está ahí fuera,
en el exterior de nuestros cerebros en cada evento singular y acto
perceptual de nuestras vidas y en ciertos hechos inexplicables
científicamente hablando (realidad objetiva). Algo que avale esta línea
de pensamiento lo encontramos con el hecho de que la neuroteología no
puede explicar las distintas disciplinas o fenómenos encuadrados en la
rama de la parapsicología, como los fenómenos poltergeist, PES, EEC, las
presuntas reencarnaciones, los fenómenos mediúmnicos, la revisión
panorámica de la vida, los fenómenos de teleplastia, el fenómeno de
Transcomunicación Instrumental, raps, channeling, apariciones
espectrales, termogénesis, clariesencia, clariaundiencia, etc., por no
hablar de los milagros documentados por la Iglesia Católica (xenoglosia,
incorruptibilidad corporal, bilocación, levitación, estigmatización,
desmaterialización, apariciones marianas, posesiones maléficas, inedia,
etc.). Todas esas disciplinas ponen de relieve de que el mundo no es
plano, de que hay una realidad extra-física inaccesible para nosotros,
ya que estamos condicionados por las barreras espacio-temporales y
nuestros medios sensoriales ordinarios y que existe definitivamente una
continuidad de la vida después de la muerte. Por eso, la ciencia debería
abordar el tema de las ECM como una disciplina de primer orden, en vez
de preocuparse en otras disciplinas o campos menos importantes como son
la carrera espacial, la genética o biología (clonación de embriones
humanos para fines terapéuticas, fecundación in vitro, el proyecto
Genoma Humano...), la medicina (en este caso para prevenir y curar de
enfermedades), la biotecnología, las telecomunicaciones, el desarrollo
de armamento nuclear y atómico, etc., pero sobre todo, y lo que es más
preocupante, en el caso de prolongar técnica y artificialmente la vida
de personas que están agonizando hasta su fatal muerte. El principal
problema que tenemos hoy en día en la sociedad, sobre todo occidental,
es la particular y desafiante negación que existe sobre el tema tabú de
la muerte. Una negación que llega hasta límites insospechados, como
ocurre con la hibernación o criogenización humana o el trato que reciben
los pacientes con una enfermedad terminal, los cuales son aislados,
tratados fría, inhumana y burocráticamente, suministrándoles todo tipo
de drogas o psicofármacos para aliviar el dolor que produce su tránsito
final, en vez de ser tratados con amor, compasión y respeto, tratando
por encima de todo de dar esperanza y humanizar más su muerte. De todos
modos no quiero hacer demagogia sobre los avances insospechados en
ciertos campos de la ciencia, todos ellos muy admirables y respetables,
pero hay una pregunta inquietante que ronda por mi mente: si se le ha
etiquetado a la ciencia como una disciplina objetiva, imparcial,
antidogmática y progresista, ¿por qué obstaculiza y rechaza los
cruciales y sorprendentes hallazgos en ciertas áreas del saber como la
tanatología y la parapsicología?. ¿A qué viene esa actitud negativa por
parte de la ciencia de actuar de manera premeditada y perniciosa?.
Deberían darse cuenta que estamos ante un hito histórico que nunca
tendrá precedentes en toda la historia de la humanidad: la demostración
científica de la inmortalidad del alma. Todo será cuestión de tiempo y
cuestión también de que todos los científicos se pongan de acuerdo,
aportando su granito de arena, de modo que se dejen de lado las
controversias científicas, filosóficas y teológicas, al mismo tiempo que
se desapeguen de sus firmes dogmas, convicciones y ideologías
personales, con el fin último de lograr el progreso de la humanidad.
Viene a mi mente una famosa frase del archifamoso físico, astrónomo y
matemático inglés Sir Isaac Newton, un hombre creyente situado en el
primer puesto en el ranking de los científicos más importantes e
influyentes de la historia, el cual dijo: “en el gran océano de la sabiduría, lo que conocemos es una gota y lo que ignoramos un océano”.
Han pasado ya varios siglos desde que pronunció esa frase y los
descubrimientos científicos y técnicos han sido muy significativos y
resaltables desde entonces. Aún así sigue habiendo hoy en día una
actitud negativa y reticente por parte de la ortodoxia científica, que
no de la heterodoxia científica, a la hora de aceptar los grandes
descubrimientos en ciertos campos como la tanatología y la
parapsicología en las últimas décadas, descubrimientos que tienen que
ver con la supervivencia del consciente a la muerte física y la
existencia de ciertos fenómenos psíquicos, tal y como fueron confirmados
por científicos de la talla de Sir William Crookes, Charles Richet,
Alexis Carrel, Brian Josephson, Ilya Prigogine, etc., todos ellos
ganadores del premio Nobel en sus respectivas especialidades. Como
expresó sabiamente Gary Doore, especialista en filosofía y religiones
comparadas, haciéndose eco de los grandes avances de la ciencia en
ciertos campos: “El progreso de la parapsicología,
la implantación de nuevas disciplinas científicas como la neuroteología
y la tanatología, las investigaciones sobre la conciencia, de los
fenómenos psíquicos y las experiencias cercanas a la muerte y la
aparición de ‘nuevos paradigmas’ en los dominios de la física y de la
biología han evidenciado los errores de la visión materialista y
mecanicista y han insuflado un nuevo vigor a la hipótesis de que la
conciencia humana no termina con la muerte”.
Un
hecho que refleja esos importantes descubrimientos en torno a la
investigación sobre la supervivencia lo tenemos en la gran cantidad de
producciones cinematográficas de la factoría Hollywood que abordan esa cuestión, como por ejemplo, Contact, Ghost, Lo que la verdad esconde, Gothica, El exorcista, Poltergeist, Dragon Fly, White Noise -La Luz-, El resplandor, El sexto sentido, Más allá de la vida y así sucesivamente, llegando haber una lista interminable de películas.
Por
todo ello, veo necesario que la ciencia se implique activamente en
ciertas disciplinas como la tanatología, sobre todo en el estudio de las
ECM, abordándola como una cuestión de primer orden por las tremendas
repercusiones científicas, filosóficas, teológicas, sociológicas y
éticas que conllevaría la “demostración científica” definitiva de la
existencia de vida después de la muerte.
FUENTES CONSULTADAS
Cita del Dr. Melvin Morse y de William Shakespeare
Fuente: DVD Vida después de la vida -La reencarnación- (La expedición científica del teólogo, escritor y periodista Tom Harpur) Año Cero Canadá 1996
Cita de Ken Wilber, de Fowler Jones, Leo Talamonti, Kenneth Ring Carl Gustav Jung, de Stanislav Grof, de Michael Sabom y Gary Doore
Fuente:http://www.extrasensorial.com/articulos_colaboraciones/experiencias_extracorporeas.htm (Moisés Garrido Vázquez - ¿Explica la ciencia las experiencias extracorpóreas?)
Cita de Carl Gustav Jung, de Holger Kalweit y causas de negación de la vida después de la muerte
Fuente: AA.VV.: ¿Vida después de la muerte?, Editorial Kairós Barcelona 1992. (Título original: What Survives?
Gary Doore 1990) Los autores de esta obra son entre otros: Ken Wilber,
Rupert Sheldrake, Stanley Krippner, David Lorimer, Stephen Levine, Georg
Feuerstein, Colin Wilson, Stanislav Grof, Kenneth Ring, Gary Doore y
Charles Tart.
Nota: El libro What Survives? de Gary Doore está catalogado como el mejor libro del mundo en su género –sobre la muerte- por la crítica internacional
Fotografía de inicio a la derecha Fuente:http://www.monografias.com/trabajos75/experiencias-disociativas-significados/experiencias-disociativas-significados.shtml
Fotografía de inicio a la izquierda (Película Ghost)
ENLACES EXTERNOS
Documental “Estuve muerto” del programa Documentos TV de La 2 de TVE (Título original: The Day I died – Programa de la BBC)
Enlace:
Documental
“Vida después de la vida” – La Reencarnación – La expedición científica
del periodista, escritor y teólogo canadiense Tom Harpur
Documental “Vida antes y después de la vida” del psiquiatra e investigador Fernando Jiménez del Oso
Enlace:
Se demuestra la existencia del espíritu
POETRY
POESÍAS
No hay caminos para la paz,
la paz es el camino
Las ideas son como las pulgas:
saltan de unas a otras pero no pican a todos
saltan de unas a otras pero no pican a todos
La virginidad no es un don,
es una falta de ocasión
El amor es triste
pero a pesar de todo
es lo mejor que existe
pero a pesar de todo
es lo mejor que existe
Antes te quería,
ahora mucho más
y siempre hasta mi muerte
en mi corazón estarás
ahora mucho más
y siempre hasta mi muerte
en mi corazón estarás
Que doloroso es mirar la luz
y no poder percibirla
pero más doloroso es amarlo
y no poder decirlo
Pide que lloren las estrellas
Pide que la luna besa al mar
Pero no pidas que te olvide
porque no lo conseguiré jamás
Pide que la luna besa al mar
Pero no pidas que te olvide
porque no lo conseguiré jamás
Ayer estuve en la horca
con la sentencia leída
si dejaba de quererte
me perdonaban la vida
y yo le dije al verdugo
con palabras bien sinceras
tire de la horca amigo
que dejar de quererla
es imposible
con la sentencia leída
si dejaba de quererte
me perdonaban la vida
y yo le dije al verdugo
con palabras bien sinceras
tire de la horca amigo
que dejar de quererla
es imposible
La soledad es estar
rodeada de personas
y pensar solo en la
que te falta
rodeada de personas
y pensar solo en la
que te falta
Quisiera pasar de ti,
pasar sin querer mirarte
pero mis ojos te miran
con deseo de besarte
pasar sin querer mirarte
pero mis ojos te miran
con deseo de besarte
Es tu propia conciencia
la que te va a recordar
que es tu corazón y nadie más
el que te va juzgar
la que te va a recordar
que es tu corazón y nadie más
el que te va juzgar
Si haces lo que piensas
y te va mal,
¿por qué no piensas los que haces
y ya está?
Hay tres clases de personas:
las bonitas por fuera,
las bonitas por dentro,
y las reversibles, como tú.
las bonitas por fuera,
las bonitas por dentro,
y las reversibles, como tú.
Los que con el corazón
se quieren
sólo con el corazón
se hablan
se quieren
sólo con el corazón
se hablan
Amo todo lo que tengo,
pero no tengo todo lo que amo
pero no tengo todo lo que amo
El mundo es un pañuelo
y tú mi moco preferido
y tú mi moco preferido
Si eres una personas de valores
y luchas por lo ideal
recapacita y perdona
y entonces sabrás amar
y luchas por lo ideal
recapacita y perdona
y entonces sabrás amar
De tu corazón al mío
hay un hilo de seda
que por muy lejos que estés
ni se rompe ni se enreda
hay un hilo de seda
que por muy lejos que estés
ni se rompe ni se enreda
Cree en las personas
que buscan la verdad,
duda de aquellos
que la han encontrado
que buscan la verdad,
duda de aquellos
que la han encontrado
En la vida hay que tener
coraje para contestar
consuelo para mirar
dignidad para vivir
y amor para olvidar
coraje para contestar
consuelo para mirar
dignidad para vivir
y amor para olvidar
Que bonitos ojos tienes
de color marrón sincero
se me han clavado en el alma
y desclavarlos no puedo
de color marrón sincero
se me han clavado en el alma
y desclavarlos no puedo
Cuando se apague una cerilla
no la vuelvas a encender
cuando una chica te deje
no la vuelvas a querer
no la vuelvas a encender
cuando una chica te deje
no la vuelvas a querer
Frente a la imagen de Cristo
juraste que me querías
como iba a saber yo
que ante Dios también mentías
juraste que me querías
como iba a saber yo
que ante Dios también mentías
La gente habla de tí
como si fueses un Dios
que poco sabe la gente
para tanto como sé yo
como si fueses un Dios
que poco sabe la gente
para tanto como sé yo
Siempre te llevo conmigo
grabado en un pensamiento
aunque te hice creer
que tú para mí habías muerto
grabado en un pensamiento
aunque te hice creer
que tú para mí habías muerto
Tengo los ojos cansado
de tanto llorar por tí
mi vida es sólo un tormento
desde que yo te perdí
de tanto llorar por tí
mi vida es sólo un tormento
desde que yo te perdí
Aunque sé que tu destino
está muy lejos de mí
salgo a esperarte al camino
y eso me anima a vivir
está muy lejos de mí
salgo a esperarte al camino
y eso me anima a vivir
Si el quererte como te quiero
significa la locura
aunque por ello me muera
no dejaré de quererte nunca
significa la locura
aunque por ello me muera
no dejaré de quererte nunca
Entre rosas y claveles
un pobre amor ocultaba
y con llanto de mis ojos
mis desgracia derrochaba
un pobre amor ocultaba
y con llanto de mis ojos
mis desgracia derrochaba
Mi corazón te mando
envuelto entre papeles
para que lo lleves contigo
por si algunas vez me quieres
El domingo voy a misa
para rezar ante Dios
pidiéndole que me quieras
y nos juntemos los dos
para rezar ante Dios
pidiéndole que me quieras
y nos juntemos los dos
Mis ojos llorar por verte
mi corazón por amarte
mis pies por llegar a tí
y mis brazos por abrazarte
mi corazón por amarte
mis pies por llegar a tí
y mis brazos por abrazarte
No te fijas en la letra
ni tampoco en la escritura
fíjate quien te lo manda
que te quiere con locura
ni tampoco en la escritura
fíjate quien te lo manda
que te quiere con locura
Estrellitas en el cielo
arenitas en el mar
mujeres como tú
son malas de encontrar
arenitas en el mar
mujeres como tú
son malas de encontrar
Mi corazón te lleva contigo
y te quiso conquistar
pero se siente apenado
cuando no lo quieres respetar
y te quiso conquistar
pero se siente apenado
cuando no lo quieres respetar
El amor es una goma
que une a dos infelices
cuando se suelta
le da al otro en las narices
que une a dos infelices
cuando se suelta
le da al otro en las narices
Soñé que el fuego helaba
soñé que la noche ardía
por soñar cosas imposibles
soñé que tú me querías
soñé que la noche ardía
por soñar cosas imposibles
soñé que tú me querías
Esta carta que te escribo
no la tires al rincón
que la tinta que lleva
es el sello de mi corazón
no la tires al rincón
que la tinta que lleva
es el sello de mi corazón
FUENTES CONSULTAS FOTOGRAFÍAS
Fuente:http://www.turinconsecreto.com/viewtopic.php?f=33&p=11250
http://www.turinconsecreto.com/viewtopic.php?f=20&p=3177
http://www.turinconsecreto.com/viewtopic.php?f=20&p=3177
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